Caminar muy despacio puede hacer que tu cerebro envejezca, advierten los especialistas
Caminar lento por una vereda tranquila ayuda a disfrutar el paisaje, tomar un poco de sol y a desestresarse. No obstante, de acuerdo a una investigación de la Universidad de Duke, esto también podría contribuir a que tu cerebro envejezca más rápido.
El estudio, que abarca más de 40 años de investigaciones, encontró un vínculo entre caminar lento y envejecer pronto, ya que podría ser un síntoma de déficit en la salud física y cognitiva.
Se analizó el caso de poco más de 900 neozelandeses, desde la década de los 70, y se descubrió que las personas que caminan a un paso lento tienen más probabilidades de mostrar signos de envejecimiento biológico acelerado.
Lo que sorprende más, de acuerdo a los autores, es que esto se presenta sobre todo en personas de 45 años, no en pacientes geriátricos (mayores de 75 años).
Line J.H. Rasmussen, investigador principal del estudio y su equipo examinaron a los participantes del estudio Dunedin, una investigación de salud longitudinal excepcionalmente largo que inició hace casi 5 décadas. Los casi mil niños involucrados iniciaron el experimento con al menos tres años de edad.
El equipo de investigación encontró que la velocidad de la caminata que se tiene a la mitad de la vida ofrece una ventana única a los procesos de envejecimiento, que se remontan hasta la niñez.
En la investigación, los participantes de 45 años a quienes se les midió la velocidad de su caminata fueron evaluados con una serie de pruebas físicas.
También se analizaron sus signos de crecimiento acelerado reflejados en 19 biomarcadores, que van desde la presión arterial hasta la salud dental. Aunado a eso, se les realizó una resonancia magnética para tener un escaneo cerebral.
La velocidad lenta de la caminata está asociada, de acuerdo con la investigación, a una función física deficiente y un envejecimiento prematuro, además de un deterioro más rápido de los órganos.
El envejecimiento también es visible a simple vista, en especial en el rostro de las personas con un caminar lento. El deficiente funcionamiento neurocognitivo igualmente está asociado con una marcha lenta.
Estos inconvenientes no solo pueden aparecer durante la edad adulta, sino también durante la infancia.
Los pacientes examinados mostraron un volumen cerebral reducido y un grosor de la corteza cerebral un tanto deficiente.
Debido a algunas limitaciones en las pruebas que los mismos autores reconocen (como la falta de mediciones de la velocidad de la marcha en pruebas anteriores), los investigadores aseguran que aún hay mucho que estudiar con respecto al vínculo entre el funcionamiento cognitivo y la velocidad de la marcha.
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