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Emprendimiento

Cruzó la frontera siendo una bebé y con 46 años "conquistó" el Super Bowl con sus tacos

Una mexicana se convirtió en la primera taquera en vender sus tacos en el State Farm Stadium, donde tiene tres concesiones. Solo para el domingo, preparó con su equipo más de 400 libras de carne. Univision Noticias habló con ella.
Publicado 13 Feb 2023 – 03:10 PM EST | Actualizado 13 Feb 2023 – 03:10 PM EST
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Lola Olivares cruzó de México a Estados Unidos en 1977 cuando tenía solo seis meses de edad con una señora rubia de ojos azules quien dijo en ese momento ser su abuela. Cuarenta y seis años más tarde, gracias a su trabajo y fidelidad a las recetas de sus verdaderas abuelas, logró convertirse en la primera mexicana en vender sus tacos dentro de un estadio donde tuvo lugar el Super Bowl.

Nacida en Tijuana, Olivares estuvo indocumentada muchos años en el país y por la amnistía decretada por el presidente Ronald Reagan se hizo residente en la década de 1980 y ciudadana cuando cumplió 22 años.

“Yo aprendí a cocinar porque, como la típica mexicana, me dijeron: de aquí (de casa) no sales sin saber, por lo menos freír huevos”, aseguró Olivares a Univision Noticias vía telefónica desde Phoenix, luego de preguntarle de dónde había nacido su interés por la cocina.

"Cuando era chiquita fueron mis abuelas las que me enseñaron a cocinar. Pero, fue mi abuelito materno quien me enseñó a cocinar la carne asada. 'La carne no solo se echa al carbón con sal, la carne se tiene que marinar en su jugo, mija'", recordó que le dijo.

Comenzó a preparar tacos en un gimnasio

En 2019, Olivares se puso a vender tacos para poder costear los gastos de su mascota enferma -por inverosímil que parezca- dentro de un gimnasio al que ella misma asistía.

“Les pedí permiso a los dueños y, con una planchita conectada a la pared, vendía taquitos. Me cabían nomás siete tacos. Vendía tacos de carne asada, arroz y frijoles”, apuntó.

Un día, una clienta le preguntó si hacía eventos privados. Sin tener mucha idea de cómo calcular porciones, decidió comenzar a cocinar para eventos con el apoyo de su esposo Mike Flores. Gracias al éxito que tuvo, en mayo de 2019, decidió renunciar a su trabajo para continuar con la taquería.

No obstante, la pandemia de covid-19 hizo que tuviera que cancelar seis meses de eventos que ya tenía programados, incluida la boda con su ahora esposo.

“Tenía mucha comida que me había quedado, entonces decidí darles de comer gratis a los paramédicos, a los policías, a los bomberos. Yo tenía mucha comida. Luego le comencé a dar de comer a los campesinos aquí afuera”, señaló.

Cuando comenzaron a levantarse las restricciones, Olivares retomó su negocio vendiendo a familiares y amigos antojitos mexicanos tratando de levantar su negocio. En agosto de 2020, decidió junto a su entonces novio cancelar su boda definitivamente y utilizar el dinero que destinarían a la fiesta a comprar un foodtruck, el Big Red, que aún conserva una calcomanía que dice: “Illegaly owned an operated” (Adquirido y operado de manera ilegal).

“Hay gente que me pregunta: ‘¿por qué dejaste eso?’ Les digo, porque cuando llegué al país lo hice ilegalmente y cuando empecé mi changarro, lo hice también ilegalmente”, recordó y aclaró que ahora cuenta con todos los permisos.

Directivos del estadio la buscaron

La oportunidad que tuvo Olivares de estar en el Super Bowl, el evento deportivo más importante en Estados Unidos y uno de los más llamativos a nivel mundial, no llegó de golpe, fue el resultado de varios años de esfuerzo con los que se ganó un lugar en los restaurantes que el domingo 12 sirvieron alimentos para 75,000 espectadores que asistieron al State Farm Stadium, ubicado en Glendale, Arizona.

Dos años atrás, en 2021, la misma directiva del estadio —casa de los Cardenales de Arizona— ó a Olivares para invitarla a vender tacos en su camión.

En ese mismo periodo, la gente del estadio le solicitó ayuda para encontrar 20 empleados para trabajar vendiendo bebidas y alimentos ante el aumento de casos de covid-19. Al conseguirlos, la gerencia le solicitó otros 20, luego otros 40 y así hasta que logró reunir hasta 200 colaboradores al final de la temporada 2022.

Olivares logró instalar un puesto para la siguiente temporada dentro del propio estadio.

"Fui a verlos, me siento con ellos y ahí es cuando me dicen: te tenemos tanto agradecimiento que te queremos ofrecer una concesión con un año de contrato”, algo que no podía creer porque el contrato incluía el Super Bowl.

Dos meses después le ofrecieron dos concesiones más: “Me dijeron: ‘antes vendíamos tacos, pero vendíamos tacos a la americana, con su sour cream, su pico de gallo, su lechuga’ Y yo: ¡guácala…! Me dijeron: ‘no, sabemos que tú no vendes eso, queremos que los tacos que vendes en tu camión, los vendas aquí’”, comentó.

Heredera de recetas familiares

Olivares contó que únicamente para ayer en los tres locales que tiene dentro del estadio compró más de 400 libras de carne y varios galones de salsa y guacamole.

Para organizar los locales y tener todo listo, Olivares, su esposo y sus empleados llegaron a las 04:30 de la mañana del domingo al estadio para acomodar el camión y trasladar los enseres al interior.

Afortunadamente, en dos de sus locales, se terminó la comida y en el tercero apenas quedó la mitad de lo que habían destinado.

Entre los personajes que despachó tacos de carne asada, Olivares recuerda al director Night Shyamalan, famoso por sus películas The Sixth Sense y Unbreakable, entre otras personalidades con quienes no se pudo retratar por las restricciones impuestas por los organizadores.


Aunque desde su local no es posible apreciar el juego, Lola Olivares sí pudo disfrutar del espectáculo de medio tiempo de la cantante Rihanna, de quien es iradora. “Al momento que comenzó el halftime todo paró, todos querían ver el show”.

Olivares dice sentirse orgullosa de lo que ha hecho, de su esposo, sus empleados y sus abuelas: "Les agradezco tanto que me pasaran sus recetas porque ahora las manos de ellas son mías. Para mí es un orgullo ser mexicana-americana”, finalizó.

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