Macron arrasa: Francia frena el mensaje nacionalista y antiinmigrante al estilo Trump
Emmanuel Macron, de 39 años, europeísta y fundador de un nuevo partido centrista, será el próximo presidente de la República sa tras derrotar a Marine Le Pen, portavoz de un mensaje nacionalista y anti-inmigrante similar al de Donald Trump.
Este domingo Macron batió por más de 32 puntos a Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales, según los resultados con el 100% del voto escrutado. Macron logró el 66,1% de los votos frente al 33,9% de su rival.
Macron consiguió así el récord de apoyo para un presidente desde que se empezó a votar por el presidente en 1965 con una sola excepción: en 2002, Jacques Chirac derrotó por más de 60 puntos al padre de Marine, Jean-Marie, y entonces líder del Frente Nacional.
En 2012, el ganador, el socialista François Hollande, derrotó al conservador Nicolas Sarkozy por tres puntos. Entonces Le Pen no consiguió pasar a la segunda vuelta, y en la primera sacó el 18% del voto. En la primera vuelta del pasado 23 de abril, Le Pen logró el 21%.
Obama vs Trump
El presidente electo había recibido el apoyo público de Barack Obama mientras que su rival había recibido las alabanzas de Trump por ser, según le dijo a AP, “la más fuerte en las fronteras y la más fuerte en lo que está pasando en Francia”. Según Trump, los atentados terroristas ayudarían a Le Pen.
Si bien Le Pen es una ideóloga que lleva desde los 18 años en el Frente Nacional y que defiende ideas más radicales que las de Trump, la conexión con la política de Estados Unidos se ha notado en esta campaña sa.
Además de sus palabras de simpatía hacia Trump, en enero, Le Pen viajó a Estados Unidos para una fiesta en su honor en la Torre Trump aunque no vio al presidente. Tras la derrota, este domingo Le Pen anunció que cambiará el nombre de su partido y que se centrará en la lucha contra los "mundialistas", un mensaje habitual de Steve Bannon, el estratega jefe de Trump.
Le Pen mostró su simpatía por el presidente ruso, Vladimir Putin, y la campaña de Macron sufrió el pirateo de sus emails unas horas antes de la votación por parte de un grupo ligado al Kremlin e identificado como el responsable del asalto del servidor de email del partido demócrata de Hillary Clinton en 2016. Quienes más movieron en Twitter, Facebook y otros foros la supuesta información del pirateo de Macron fueron grupos ligados a la extrema derecha y seguidores de Trump en Estados Unidos.
Macron y Trump tendrán la oportunidad de conocerse pronto, cuando los dos asistan en Bruselas a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN el 24 y 25 de mayo.
Alivio europeo, pero...
Para la canciller alemana Angela Merkel y otros colegas de la Unión Europea, la elección de Macron es una alivio. Le Pen defendía la salida de la organización transnacional que incluye la libre circulación de personas y bienes en 28 países europeos (27 cuando Reino Unido complete su proceso de salida). Aunque una decisión de ese tipo no habría sido fácil ni depende sólo del presidente, la posibilidad de quedarse sin uno de los países fundadores de la UE habría puesto en peligro la supervivencia de la alianza europea.
En cambio, el signo más distintivo de Macron es justamente su europeísmo, con un mensaje de que la lucha contra el terrorismo o las crisis económicas debe ser un esfuerzo común.
Su lucha por las reformas económicas como subir la edad de jubilación o relajar las reglas sindicales no será fácil. Y más cuando le falta el apoyo de los más jóvenes y crece el respaldo a los extremos por la izquierda y por la derecha.
El candidato a la izquierda de los socialistas, Jean-Luc Mélenchon, que quedó cuarto en la primera vuelta, se negó a apoyar claramente a Macron y parte de sus seguidores hicieron campaña por la abstención. Este domingo, cerca de cuarto del electorado optó por no votar, más que nunca desde 1969.
Cuba, pero sin sol
Macron fue ministro del actual presidente Hollande y también militante socialista aunque defendió medidas económicas que no encajaban bien con el ideario tradicional del partido. Su ley para aplicar reformas como el permiso para que las tiendas abrieran los domingos casi hace caer el Gobierno por el voto en contra de los socialistas. Macron también criticó a Hollande por defender un impuesto del 75% para los millonarios. “¡Es como Cuba, pero sin sol!”, le escribió al presidente en un mensaje.
En abril de 2016, decidió intentarlo por su cuenta y fundó un nuevo partido llamado En Marche! (“en marcha” y un nombre que incluye sus iniciales, E.M.).
Para Francia, que alguien con un nuevo partido y que nunca ha sido elegido antes para ningún cargo público llegue a presidente es una revolución.
Es la primera vez desde que se escoge al presidente por sufragio directo, en 1965, que ninguno de los principales candidatos son de ninguno de los partidos que han representado tradicionalmente a la izquierda y a la derecha en el país. Macron también es el presidente más joven de la democracia. Cumplirá los 40 en diciembre.
El camino al Elíseo
Su historia es la de un joven brillante de Amiens, una ciudad conservadora del norte, en una familia de médicos de izquierdas que no lo bautizaron pero lo llevaron a un colegio de jesuitas.
Cuando tenía 15 años, Macron se enamoró de su profesora de Literatura y Teatro, Brigitte Trogneux, que tenía 24 años más que él, estaba casada y tenía tres hijos (entre ellos, uno mayor que Macron y otro de su edad).
Su familia lo mandó a París al Lycée Henri IV. Desde allí siguió llamando a Brigitte y acabó conquistándola. Se casaron en 2007.
A fuerza de estudiar, llegó a las universidades más exclusivas del país y trabajó con un filósofo. Escribió su tesis sobre el bien común Maquiavelo y Hegel.
Llegó a la vida pública como auditor en el Ministerio de Economía, pero se hizo rico como banquero de inversión en Rothschild. En cuatro años, lo hicieron director y ganó casi tres millones de euros.
Como experto, fue parte de una comisión bipartidista nombrada por el conservador Nicolas Sarkozy para proponer reformas para Francia. Ahí llamó la atención de Hollande, cuando pasaba por horas bajas porque su partido se había decantado por su entonces mujer Ségolène Royal.
En 2012, cuando llegó a presidente, Hollande nombró a Macron jefe adjunto de gabinete y después ministro del Gobierno más impopular de la historia reciente de Francia.
Ascenso insólito
El ascenso de Macron ha sido especialmente insólito. Sirvió dos años como ministro pero la sombra de Hollande no le perjudicó y construyó un partido sin padrinos.
Cuando lanzó su partido, en abril de 2016, no tenía ningún apoyo.
La novedad que le ha ayudado a ser presidente la sufrirá en junio, cuando se celebran elecciones parlamentarias y deberá encontrar candidatos que presentar en todo el país. Parte de los socialistas pueden pasarse a su partido pero también se puede encontrar en un escenario donde no tenga mayoría a la Asamblea Nacional.
En Francia, el presidente tiene más margen que en otros sistemas parlamentarios europeos pero lo tendrá más difícil para los próximos cinco años (eso dura el mandato del presidente en Francia) si no consigue formar rápido algo que se parezca a los partidos tradicionales.