¿Por qué los congresistas quieren tanto hablar con Steve Bannon?
“¿Por qué el comité quiere hablar con Steve Bannon”?, se preguntó el representante republicano por Indiana Jim Banks la tarde del jueves en el debate previo a la votación en la que se adoptó la resolución declarando al exasesor de Donald Trump en desacato criminal al Congreso.
La pregunta de Banks era retórica y la usó como arranque para su argumento de que el comité selecto que investiga el asalto al Capitolio por parte de una turba de simpatizantes del expresidente el 6 de enero busca penalizar la disidencia y castigar las opiniones conservadoras de Bannon.
Pero el jefe del comité, el demócrata Bennie Thompson, replicó que Bannon tiene “información valiosa para nuestra investigación”, y citó al propio hombre al que no han podido interpelar, recordando cómo la víspera del asalto se ufanó en su podcast que “las puertas del infierno se abrirán mañana”.
“No va a pasar como creen que va a pasar. Todo lo que puedo decir es amárrense. Ustedes hicieron esto posible y mañana es el día del juego, así que amárrense”, dijo Bannon críptica y agoreramente a sus escuchas aquel día.
Por palabras como esas, más su permanente comunicación aquellos días con una Casa Blanca para la que ya no trabajaba desde hacía varios años, algunos creen que él sabe cosas que pueden explicar por qué pasó lo que pasó en la jornada, en la que murieron 5 personas y se paralizó por unas horas el protocolar proceso de certificación del triunfo de Joe Biden en las elecciones de noviembre del 2020.
Qué sabe Bannon
Bannon se ha convertido en el testigo renuente más importante para el comité porque sus integrantes consideran que su actuación fue crucial en la orquestación de la campaña para desconocer los resultados de las elecciones que ganó Biden mediante la estrategia de insistir en la tesis del fraude que Trump y los suyos no han podido demostrar.
De acuerdo con el libro Peril (Peligro) de Bob Woodward y Robert Costa, que se publicó en septiembre, Bannon fue uno de los “leales” a Trump que lo convenció de no aceptar la derrota y empezar una campaña para descalificar el resultado, con la intención de deslegitimar una presidencia de Biden (en el caso de que su llegada a la Casa Blanca no pudiera evitarse por otros medios).
“Bannon es uno de los que llamó a Trump y le dijo que tenía que regresar a Washington. Hay reportes que Bannon ha parcialmente corroborado de que habló de matar la presidencia de Biden en el nacimiento”, dijo en una entrevista con PBS Norman Elsen, exasesor de ética de Barack Obama.
“Hasta ahora, las huellas dactilares de Bannon están en los eventos del 6 de enero, y él es críticamente importante en sí mismo, pero también para entender al insurrecto en jefe, Donald Trump”, afirmó Elsen, quien también asesoró al equipo que presentó la acusación contra el expresidente en su primer ‘impeachment’ a principios de 2020.
El regreso de Bannon
Tras las elecciones de noviembre, el vínculo de Bannon con Trump tuvo un renacimiento. El exasesor, quien trabajó los primeros meses de la presidencia del republicano bajo la figura de estratega jefe, fue despedido tras las revelaciones que hizo para el libro Fire and Fury, de Michael Wolff, el primero que mostró interioridades de la convulsa Casa Blanca de Trump.
Y como con todo aquel que cae en desgracia con Trump, Bannon recibió entonces su dosis de insultos por parte de su anterior jefe, quien dijo que no solo había perdido el puesto, sino que “había perdido la cabeza”, luego de que el despedido dijera que sin él en la Casa Blanca, la presidencia de Trump había terminado.
La estrella del exasesor parecía definitivamente apagada cuando fue acusado de fraude y lavado de dinero, por uso indebido de fondos de donantes privados de más de un millón de dólares como parte de la campaña 'We Build the Wall' (Nosotros edificaremos el muro) dirigida a la recaudación de fondos para apoyar al gobierno de Trump en construir la barrera fronteriza con México.
Pero el último día de su gobierno, Trump lo benefició con un indulto que lo salvó a de los 20 años de prisión que podían haberle sido asignados de ser hallado culpable de los cargos en el proceso federal que estaba por empezar.
Lo que quería saber el Congreso
La citación del Congreso con la que Bannon se negó a cumplir, argumentando que el expresidente le ha ordenado mantener el silencio sobre sus comunicaciones invocando el llamado ‘privilegio ejecutivo’ y que espera que el debate con la Casa Blanca de Biden se resuelva antes de asistir a la interpelación, aclara los puntos que los congresistas quieren conocer.
El comité le pide a Bannon detalles de la participación del presidente en la planificación de la concentración “Detengan el robo” que se realizó la mañana del 6 de enero en la fachada oeste de la residencia presidencial y de la cual salieron centenares de personas hacia el Capitolio tras ser conminadas por Trump a “luchar como demonios” contra el supuesto triunfo que le había sido arrebatado.
Los representantes también quieren las conversaciones que él tuvo con personal de la Casa Blanca sobre los comentarios que hizo Trump ese día.
Para saber más del tema, el comité ha citado a 11 representantes de 'Women for America Fist', el grupo que organizó el rally en la Casa Blanca, y a Ali Alexander, el activista conservador de ‘Stop the Steal’ que obtuvo permiso para una concentración en terrenos del Capitolio hacia donde fueron marchando simpatizantes de Trump y que eventualmente se convirtió en el tumulto que invadió el edificio principal del Congreso.
La vicepresidenta del , la republicana Liz Cheney, considera que el esfuerzo de Bannon y Trump por reclamar un ‘privilegio ejecutivo’, al que ella considera que no tienen derecho alguno, es evidencia de que el entonces presidente estaba en la planificación de los eventos del 6 de enero.
“Los argumentos del señor Bannon y del señor Trump parecen revelar algo. Ellos sugieren que el presidente Trump estaba personalmente involucrado en la planificación y ejecución del 6 de enero. Y llegaremos al fondo de eso”, dijo Cheney quien se ha convertido en la cara de los republicanos que rechazan al expresidente.
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