Prigozhin y la larga lista de enemigos de Putin fallecidos en extrañas circunstancias
La noticia de que el jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, estaba en la lista de pasajeros del avión estrellado en Rusia el miércoles pasado hizo inevitable pensar en lo que algunas ya llaman el 'síndrome de la repentina muerte del oligarca ruso'.
Es decir, la larga lista de empresarios y personalidades críticas del presidente ruso, Vladimir Putin, que han fallecido en extrañas circunstancias y a la que ahora puede sumarse Prigozhin.
Para muchos, el jefe del Grupo Wagner había firmado su propia sentencia de muerte cuando hace dos meses protagonizó el sonado motín y conato de golpe de Estado contra Putin que fue abortado, según reportaron, tras la mediación del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko.
“Un hombre muerto que anda” es como lo describían muchos expertos en asuntos rusos. “Si fuera Prigozhin, no despediría al encargado de probar mi comida”, llegó a decir en julio el director de la CIA, William Burns, en clara alusión a la cantidad de adversarios de Putin que han sido envenenados.
La lista es tan larga y el asunto ha dado tanto de qué hablar que hasta tiene su propia entrada en Wikipedia, al menos para las muertes de enemigos del presidente ruso ocurridas desde 2022.
Los críticos de Putin y el 'síndrome de la muerte repentina'
La más reciente entrada en esa lista este jueves era Gennady Lopyrev, un antiguo general del Servicio de Protección Rusa (FSO), una especie de Servicio Secreto pero que tiene 50,000 efectivos y competencia sobre las armas nucleares, entre otras particularidades.
Lopyrev fue hallado muerto el pasado 16 de agosto en la prisión en la que desde 2017 cumplía condena por corrupción y donde dos días antes le habían diagnosticado leucemia, aunque no se conocía que tuviera síntomas.
Pero el asunto para nada empezó en 2022. Ya en 2006, la periodista Anna Politkvskaya murió acribillada en Moscú tras sobrevivir a un envenenamiento y después de numerosas amenazas e intentos de amedrentamiento, como el de los militares que la detuvieron y simularon ejecutarla.
Politkvskaya recibió numerosos premios internacionales por su cobertura de la Segunda Guerra de Chechenia y sus denuncias de los abusos cometidos por las fuerzas rusas, particularmente.
Su muerte la intentó investigar el exespía Alexander Litvinenko, quien como Putin fuera agente de la extinta KGB, y por su parte también miembro de la lista de contrincantes del presidente ruso fallecidos en raras circunstancias.
Litvinenko se había sufrido el acoso de las autoridades desde que en 1998 denunciara que como agente de inteligencia le habían ordenado matar al empresario Boris Berezovsky.
En 2006 murió en Londres, envenenado. En su lecho de muerte, en una imagen icónica, acusó a Putin de ser el responsable y hasta la Corte Europea de Derechos Humanos ordenó al gobierno ruso indemnizar a su esposa.
Otra caso muy sonado fue el del opositor ruso Boris Nemtsov, ex primer ministro que murió asesinado en 2015 cerca del Kremlin después de participar en un acto contra la entonces supuesta presencia de fuerzas rusas en la guerra que libraba Kiev contra separatistas del Donbas, en el este de Ucrania.
Los casos de Navalny y Skripal
Son muchos más, solo en el último año y medio hay más de 40 muertes de personalidades que se sospecha pueden tener que ver con el hecho de que eran vistos por Putin como enemigos.
Y también hay algún sobreviviente, como ha sido el caso del opositor Alexei Navalny y el exespía Sergei Skripal.
Al líder de la oposición lo envenenaron en agosto de 2020 con un agente químico del grupo Novichok, según el gobierno alemán, país en el que Navalny fue a tratarse.
Presentó síntomas durante un vuelo de Siberia a Moscú, el avión aterrizó de emergencia y Navalny fue hospitalizado en la localidad rusa de Omsk. Dos días después fue evacuado a Alemania.
Un mes más tarde salió del hospital y en enero de 2021 regresó a su país. Fue detenido en el aeropuerto por haber violado los términos de su libertad condicional. Desde entonces ha sido sometido a numerosos juicios y condenado repetidamente. Amnistía Internacional lo considera un preso de conciencia.
El veneno detectado en el cuerpo de Navalny era el mismo que el que se usó para atentar contra la vida del exespía Sergei Skripal en Reino Unido en marzo de 2018.
La policía británica acusó a dos ciudadanos rusos a los que señaló de ser de los servicios de inteligencia de ese país. El gobierno acusó a Rusia del intento de asesinato y le impuso numerosas sanciones.