Juan López huyó de la violencia en Nicaragua para morir baleado mientras trabajaba en Los Ángeles
Un trabajador nicaragüense que fue asesinado el mes pasado mientras limpiaba un grafiti de la fachada de una heladería, tenía poco tiempo en Estados Unidos y horas antes de su muerte celebraba con su hermana que iba poder enviar dinero a casa para el pastel de cumpleaños de su hija de nueve años.
Juan Francisco López de 39 años de edad, no tenía idea de que estaba poniendo su vida en riesgo al llevar a cabo el trabajo que le permitiría enviar dinero a Nicaragua y que lo convertiría en una víctima más de la epidemia de violencia armada de aqueja al país.
El asesinato de Juan López
Según la Oficina del Alguacil del Condado de Los Ángeles, López fue asesinado por un pandillero que itió haber disparado a los trabajadores, enfurecido al ver que borraban el grafiti que había pintado en la calle Parthenia del vecindario angelino de Northridge.
El pandillero, identificado como Jamal Jackson, de 24 años de edad, fue procesado el martes en un tribunal de San Fernando por un cargo de asesinato, un cargo de posesión de un arma de fuego por un delincuente y cuatro cargos de intento de asesinato, según informó la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Los Ángeles.
Según la policía, Jackson disparó contra los pintores usando un arma semiautomática estilo "Uzi" hiriendo gravemente a López, quien murió a causa de los heridas de bala en un hospital poco tiempo después, así como a otros tres hombres que trabajaban junto a él, dos de los cuales necesitaron ser operados para salvar sus vidas.
Huyó de la violencia para morir violentamente en el lugar en el que se creía seguro
Según un reporte de Los Angeles Times, López viajó 3,339 millas para escapar de la violencia que azota a Nicaragua, y temeroso de la posibilidad de represalias oficiales después de que participó en protestas contra el gobierno totalitario de ese país.
“Cuando uno se opone al gobierno de Nicaragua, corre peligro de ser arrestado o desaparecido. Quería evitar eso. Por eso se fue”, dijo al medio Ruth López Suarez, la hermana del trabajador asesinado, a quien le había dado albergue en su pequeño apartamento.
López había logrado escapar con vida de la violencia tres meses antes del crimen que acabó con su vida, cuando en su camino a Estados Unidos López fue secuestrado en México por un traficante de migrantes de quien logró evadirse para continuar la difícil travesía.
“Ahora que perdimos a mi hermano, vemos una verdad de la que no nos dimos cuenta antes. En mi país de origen, no ves esas cosas en las que alguien viene al azar y te mata. ... Tienes que tener un problema con alguien para que eso suceda … Aquí te matan porque quieren, o porque te confunden con alguien, o simplemente porque estás trabajando, y te matan”.
López Suárez estableció una colecta en línea en el sitio web GoFundMe para poder financiar el traslado del cuerpo sin vida de su hermano de vuelta a la ciudad de Matagalpa en Nicaragua donde viven los su tres hijos: Edward de 13 años de edad, Juan de 12 años, y Brittany de nueve.
