Trump era el terror de muchos hispanos, pero al final lo apoyaron más que a Romney

Los hispanos estaban llamados a cumplir un rol histórico en estas elecciones: ser los responsables de la derrota de un candidato que vapuleó a su comunidad a golpe de insultos y promesas de deportaciones masivas. Así lo creían activistas, analistas y varios en la campaña de Hillary Clinton, que en los últimos días no escondían su entusiasmo ante el auge de latinos que acudían a las urnas para votar de forma anticipada.
Pero el terror que Donald Trump provocaba entre muchos hispanos no parece haber sido suficiente. Uno de los datos más sorprendentes de las encuestas a pie de urna es que el magnate obtuvo un nivel de apoyo muy bajo entre los latinos -un 29%- pero superior al 27% de Mitt Romney en 2012.
Trump desafió, una vez más, las leyes de la gravedad política. Las encuestas anticipaban que los hispanos iban a humillar como nunca antes a un aspirante presidencial que inauguró su campaña acusando a los indocumentados mexicanos de ser “criminales” y “violadores”.
Los sondeos a pie de urna también cuentan otra historia: Clinton no pudo reproducir al mismo nivel la coalición que dio la victoria a Barack Obama en 2008 y 2012. Cuatro años atrás, Obama obtuvo un 71% del voto latino. Clinton, en cambio, obtuvo un 65%, según la encuesta del diario The New York Times. Algo similar sucedió entre los afroamericanos. Obama se impuso con el 93% del voto negro en 2012. Clinton obtuvo el 88%.
Los hispanos "hicieron su trabajo"
Eso no quiere decir que los hispanos le hayan fallado a Clinton, según Pili Tobar, directora de la organización Latino Victory, que trabaja para promover la participación de los latinos en el gobierno.
Tobar advierte que hay que tomar los sondeos a pie de urna con pinzas. “No podemos confiar en la información de esas encuestas”, asegura a Univision Noticias. “No hacen suficientes entrevistas en español y no entrevistan a suficientes latinos”. Su organización publicó el 8 de noviembre un sondeo hecho entre 5,600 latinos que mostraba que el 79% de los hispanos apoyaba a Clinton frente a un 18% para Trump.
La inesperada victoria de Trump se debió principalmente al voto blanco, que lo aupó de forma masiva y lo ayudó a ganar estados demócratas del Medio Oeste industrial como Michigan y Wisconsin. Lo mismo sucedió en Pennsylvania y Ohio, dos estados cruciales en la contienda y con una población de mayoría blanca.
En cambio en lugares como Nevada, con una fuerte presencia latina, el respaldo de este grupo demográfico fue clave para la victoria de Clinton en el estado, así como para la de Catherine Cortez Masto, quien se convirtió en la primera senadora latina del país.
“Tuvimos muchas victorias”, sostiene Tobar, quien pone como ejemplo el caso de Cortez Masto. “Desgraciadamente, el mapa electoral y los números no resultaron, pero hicimos el trabajo que teníamos que hacer, jugamos nuestro papel”.
El problema de Florida
No obstante, hubo un estado donde el fracaso de Clinton a la hora de maximizar el nivel de apoyo hispano y afroamericano puede haberle pasado factura. Se trata de Florida, que otorga 29 de los 270 votos electorales necesarios para ganar y donde la contienda suele ser muy reñida.
En este estado, Clinton obtuvo el 60% del voto hispano frente a casi un 36% de apoyo a Trump, según el sondeo a pie de urna New Latino Voice, hecho con la universidad Florida International University (FIU). Es un porcentaje similar al que obtuvo Obama en 2012.
Eduardo Gamarra, analista político de FIU, dice a Univision Noticias que encuestas anteriores estimaban que la candidata iba camino a lograr un 70% de votos entre este grupo demográfico. Si hubiera obtenido ese nivel de apoyo podría haber ganado el estado, considera.
Clinton también obtuvo un poco menos de votos que Obama entre los afroamericanos y los jóvenes, según Gamarra. “No votaron en bloque por ella en Florida”, explica. “La coalición funcionó, pero funcionó a medias”.
En el caso de los negros, por ejemplo, la candidata obtuvo casi el 87% de sus votos. Pero hubo cerca de un 14% que no votó por ella, repartiendo su apoyo entre Trump, candidatos independientes y “otros”.
El magnate, en cambio, logró contrarrestar el voto de las minorías con el respaldo masivo de los blancos, que representan el 77.7% de la población de Florida. A su vez, arañó un apoyo menor pero muy útil entre los hispanos del estado.
Gamarra explica que a diferencia del oeste del país, donde los mexicanos son mayoría y votan en bloque por los demócratas, en Florida sigue pesando el voto de los cubanoestadounidenses, que se inclinan más hacia los republicanos. Una encuesta de Latino Decisions indica que el 52% de los cubanos respaldaron a Trump contra un 47% a Clinton.
Florida era indispensable para que el candidato pudiera llegar a la Casa Blanca. Fue una disputa codo a codo, pero al final Trump ganó con el 49.1% de los votos frente a un 47.8% para Clinton.