Las dos caras de Irineo Mujica, líder de las caravanas migratorias en México
Cuando a finales de enero de 2018 el agente de la patrulla fronteriza Brendan Burns se asomó a inspeccionar un furgón que había sido detenido en un puesto de la frontera de Arizona con México, vio varias botellas de plástico pintadas de negro que el conductor llevaba en su interior.
Estos envases oscuros tienen una connotación sospechosa para los agentes que custodian las más de 1,900 millas de frontera entre ambos países: son usados por indocumentados que atraviesan zonas desérticas para evitar que el resplandor de los rayos del sol llame la atención de los patrulleros.
Pero había más. El conductor del vehículo llevaba varios documentos de identidad de personas que habían sido deportadas de Estados Unidos.
Los detalles del encuentro fueron descritos por Burns durante un juicio penal en la Corte Federal de Tucson, Arizona. Al timón del vehículo iba Irineo Mujica Arzate, un dirigente cívico mexicanoestadounidense que de ser un modesto chofer de transporte público saltó a la fama por su papel protagónico y contestario como líder de caravanas migratorias.
La mención de su nombre durante la audiencia judicial no era tangencial. Mujica había sido señalado por la fiscalía en ese juicio como “cómplice no acusado” de una conspiración para pasar ilegalmente a Arizona a dos indocumentados centroamericanos.
Según la fiscalía Mujica había transportado a los inmigrantes a un refugio de Ajo, Arizona, para lo cual estuvo en o con uno de ellos después de que atravesaron el desierto, pero no se le formuló ningún cargo.
El principal acusado, Scott Warren, un huraño profesor de antropología cultural de Arizona fue hallado no culpable en noviembre de 2019 en un segundo juicio después de que en el primero el jurado no llegó a un acuerdo. Se le acusaba de haber protegido a los dos indocumentados en una cabaña conocida como The Barn que funcionaba como refugio de primeros auxilios de la asociación humanitaria No Más Muertes.
El caso se inició durante el primer año de la presidencia de Donald Trump. Por ser la primera vez que se acusaba a un activista que brindaba ayuda humanitaria a indocumentados, fue cubierto por numerosos medios locales e internacionales.
La acusación suscitó además una ola de solidaridad de activistas de derechos humanos dado que el arresto de Warren se produjo el mismo día que No Más Muertes reveló un video en el que agentes de la Patrulla Fronteriza destruían envases de agua que la organización había puesto en las rutas migratorias del desierto de Arizona. El video se hizo viral.
Warren, entonces de 35 años, trabajaba como voluntario de la fundación que instala puntos de apoyo en el desierto con agua y alimentos, ofrece primeros auxilios a los indocumentados y colabora con la localización de inmigrantes que mueren en la travesía.
El papel de Mujica llamó la atención a reporteros locales pero la cobertura se concentró en la batalla legal del profesor.
Hoy, seis años después, el abogado de Warren revela por primera vez sus sospechas de que Mujica habría estado cooperando en este caso con la fiscalía federal. En esa época Mujica se presentaba como un ferviente crítico de las políticas migratorias de Trump y se quejaba de ser un perseguido del gobierno federal.
“ Fishy, como decimos en inglés, que algo huele muy mal. Mi impresión siempre ha sido que él estaba trabajando en cierto sentido para el gobierno federal”, dijo a Univision Investiga Greg Kuykendall, abogado defensor de Warren. Hasta que comenzó el juicio, agregó, “el gobierno no quería que yo supiera quién era él”.
Luego de la inspección al vehículo Mujica quedó libre. El agente Burns, quien trabajaba entonces para la división de investigaciones de la Patrulla Fronteriza no lo arrestó por razones que él ni los fiscales explicaron durante el juicio y que aún hoy se desconocen.
Mujica siguió su camino, continuó convocando multitudinarias caminatas con nombres religiosos, pero volvió a ser detenido menos de un mes después en el mismo puesto fronterizo.
Llevaba en su van a un indocumentado, según lo reportó inicialmente Tucson.com citando un documento de la corte. Tampoco fue arrestado ni enfrentó cargos.
“Ellos [agentes del gobierno] habían encontrado a Mújica manejando su van con un migrante sin permiso de estar en Estados Unidos. Y ellos decidieron no cargarlo (acusarlo), no hacerle preguntas de ningún tipo. Y eso es muy extraño”, explicó Kuykendall, un reconocido defensor de condenados a muerte.
El abogado dijo que había “signos” que le hicieron pensar que Mujica tenía “más peso con los patrulleros del que debe tener alguien que fue involucrado en transportar inmigrantes”.
Para salir de dudas interrogó a Burns en una de las audiencias del juicio.
Burns negó que en su primer encuentro con Mujica hubiera hablado de la supuesta conspiración de Warren para proteger a los indocumentados. El hondureño Kristian Pérez Villanueva de 23 años y José Arnaldo Sacaría Goday de 21 años de Honduras fueron acusados y luego deportados.
“¿Y usted no arrestó a Mujica en ese momento?, preguntó el abogado.
“No lo hice”, respondió Burns.
“No tengo más que preguntar”, dijo Kuykendall.
En los argumentos de apertura, Nathaniel Jacob Walters, uno de los fiscales del caso, reveló que el gobierno tenía en su poder decenas de mensajes de texto de un celular en los que quedaba en evidencia que Mujica se puso de acuerdo con los jóvenes indocumentados para recogerlos en su furgoneta en una estación de gasolina de Ajo.
“Y ustedes verán pruebas fotográficas acerca de cómo esos inmigrantes ilegales son entonces transportados en una van que pertenece a Mujica y llevados directamente al Barn”, explicó Walters al jurado.
Kuykendall dijo que intentó citar a Mujica para que declarara en el juicio, pero se enteró de que estaba privado de la libertad en México. En efecto, el dirigente cívico había sido arrestado el cinco de junio de 2019 en Sonoyta, Sonora, bajo cargos de tráfico de personas.
Según la fiscalía la acusación se basaba en testimonios de migrantes hondureños que aseguraban que le habían pagado a él y a otro directivo de la asociación Pueblo sin Fronteras para ayudarlos a cruzar de Guatemala a México.
El juez del caso liberó a los activistas por falta de pruebas, un fallo que fue apelado por la Fiscalía General de la República.
Mujica aseguró a los medios que el arresto era un intento más del gobierno de México para acallar sus denuncias de corrupción e incompetencia de las autoridades migratorias.
Los indocumentados Pérez y Sacaria fueron interrogados en una deposición grabada en video y luego deportados como parte de un acuerdo con la fiscalía que les retiró la acusación. La deportación ocurrió antes del juicio, lo que impidió a Kuykendall citarlos en las audiencias para que ofrecieran detalles de la relación con su cliente y con Mujica.
Para el segundo juicio contra Warren la fiscalía retiró el cargo de conspiración. La decisión dejó por fuera de escena a Mujica que hasta entonces se le consideraba coconspirador no acusado. Según Kuykendall fue otra indicación de que el gobierno no quería exponer a Mujica y posiblemente identificarlo como un informante.
“Obviamente. Debes de entender que, bajo las reglas del proceso federal, ellos tienen que darme cierta información antes de su testimonio. Si él (Mujica) va a ser un testigo contra mi cliente, yo tengo el derecho de revisar documentos alrededor de él. Por ejemplo, si él estuvo en algún programa de gobierno en el que tenía un arreglo”, explicó el abogado.
Mientras se realizaba el primer juicio a Warren, Mujica organizó una caravana que atrajo los reflectores de los medios de Estados Unido en reacción al anuncio del presidente Trump de que enviaría comandos militares para confrontar “la invasión”.
Trump dijo que en la movilización iban “gente muy mala” y de “muchas pandillas”. La caravana desató además una estridente campaña republicana contra el billonario filántropo húngaro estadounidense George Soros acusándolo de financiar las caravanas en alianza con el gobierno izquierdista de Venezuela.
La versión fue desmentida por verificadores factuales y los republicanos dejaron de insistir luego de que el FBI encontró el 22 de octubre un artefacto explosivo improvisado en la casa de Soros de Nueva York. El paquete había sido enviado por Cesar Sayoc, el llamado Maga Bomber.
Sayoc, un fanático simpatizante de Trump que también le hizo llegar los tubos de PVC con explosivos crudos a otras 12 víctimas entre quienes se encontraba Kamala Harris. Se declaró culpable y fue condenado a 20 años de prisión.
“Nunca debía haber estado involucrado en política envenenada”, escribió Sayoc desde la prisión al juez de su caso.
En una entrevista telefónica con Univision Investiga Mujica negó que estuviera trabajando como informante para el gobierno de Trump.
“¿Usted cree que una persona que tiene 20 años [defendiendo los derechos humanos] va a estar trabajando con el gobierno americano cuando Trump me quería en bandeja de plata?” dijo.
Mujica aceptó el primer encuentro con el agente Burns, pero negó el segundo.
“Es mentira, nunca he llevado ningún indocumentado”, explicó. “Si ellos tienen pruebas de algo, o sea quisieron sacar cosas de las mangas para hacer algo. Tengo más de 20 años trabajando como defensor de derechos humanos”, agregó.
El líder cívico de 55 años quien también habla inglés sostuvo que si la fiscalía federal de Arizona hubiera encontrado actividades ilegales hubiera formulado cargos en su contra.
De acuerdo con la legislación penal en Estados Unidos un coconspirador no acusado como fue el caso de Mujica es un individuo a quien los agentes de aplicación de la ley consideran integrante de una conspiración criminal, aunque no figure como imputado en la acusación o indictment. Cualquier declaración del coconspirador puede ser usada en contra de los imputados.
Mujica también negó que hubiera transportado a Pérez y Sacaría a la cabaña donde fueron arrestados.
En cuanto a los documentos de los deportados hallados en su furgón explicó que como director de refugios era común que los inmigrantes le entregaran sus identificaciones como garantía para retornar las cobijas que les prestaban.
“Hay veces que la gente se prefiere llevar las cobijas y deja la documentación o se les cae una cartera y la encuentran, a mi como director me dan los documentos”, explicó.
La fiscalía de Arizona declinó explicar qué papel jugó Mujica en la investigación de Warren.
La sombra del doble juego ha perseguido a Mujica hasta hoy. Univision Investiga habló con conocidos suyos que describieron situaciones en las que el carismático líder comunitario actuaba en forma misteriosa y solapada. Ellos dicen que la transparencia no es su virtud. Uno de los entrevistados aseguró que la única característica de su personalidad que no deja dudas es su deseo de protagonismo frente a las cámaras y los micrófonos.
“Lo que yo descubrí por mi pericia, por mi sentir es que era un tipo farsante. Nos engañó todo el tiempo”, comentó a Univision Investiga Israel Trujillo un abogado mexicano que representó a Mujica en una demanda por lesiones y robo en México.
Un activista que lo conoció hace 15 años, pero que pidió no ser identificado para no afectar la relación, explicó que Mujica es una persona “con buenas intenciones y de buen corazón” que logró contribuir con la seguridad de las caravanas al hacerlas visibles, pero reconoció que tiene problemas de atención.
Para los activistas que rodeaban al líder cívico, explicó, era casi imposible cumplir con los objetivos que se planteaban porque la personalidad de Mujica es dispersa e impredecible. Según la fuente era normal que abandonara una caravana sin avisar.
“No nos podíamos organizar. Te decía una cosa y a los diez minutos se levantaba y hacía otra”, anotó. La gente le decía ‘el problema es que nos dejas un desmadre en el camino, llegas, no llamas, no avisas, si te sale decir mañana hay una caravana y mañana la haces”, agregó.
La fuente fue enfática al afirmar que Mujica no es una persona adinerada.
“Omiso y misterioso”
Trujillo, el abogado, recordó que en 2010 asumió la defensa de Mujica sin honorarios para presentar una demanda en averiguación por la golpiza que recibió de autoridades mexicanas cuando tomaba un video de La Bestia, el tren que abordan clandestinamente cientos de indocumentados para dirigirse a la frontera con Estados Unidos.
Los hechos ocurrieron el 16 de julio de 2010 en la vía de ferrocarril al sur del municipio de Soltepec, estado de Puebla, durante un operativo de seguridad para bajar del tren a varios ocupantes.
Según el reporte del Instituto Nacional de Inmigración, Mujica grabó lo que ocurría mientras exhortaba a los migrantes a que no obedecieran las órdenes de la policía federal “provocándolos a que agredieran a las autoridades”.
Mujica, que entonces se presentaba como un periodista de una publicación de Minnesota, sostuvo que fue golpeado por cinco servidores públicos del Instituto Nacional de Inmigración con el objeto de quitarle la videocámara.
La cámara Sony Handicam, según su denuncia “era de alta tecnología”, no se conseguía en México y contaba con visión nocturna. También le confiscaron unos 800 dólares en pesos mexicanos. El aparato fue hallado a la vera de la línea férrea sin la tarjeta de video, indica el reporte oficial.
El activista se encadenó a un poste en la ciudad de Puebla y se declaró en huelga de hambre para exigir justicia y la devolución de la cámara y el dinero.
A los pocos días la relación con su abogado empezó a deteriorase. Trujillo sostuvo que su cliente no parecía dispuesto a colaborar con el esclarecimiento del caso.
“Empecé a sospechar de la conducta omisa y misteriosa”, escribió el abogado en un documento judicial. Entre otras omisiones citó la negativa de Mujica a entregarle la tarjeta de video para utilizarla como prueba y su reticencia a dar explicaciones sobre el origen de sus ingresos.
Pero lo que más extraño, explicó Trujillo a Univision Investiga, fue la manera como reaccionó cuando le anunció que pediría la geolocalización de su celular al momento de la agresión.
“Entonces él abre los ojos y me dice: ‘¿Eso se puede?’ Digo ‘sí, desde el 2008’. ‘O sea que van a saber mi conversación’. Le digo sí. [Mujica respondió] ‘Ya no me interesa’ […] nada más quiero que me devuelvan las cosas’, comentó Trujillo.
Mujica levantó la huelga de hambre y llegó a un acuerdo con las autoridades.
Trujillo explicó que al enterarse renunció a la defensa y pidió una investigación por el probable delito de “traición a la patria” en la delegación de Puebla de la Procuraduría General de la República. Univision Investiga conoció el documento fechado en agosto de 2010.
Trujillo explicó que sospechaba que Mujica estaba actuando como “agente de un gobierno extranjero” y consideró conveniente informar a la justicia mexicana para evitar que fuese acusado de encubrimiento.
En respuesta a una solicitud de información de Univision Investiga para conocer el actual estado del proceso, la Fiscalía General de la República envió el extenso expediente de la averiguación por la golpiza sin especificar qué tramite se le dio a la solicitud del abogado por el supuesto espionaje.
Univisión le envió a Mujica un cuestionario con más de 20 preguntas en el que pedía su versión, otros temas, de las declaraciones de Trujillo. Mujica no respondió.
Dinero y fama
Levi Vonk, periodista free lance y profesor de la Universidad de Virginia, recuerda que conoció a Mujica en 2015 en Tapachula, al sur de México. Había recibido una beca Fullbright para estudiar este fenómeno migratorio. Sus impresiones del caótico deambular de los inmigrantes y las deplorables condiciones de salubridad y mala nutrición que sufren durante las largas jornadas las plasmó en el libro Border Hacker publicado en 2022.
Cuando llegó a Tapachula estaba a punto de arrancar una caravana para protestar por el acuerdo secreto del gobierno de Barak Obama y México conocido como Programa Frontera Sur.
En virtud del acuerdo el gobierno de México, que había recibido partidas millonarias de Washington, deportó en 2014 más de 107 mil inmigrantes la mayoría centroamericanos que huían de la violencia y la mala situación económica.
En ese momento Mujica regentaban un refugio que funcionaba bajo la red humanitaria del padre Alejandro Solalinde, un sacerdote católico activista de derecho humanos.
Pese a las semanas que pasó junto a Mujica no llegó a conocerlo, explicó.
“Irineo siempre era y sigue siendo hoy en día, una persona muy misteriosa para mí”, dijo Vonk.
El profesor narró que siempre que trataba de abordarlo no parecía interesado en hablar y lo poco que supo de él surgía de las reuniones públicas de la caravana, aunque no todo se sabía.
“Él se guardaba la información para no dárnosla”, dijo Vonk. “Había rumores de que migración venía por nosotros, pero él nunca lo hablaba en frente de nosotros”, agregó.
Vonk sostuvo que Mujica solo parecía interesado en pedirle dinero para pagar sus gastos de hospedaje y alimentación.
“Siempre me estaba preguntando por el dinero. Levi, ¿tienes dinero? Levi, eres gringo, tienes beca, ganas en dólares. ¿Me das un poco de dinero? Entonces yo estaba pagando mucho para él en este momento”, señaló Vonk.
Lo que no podía ocultar, agregó, era su afán de fama y el recelo que guardaba por el temor de que el padre Solalinde se quedara con el crédito de su caravana.
“Yo creo que quería hacer la caravana por la fama. Entonces, cada día en la caravana estaba haciendo entrevistas con periodistas locales y eventualmente nacionales e internacionales. Pero siempre él era la cabeza de todo”, señaló Vonk.
El padre Solalinde le dijo a Univision Investiga que tampoco tiene buenos recuerdos de Mujica.
Le causaba mucha extrañeza, explicó, la insistencia del dirigente cívico de que las caravanas coincidieran con el calendario electoral de Estados Unidos.
Cuando trabajaba en equipo con Mujica percibía que estaba muy pendiente de que los migrantes llegaran a la frontera en fechas electorales clave de ambos países.
Solalinde sostuvo que decidió distanciarse de él luego de decepcionarse con las respuestas ambiguas que le dio un día que trató de enterarse cuáles eran sus metas y que buscaba realmente con las caravanas.
“Tampoco me lo quiso contestar. Y entonces, ante todo eso, yo le dije miren, yo no puedo seguir comprometiendo mi prestigio con una agrupación incierta”, recordó Solalinde.
La narrativa de Mujica agregó el sacerdote “la podría suscribir perfectamente Donald Trump […] De facto él está ayudando los intereses geopolíticos de Estados Unidos. Está en contra del presidente Andrés Manuel [López Obrador]. Es un hecho que él es un colaborador muy efectivo de Estados Unidos”.
Solalinde se ha declarado simpatizante del presidente López Obrador.
Durante el gobierno de Biden, Mujica dio varias entrevistas al corresponsal de migración de Steven Bannon, quizás el estratega político con mayor influencia sobre Trump. En ninguna de sus declaraciones se asomó una sola crítica al candidato republicano, pero se mostró duro con Biden.
“Joe Biden tiene que ser removido de la Casa Blanca por su fracaso de la política migratoria”, tradujo al inglés Oscar El Blue Ramírez un discurso de Mujica en Tapachula.
Ramírez, un exboxeador mexicano, es corresponsal del programa de Bannon Real America’s Voice.
Altibajos
Univision Investiga tuvo a más de 45 mil mensajes de audio y texto de los participantes de dos caravanas que salieron de Tapachula en 2023 y 2024, una de ellas organizada por Mujica. Los mensajes son expresiones espontáneas de confusión, sobresaltos, pequeñas victorias, discordias, señales de solidaridad y el profundo sentimiento religioso de los caminantes.
Una revisión de los comentarios relacionados con Mujica refleja una percepción que va de la iración a la decepción de sus seguidores.
Mujica es muy activo en los chats y está constantemente animando a los integrantes del éxodo con referencias religiosas y exclamaciones caudillistas que hablan de “romper las cadenas” y de la indolencia del gobierno de México.
“Si no tienes fe, si no tienes corazón de lucha, si no crees en nada es tu derecho, pero éste no es lugar para ti porque a mí me han enseñado la vida de la familia vale, que el corazón vale y el que lucha crece y somos mejores (en la) adversidad cuando la superamos”, escribió Mujica el 23 de octubre de 2023. “Como todo árbol necesitamos tierra, incomodidad y trabajo arduo para ganar y salir y dar una mejor vida nosotros mismos y a nuestra familia. Quieres que te caiga maná del cielo, aquí no hay”, agregó.
Como del chat también parece muy atento a expulsar participantes y eliminar mensajes que considera impertinentes o con contenido falso, según su opinión
En los primeros días de Caravana Mujica es un héroe a los ojos de muchos migrantes.
“Confíen primeramente en Dios y después también en Irineo que él no es nuevo de andar en esto, él sabe lo que hace y por qué lo hace, gente yo sé por qué se lo digo”, escribió un migrante identificado como Dios con Nosotros en vísperas de la salida de la caravana en octubre de 2023.
En mayo, a raíz de otra romería que salió de Tapachula, un caminante identificado como Luis había expresado su testimonio de éxito.
“Gracias a Dios y a Irineo Mujica nuestro acompañante que Dios puso en nuestro camino en México.🙌🙌🙌 ya estoy en Tennessee”. El Cachorro también pidió confianza en Irineo argumentando que lo ayudó a llegar a Estados Unidos.
A principios de noviembre de 2023 la caravana que había salido el 30 de octubre empezó a dar señales de desencanto. Aparentemente, según lo dejan entrever los mensajes, las autoridades migratorias de México acogieron solo a los “grupos vulnerables” de mujeres y niños. Los demás fueron devueltos.
Dios con Nosotros, el caminante que elogió a Mujica al emprender la caravana, no ocultó su decepción:
“Yo la verdad mire que fue la peor caravana que has hecho y pues ya nadie más confiara en venir en caravana así Irineo y como te digo disculpa, pero siempre te he tenido como muy buena persona”.
Isaías Gonzalez escribió: Irineo, bien, que está durmiendo y todos ustedes ahí asoleándose, aguantando hambre y desmayándose”.
El 16 de noviembre Mujica anunció su retiro de la caravana.
“Compañeros fui al doctor por fiebre y tos y me dijeron que es posible que sea COVID por lo pronto no puedo acompañar la caravana ni exponer a alguien que se enferme”, escribió.
Transportista
Mujica, nacido en Arroyo Hondo, estado de Michoacán, ha relatado en diferentes entrevistas que llegó a Estados Unidos cuando tenía unos 14 años siguiendo los sueños de su padre Martiniano y de su mamá Antonia de trabajar en este país para sacar adelante a sus nueve hijos. Martiniano laboró en el campo en Arizona y se acogió a la amnistía migratoria de 1986.
“No paró de trabajar hasta el día en que la diabetes lo llevó al hospital de Phoenix y no quisieron atenderlo. Lo retuvieron en la sala de urgencias hasta que le dio un derrame cerebral y un paro cardíaco. No murió por las intervenciones médicas, pero quedó inmovilizado”, explicó Mujica al diario La Opinión en 2019.
Según la crónica de Gardenia Mendoza, Mujica prometió a su padre, en el lecho de enfermo, que defendería a los emigrantes de las injusticias como aquella de la que fue víctima su padre en el hospital. A la pregunta de si se arrepentía de algo respondió que de haber votado por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. El mandatario, según sus palabras, traicionó a los inmigrantes.
Mujica también tiene ciudadanía estadounidense. Los registros públicos de Arizona muestran que sus 32 años compró una casa en Minneapolis por 104 mil dólares que vendió en 2009. En 2016 constituyó en Phoenix, Arizona, la compañía de Transporte Nenas LLC. que se promueve como una empresa de transporte fronterizo. Cubre, entre otras, la ruta desde Puerto Peñasco, población costera del estado de Sonora, a Phoenix y Tucson, Arizona.
La debacle de 2018
Mujica es el único líder cívico que ha logrado llevar una caravana de millares de personas a la frontera con Estados Unidos. El precio de ese récord de su fama fue muy alto.
En noviembre de 2018, Mujica llegó a Tijuana, la ciudad fronteriza con California con un grupo de de la comunidad LGTB. Era solo la avanzada de varios contingentes de miles de inmigrantes que habían salido de Tapachula desde abril, la mayoría de ellos hondureños.
La ciudad sucumbió en el caos. La Unidad Deportiva Benito Juárez, el principal campamento improvisado en Tijuana, llegó a albergar más de 6,000 inmigrantes en medio de inundaciones por fuertes lluvias.
Organizaciones locales de vecinos rechazaron la masiva presencia de los caminantes con consignas como “Fuera hondureños”, “Migrantes sí, invasores no”.
Algunos de los líderes de inmigrantes de la ciudad comenzaron a escuchar rumores de que había planes de instigar a los indocumentados a cruzar la frontera por la fuerza.
Sergio Tamay, presidente de Ángeles Sin Frontera, recuerda que le pidió a Mujica que no se atreviera a semejante osadía porque las consecuencias serían terribles.
En la conversación que fue grabada en video y subida a las redes sociales se ve a Mujica aceptando con humildad las advertencias.
Hoy Tamay se siente engañado, según le dijo a Univision. Días después de la conversación un centenar de hombres, mujeres y niños intentaron cruzar el muro fronterizo y otros evadieron un cerco de la Policía Federal Mexicana.
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos respondió con bombas lacrimógenas y balas de goma. San Ysidro, la garita más transitada, fue cerrada durante horas. Trump advirtió que usaría fuerza letal si continuaban los intentos.
No hay evidencia de que Mujica exhortó a los migrantes a pasar la frontera, pero tampoco de que haya hecho esfuerzos visibles por evitarlo, según Tamay.
“Por mi experiencia yo puedo testificar que él siguió el juego a Trump […] y Trump aprovechó toda esa situación”, dijo Tamay. “Por eso reclamo, a Irineo y le sigo reclamando”, agregó.
En abril de 2019, alguien provocó un incendio de una van que Mujica tenía estacionada frente a un apartamento donde vivía en un barrio de Tijuana.
Pueblo Sin Frontera acusó parcialmente a los gobiernos de México y Estados Unidos de “instigar una campaña de odio” contra de ellos.
Vonk contó que visitó Tijuana durante estos días de zozobra y al ver que al final Mujica se había ido dejando atrás a cientos de inmigrantes pensó que las caravanas eran esencialmente un esfuerzo infructuoso.
“Toda esa lucha de la gente en las caravanas, de mamás con bebés, sacrificando mucho, gastando mucho tiempo, dinero, todo, para una vida mejor. ¿Y qué pasa después de una caravana? Nada. Nada cambia”, dijo. “La única persona que gana algo es Irineo Mujica. Y para mí eso es la tragedia más grande de las caravanas”, agregó.
En este artículo colaboraron las periodistas Margarita Rabin, Fernanda Valdivia, Verónica Guzmán y Mónica Romero.