El polémico uso de Guantánamo: de los "combatientes enemigos" de Bush a los "peores criminales extranjeros" de Trump
Guantánamo es un nombre que genera pavor y rechazo entre quienes recuerdan cómo se convirtió en el símbolo de los excesos, arbitrariedades y hasta torturas de los años de la llamada "guerra contra el terrorismo" en la que se embarcó el gobierno del presidente George W. Bush tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Ahora que el presidente Donald Trump ordenó crear un centro para detener allí a 30,000 indocumentados, a quienes calificó como los "peores criminales extranjeros", la polémica en torno a la base militar estadounidense ubicada en el extremo suroriental de Cuba promete continuar.
Trump hizo el anuncio durante la firma de la Ley Laken Riley que amplía las razones para deportar indocumentados a personas que hayan sido capturadas en robos menores sin necesidad de que hay una sentencia judicial en su contra.
Cuando Trump advirtió que "los vamos a enviar a Guantánamo", usó una frase que bajo el gobierno de George W. Bush (2001-2009) era una amenaza terrible que presagiaba que los detenidos allí no tendrían derechos.
El limbo legal que permitió los excesos en Guantánamo
El limbo legal en el que se ubicaba la base permitía detener sin las garantías que da la Constitución o tratados internacionales a cientos de "combatientes enemigos" capturados en Afganistán sometidos a procesos en tribunales militares.
Pasaron muchos años para que todo eso terminara aclarándose en las cortes estadounidenses. Y para que se detuviera el uso de las llamadas 'técnicas mejoradas de interrogación', el eufemismo legal que usó el gobierno de Bush para autorizar el uso de torturas y que fue prohíba, de nuevo, con la llegada de Barack Obama al poder.
En enero de 2025, solo quedaban 15 de aquellos más de 800 prisioneros que fueron recluidos en la famosa prisión militar. Los que permanecen en Guantánamo son quienes no han podido ser enviados a sus países de origen y un puñado que no ha sido procesado y que, aparentemente, no podrá serlo nunca.
Y aquí hay una coincidencia, porque algunos de los inmigrantes que la Casa Blanca planea enviar a la base en Cuba son nacionales de países cuyos gobiernos no los aceptan, como el de Venezuela, que ha suspendido la cooperación con EEUU para recibir a sus ciudadanos deportados.
Guantánamo ya aloja solicitantes de asilo, pero no en EEUU
Sin embargo, los que sean enviados a Guantánamo no irán a las mismas instalaciones que albergaron a los acusados de terrorismo. El ‘zar de la frontera’ Tom Homan y la nueva secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, dijeron a los medios que se construirá nuevas edificaciones para recibir a los deportados.
Actualmente, hay un pequeño centro de detención para migrantes en la base que se conoce como el Centro de Operaciones Migratorias y se utiliza para las personas interceptadas que intentan llegar ilegalmente a Estados Unidos en barco, principalmente de Cuba y Haití y otras islas caribeñas.
Según reportes de medios, han sido llevadas a Guantánamo para esperar asilo en terceros países. El sistema que se emplea no les permite solicitar la entrada a EEUU, porque aunque la base es operada por fuerzas estadounidenses, es territorio cubano arrendado "a perpetuidad" por un acuerdo entre Washington y La Habana tras la guerra de independencia de España que nunca ha podido ser revocado.
El Proyecto Internacional de Asistencia a Refugiados dijo en un informe el año pasado que las personas están retenidas en condiciones "similares a las de una prisión" y que estaban "atrapados en un sistema punitivo" indefinidamente, sin que los funcionarios que lo dirigen rindan cuentas.
Cuando Guantánamo recibió a decenas de miles de inmigrantes
En los años 90, la base de Guantánamo fue utilizada para albergar a miles de haitianos que huían de la crisis política en su país y buscaban refugio en EEUU. Quienes lograban asilo eran posteriormente trasladados a territorio estadounidense, otros, como los enfermos de SIDA ,eran devueltos a su país.
Dentro de su presupuesto actual, ICE solo tiene capacidad para detener y procesa a unas 41,000 personas, muy lejos de los millones de indocumentados que promete deportar Trump.
Por eso, en el pasado, el gobierno ha recurrido a instalaciones militares para manejar oleadas de inmigrantes provenientes de países como Cuba, Haití, Vietnam, Kosovo y Afganistán.
Obama las empleó temporalmente para detener a los niños inmigrantes mientras aumentaba los centros de detención privados donde albergar a las decenas de miles de familias centroamericanas atrapadas cruzando ilegalmente la frontera.
Eso se reactivó durante el primer mandato de Trump para detener a niños migrantes, aunque la medida estuvo rodeada de gran polémica por las condiciones en las que quedaban alojados los menores.
La decisión de enviar inmigrantes a Guantánamo "debería horrorizarnos a todos", dijo en un comunicado Vince Warren, director ejecutivo del Centro de Derechos Constitucionales, grupo de defensa legal que desde los ataques del 11 de septiembre ha representado a docenas detenidos en la base.
"(Trump) envía un mensaje claro: los inmigrantes y los solicitantes de asilo están siendo vistos como la nueva amenaza terrorista, que merecen ser descartados en una prisión, en una isla, privados de servicios y apoyos legales y sociales", advirtió Warren.
El ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez dijo en X: "La decisión del gobierno de Estados Unidos de encarcelar a los migrantes en la Base Naval de Guantánamo, en un enclave donde creó centros de tortura y detención indefinida, muestra desprecio por la condición humana y el derecho internacional".