Esta es la única película grabada en las Catacumbas de París y el resultado fue escalofriante
¿Qué prefieres: una historia de terror fantasiosa o una basada en hechos reales? Puede que esta vez no tengas que escoger, ya que existe una película que posee un poco de ambos mundos. Bueno, en realidad tiene más ficción que sucesos verídicos, pero sí fue grabada en uno de los lugares más escalofriantes del mundo: las Catacumbas de París.
Como explica la página oficial del sitio, la historia de las Catacumbas de París como las conocemos ahora inició a finales del siglo XVIII. Los cementerios de la ciudad rebasaban su capacidad y las autoridades decidieron transportar los huesos a una serie de laberintos subterráneos que en total tenían una extensión de 800 hectáreas.
La mudanza comenzó en 1785. En un principio, los restos simplemente se acumularon en pilas sobre el piso. Pero después fueron acomodados en forma de galería, con lo que el lugar se convirtió en un osario. Se estima que las catacumbas resguardan los huesos de 6 millones de personas.
En 1809 la gran tumba bajo tierra fue abierta al público, pero sólo se podía entrar en ella al pedir una cita (Napoleón III la recorrió junto con su hijo en 1860). Fue en el siglo XIX cuando se convirtió en una atracción turística que ahora recibe a un aproximado de 550,000 visitantes anuales. La primera película en la historia que tuvo permiso de grabar entre sus muros fue As Above, So Below.
También conocida en español como Así en la Tierra como en el infierno, es una producción de 2014 al estilo de La bruja de Blair, con videos en primera persona. Scarlett es un estudiante de Arqueología que está convencida de que una importante reliquia se esconde bajo París, y la única forma de llegar a ella es a través de las catacumbas. Como te imaginarás, algo terrible e inesperado los espera en la profunidad.
La película recibió críticas positivas y negativas después de su estreno. Por un lado, están quienes creen que muestra demasiados clichés cursis o que le faltó explotar más el terror. En la otra esquina están quienes le aplaudieron que no se trate de una típica historia de fantasmas. Sin importar a qué bando te unas después de verla, el atractivo histórico no se pierde, porque es el único largometraje que se llevó a cabo en este lugar.
Antes de la filmación, el equipo de producción tuvo que asegurarse de que los muros no colapsarían y que todos los involucrados podrían respirar con normalidad. Allá abajo no había electricidad ni señal telefónica, así que el sentimiento de estar atrapado y lejos del mundo exterior se vivió tanto delante de la cámara como detrás de ella.
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