Muere la actriz Marisa Paredes, una 'chica Almodóvar' con una vida de arte y compromiso
La actriz española Marisa Paredes, con una extensa y aplaudida trayectoria que incluyó varios filmes con Pedro Almodóvar, falleció de forma repentina a los 78 años, informó este martes la Academia española de Cine.
" El cine español se queda sin una de sus actrices más icónicas, Marisa Paredes, que deja tras de sí una larga carrera en la que el público ha podido verla en más de 75 ocasiones en la gran pantalla", indicó la Academia española de Cine en su cuenta de la red social X.
Paredes fue una actriz polivalente y comprometida que trabajó en cine, teatro y televisión con grandes nombres de la pantalla y de la escena, una gran diva de la interpretación española que dedicó su vida al impulso y defensa de los y las profesionales del cine.
Con una prolífica trayectoria construida desde su temprano debut, Paredes fue una de las grandes damas de la interpretación en España, donde incluso llegó a presidir la Academia de Cine entre 2000 y 2003.
Entre otros galardones, obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro a las Bellas Artes y el Goya de honor por "una prolífica y prolongada carrera, trayectoria que mantiene con absoluto vigor, apostando en numerosos trabajos por proyectos cinematográficos nacionales e internacionales definidos por el riesgo y el prestigio".
Además fue reconocida en España con la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), con la Gran Medalla Vermeil de la Villa de París, así como premios cinematográficos en certámenes como el de Karlovy Vary (República Checa), Taormina (Italia), Gijón o Málaga, en España.
La televisión, el trampolín que impulsó la carrera de Marisa Paredes
Nacida el 3 de abril de 1946 en Madrid, a los 15 años pisó un escenario por primera vez. De ahí, al teatro universitario, y de ahí a una carrera emblemática llena de reconocimiento y iración.
Los primeros pasos los dio en la televisión pública española (TVE), en concreto en el programa de realización de obras teatrales 'Estudio 1', gracias al que alcanzó un prestigio que le permitió saltar al cine y al teatro, convirtiéndose en referencia, pero sin dejar la pequeña pantalla.
En las tablas españolas fue una de las grandes. Protagonizó obras como la lorquiana 'Comedia sin título' (1990), 'Beckettiana' (1991), 'Hamlet' (2007) o la adaptación de 'Sonata de otoño', de Ingmar Bergman (2008).
Cineastas españoles como Fernando Trueba ('Ópera prima', 1980), Jaime Chávarri ('Las bicicletas son para el verano', 1984), Agustí Villaronga ('Tras el cristal', 1986) o Jaime Rosales ('Petra', 2018) han contado con la profesionalidad de Paredes.
Su carrera en el cine español le valió dos nominaciones a los premios Goya: mejor actriz de reparto por 'Cara de Acelga' (1987) y mejor actriz protagonista por 'La flor de mi secreto' (1995).
Marisa Paredes, una carrera marcada por sus colaboraciones con Almodóvar
Lo que le dio, sin embargo, una nueva dimensión a su trayectoria fue su primera colaboración en 1983 con Almodóvar, con quien establecería una prolífica relación artística desde su participación en 'Entre Tinieblas'.
Después trabajarían juntos en 'Tacones Lejanos', 'La flor de mi secreto', así como más tarde en 'Todo sobre mi madre', 'Hable con ella' y 'La piel que habito'.
Además, estuvo junto a grandes directores como el mexicano Guillermo del Toro ('El espinazo del diablo', 2001), el italiano Roberto Benigni ('La vita è bella', 1997) o el francés Philippe Loiret ('Tombés du ciel', 1993), y compartió reparto con otros como Marcello Mastroianni ('Toris vies et une seule mort').
El 8 de marzo de 2000, Día Internacional de la Mujer, dejó su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes junto a la escritora y periodista Rosa Montero y la cantautora Rosa León.
En 2003, cuando estaba al frente de la Academia de Cine española, durante su discurso en la gala de entrega de los premios Goya, Paredes afirmó: "No hay que tener miedo a la cultura ni al entretenimiento, ni a la libertad de expresión, ni mucho menos a la sátira, ni al humor. Hay que tener miedo a la ignorancia y el dogmatismo. Hay que tener miedo a la guerra".
Fueron palabras que reflejaron su compromiso en la defensa de su profesión y de su sector, y su compromiso social, porque su etapa como presidenta de la Academia coincidió con las movilizaciones ciudadanas por la guerra de Irak.
Con información de EFE y AFP.