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Ciencia y Tecnología

La receta de la felicidad está delante de nuestras narices y así puedes alcanzarla, según la ciencia

Publicado 6 Mar 2019 – 02:28 PM EST | Actualizado 6 Mar 2019 – 02:28 PM EST
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Ser felices es algo que todos buscamos durante la vida. Están quienes se lo proponen como un objetivo, mientras que lo más saludable es sentir felicidad durante el camino, y no ponerla como meta. Sea como sea, la dificultad más grande está en sentirnos realmente felices y, según una profesora de Harvard Business School, conseguirlo depende de nuestro tiempo.

Ashley Whillans, doctora en psicología social, con investigaciones enfocadas en cómo las decisiones sobre tiempo y dinero afectan a las personas, asegura que tener tiempo libre para disfrutar de lo que realmente nos da placer es la clave para ser felices. Aunque para ello es necesario cambiar la forma en que gastamos nuestro dinero. ¿Cómo es eso? Lo detallamos a continuación.

¿El dinero hace a la felicidad?

La manera de acceder a la verdadera felicidad es gastar el dinero para comprar tiempo feliz, es decir, tener más tiempo para hacer lo que nos gusta, de acuerdo con lo dicho por Whillans en el podcast de Curt Nickisch de Harvard Business Review. Y no, no tiene que ver con gastar todo el dinero en comprarnos cosas.

Según Whillans, si invirtiéramos nuestro dinero en contratar a alguien para que haga las tareas de limpieza de nuestro hogar o gastáramos un poco más de dinero para tener una casa más cerca del trabajo (y por ende perdiéramos menos tiempo en llegar), seríamos más felices. Esto se explica porque, al dejar de destinar nuestro tiempo a traslados o tareas que son necesarias pero no nos provocan más que una molestia o sensación de rutina, podríamos invertir más horas en lo que realmente nos genera disfrute.

Gastar dinero para eliminar nuestras tareas diarias o semanales más estresantes de nuestra rutina es, precisamente, una buena inversión en felicidad. El problema está en que «las personas se sienten realmente culpables por la subcontratación, a pesar de que están renunciando a dinero para tener más tiempo de lo que han ganado», asegura Whillans.

Muchas veces la sociedad ve a esta eliminación de experiencias negativas diarias como una manera de ser incapaces de hacer tareas simples como limpiar, ordenar, cocinar, cortar el césped o lavar la ropa. Pero en realidad es la forma más inteligente de aprovechar el tiempo y de sentirnos mejor con nuestra vida.

Para poder concentrarnos en ser felices y no sentirnos culpables por no hacer dichas tareas, lo importante es pensar en lo que estamos ganando gracias a ello. «¿Está cambiando este dinero la forma en que gasto mi tiempo? Eso deberíamos preguntarnos cada vez que abrimos nuestra billetera», dice la profesora.

En resumen, una mayor felicidad se consigue comprando tiempo libre y eliminando las experiencias negativas que lo único que consiguen es quitarnos horas para disfrutar de las actividades que más nos gustan o de simplemente descansar.

Si el tiempo es dinero, quizás también debamos pensar que el dinero puede comprar momentos felices. ¿Estás preparado para cambiar la manera en que organizas tu vida y ser más feliz?

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