Si tu hijo no quiere dormir en su cama podría tener ansiedad, presta atención a las señales
Aunque muchas veces no se le da la importancia que requiere, la salud mental es una parte esencial de nuestro bienestar. Cotidianamente se habla de depresión, ansiedad y demás trastornos en jóvenes y adultos, pero ¿y los niños?
Parece que en ocasiones caemos en el absurdo de pensar que los niños solo evocan felicidad, risas y alegría. No obstante, los más pequeños también se ven afectados por este tipo de condiciones.
Así como existe la depresión infantil, la ansiedad en los niños también es un hecho. A continuación te explicamos un poco más sobre este trastorno y la manera en qué puedes ayudar a tu pequeño.
Trastorno de ansiedad
Sentir ansiedad es la respuesta natural del cuerpo hacia el estrés. Este sentimiento de miedo o temor por alguna situación es normal en todas las personas. Va y viene dependiendo lo que vivas en tu día a día, pero no interfiere tal cual con tu vida cotidiana.
No obstante, hablamos de un trastorno de ansiedad cuando los sentimientos de miedo o terror son extremos y parecen estar presentes todo el tiempo, a tal grado que te orilla a dejar de hacer cosas, incluso las que solías disfrutar.
Los trastornos de ansiedad son la forma más común de un trastorno emocional y pueden afectar a cualquier persona de cualquier edad.
Síntomas silenciosos en niños
La ansiedad se siente diferente en cada persona. Pueden presentarse desde pesadillas o pensamientos dolorosos que no se pueden controlar, hasta un corazón acelerado o un ataque de pánico.
Los síntomas más comunes suelen ser aumento de la frecuencia cardíaca, respiración agitada, inquietud y preocupación desmedida, problemas para concentrarse y dificultad para dormir.
Dichos síntomas son bastante perceptibles y más cuando el trastorno ya es diagnosticado en la persona. No obstante, existen ciertos signos un tanto sutiles que nos pueden alertar y ayudar a identificar si nuestro pequeño está desarrollando este trastorno.
#1 Querer dormir en tu cama
La mayoría de los niños desarrollan un cierto ritual nocturno en su dormitorio. No obstante, cuando este ritual se altera puede ser una alerta de que tu pequeño está sufriendo ansiedad. Uno de las cambios más comunes es cuando tu hijo repentinamente insiste en dormir en tu cama.
De acuerdo con la psicóloga Rebecca R. Berry, las alteraciones repentinas en el ritual nocturno de un niño pueden ser una forma en la que el pequeño intenta afrontar la ansiedad.
Ante esto, puedes prestar especial atención a su rutina de noche. Leer un cuento, hacer divertida la hora del baño o escuchar música tranquila antes de dormir son algunas formas de aliviar los sentimientos de ansiedad en tu hijo.
#2 Comienza a formular muchas preguntas
Es normal que los niños hagan muchas preguntas, pues es su manera de conocer y entender el mundo. Sin embargo, cuando estas interrogantes aumentan a lo largo del día y apuntan a ser preguntas cuya respuesta les otorga cierta tranquilidad, se puede tratar de un síntoma de ansiedad.
Los niños con ansiedad se preocupan porque las cosas estén bien, por ello insistirán en formularte preguntas basadas en sus preocupaciones, como si alguien cercano va a morir, si va a ocurrir un accidente, qué pasaría si se perdiera en la calle, etc.
Cuando tu pequeño comience a preguntarte, date el tiempo de también hacerle preguntas y así descubrir exactamente qué lo está preocupando.
Es importante que le des tiempo y confianza para que te conteste con lo que se sienta cómodo. También es importante que le asegures que quieres escucharlo y estás ahí para ayudarlo.
#3 Dificultad para ir al baño
Sabemos el gran logro que es cuando tu pequeño deja el pañal y empieza a avisar para ir al baño. Pero, si después de esto tu hijo comienza de repente a mojar la cama, estreñirse o negarse a ocupar el inodoro pueden ser una señales de ansiedad. De acuerdo con la psicóloga Rebecca R. Berry esta regresión en los comportamientos para ir al baño es una forma en la que tu pequeño puede externar que está angustiado por algo y que su preocupación se está saliendo de control.
En lugar de enojarte y regañar a tu hijo, es importante que muestres empatía y comprensión. Escúchalo y pregúntale qué le preocupa, le molesta o lo está haciendo sentir nervioso.
#4 Más tiempo en el iPad, tablet o dispositivo móvil
Hoy en día es común que los niños disfruten jugar o ver videos en diversos dispositivos móviles. No obstante, aquellos pequeños que presentan ansiedad pueden abusar de este entretenimiento con más frecuencia.
De acuerdo con el Doctor Daniel Mortenson del Centro de Tratamiento de Conducta Cognitiva de Chicago, el uso excesivo de estos dispositivos supone una señal de que el niño está luchando e intentando escapar de emociones difíciles.
Ante esta situación, en lugar de negarle el uso del dispositivo, puedes proponerle un juego donde participen los dos (tú y tu hijo), o hacerle preguntas sobre lo que está viendo. Esto te puede ayudar a entender más el escape que encuentra tu pequeño en la pantalla.
#5 Lavarse mucho las manos y más seguido
Lidiar con un trastorno de ansiedad es complejo y más si tu pequeño no sabe cómo externar su sentir. Ante esto, puede manifestar sus sentimientos con ciertos tipos de rituales que antes no hacía, tales como lavarse muchas veces las manos, morderse las uñas, rascarse excesivamente la cabeza, etc.
Este tipo de nuevos rituales es una alerta para ti como papá. Lo primero que se debe hacer es tratar de identificar la causa por la que está desarrollando este trastorno. ¿Qué le molesta? ¿Qué siente? ¿Por qué tiene la necesidad de lavarse tanto las manos? Escucha con atención a tu hijo.
Además, puedes aprender ciertas habilidades para sobrellevar la ansiedad y que le puedes enseñar a tu pequeño, tales como meditar o hacer algún tipo de ejercicio.
#6 Intentar que todo salga perfecto
Siempre se aplaude la dedicación de tu hijo en su estudio, deportes o cualquier otra actividad que realice. No podemos negar que nos enorgullece que quiera dar su mejor esfuerzo. Sin embargo, cuando la dedicación se desplaza hacia un exacerbado perfeccionismo y una gran preocupación porque todo salga perfecto, podemos estar hablando de ansiedad.
Ante esa situación es bueno recordarle al pequeño que si algo sale mal no es el fin del mundo. Procure formular preguntas que le ayuden a ver la situación desde una perspectiva menos fatalista.
#7 Rehusarse a comer su comida favorita
Tal vez de un tiempo para acá has notado que tu pequeño simplemente se está volviendo un poco 'picky' con la comida. Alimentos que antes disfrutaba ahora los rechaza. De acuerdo con un estudio de la Academia Americana de Pediatría este tipo de rechazo puede asociarse con ansiedad.
Cuando notes estos cambios en sus patrones de alimentación, lo más recomendable es que lo platiques con su pediatra.
#8 Cansancio extremo después de clases
Si tu hijo regresa a casa sumamente exhausto después de la escuela, aún cuando durmió entre ocho y diez horas la noche anterior, puede estar sufriendo ansiedad. La fatiga extrema es un síntoma de ansiedad y ésta se debe a que su cerebro puede estar lleno de tensión y preocupación, la cual también se refleja en músculos tensos que a la larga cansan a tu pequeño.
Procura inculcarle ciertas prácticas de relajación que lo ayuden. Pueden meditar o hacer yoga juntos.
#9 No querer hacer actividades extracurriculares
Muchos niños tienen diversas actividades extracurriculares después de la escuela. Son excelentes para distraerse, divertirse, ejercitarse y pasar un buen rato con sus amigos. Sin embargo, un niño que experimenta ansiedad puede comenzar a sentir cierto disgusto hacia las actividades que una vez disfrutó y preferir quedarse en casa donde se siente seguro y protegido.
Es importante darle importancia a ese cambio de actitud y respetar las preocupaciones de tu pequeño. Puedes negociar con tu hijo y permitirle que escoja las actividades con las que se siente más cómodo y permitirle dejar aquellas que realmente lo alteran.
#10 Dejar de estar con sus amigos
Normalmente, los niños pequeños suelen disfrutar mucho jugar con sus amigos. No obstante, cuando la ansiedad, y en otros casos, la depresión, suele asolar a tu pequeño, éste puede abstraerse en su entorno social.
Es importante que cuando notes este abrupto cambio acudas con un especialista. También puedes explorar diferentes actividades donde tu hijo pueda involucrarse y sentirse cómodo.
Es importante que cuando notes estas señales prestes especial atención y acudas con un especialista, quien ayudará a diagnosticar correctamente a tu hijo y te ayudará a explorar las opciones de tratamiento. En algunos casos únicamente se necesitan ciertos cambios en el estilo de vida. No obstante, en otros se puede llegar a necesitar psicoterapia o medicación.
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