Guardar todas las frutas en el refrigerador y otras cosas que has estado haciendo mal toda la vida
Los consejos y las costumbres familiares pueden afectar por completo nuestra manera de llevar el hogar. Entre tanto que hacer, es difícil darse cuenta de los errores que podemos cometer. Hay algunas cosas que haces en casa que pueden afectar los alimentos, los muebles y hasta el medio ambiente. Pero estás justo a tiempo de corregirlo.
Errores en la cocina
Hablemos primero de las cosas que hacemos mal en la cocina y ni cuenta nos damos. Algunas las hacemos por costumbre, otras porque las aprendimos en casa, y algunas más porque "así se nos ocurrió".
Colocar los huevos en la puerta del refrigerador
La mayoría de los refrigerados o heladeras contienen un recipiente especial para colocar los huevos en la puerta del electrodoméstico. Así que es común ponerlos ahí.
El problema es que esto no es lo más conveniente. Esta área es la menos fría de todas y eso evita que el alimento se conserve de manera adecuada. Si quieres que duren mucho más tiempo frescos, debes meter los huevos en otro compartimiento.
No calentar lo suficiente el aceite
Este es uno de los errores más comunes a la hora de cocinar. Es necesario dejar calentar el aceite en el sartén, para obtener un buen platillo.
Si agregamos los ingredientes antes de que el aceite esté bien caliente, esto puede ocasionar que los alimentos absorban más aceite de lo que deberían. Es un error que podría dañar severamente nuestra salud.
Para hacer la prueba de temperatura, coloca una porción pequeña de algún alimento. Si el aceite burbujea, es el momento indicado de empezar a cocinar.
Lavar el arroz y las carnes
Es una práctica bastante común en varios hogares. El arroz y la carne no debe lavarse, pues al entrar con el calor, las bacterias que pudieran existir terminarán muriendo. Usar agua incluso puede generar más bacterias que las que elimina.
Cuando se lava el arroz, obtenemos un agua blanca. Esto es el almidón que el arroz está perdiendo y a la vez se desperdicia hasta el 75% de los nutrientes.
No refrigerar la mayonesa y la catsup
Las opiniones se dividen respecto a qué lugar pertenecen la mayonesa y la catsup. En algunos hogares la refrigeran, pero en otros se guarda en la alacena.
Lo correcto es mantenerlos almacenados en la nevera. La alacena no les hará mucho daño, pero el frío del refrigerador ayudará a que se mantengan lejos de las bacterias durante más tiempo.
Emplear tablas para picar de madera
Se piensa que las tablas de madera son una herramienta indispensable en la cocina, pero no es así. De hecho, deberías tirarlas cuánto antes y no volver a usarlas.
Este tipo de utencilios favorece que los alimentos queden contaminados, pues muchos agentes malignos pueden quedarse en ella. Lo ideal es usar tablas para picar de vidrio y lavarlas constantemente.
Guardar todo en el refrigerador
La nevera es un electrodoméstico muy útil. Aunque nos ayuda a conservar todo durante más tiempo, debe saberse qué alimentos van aquí y cuáles no.
Algunas frutas como la sandía, el melón y las tropicales (como el plátano, la piña y la papaya) no deben ir en el refrigerador. El frío provoca que las primeras dos pierdan sus altos niveles de antioxidantes.
Las frutas tropicales, como las que ya mencionamos, también deben mantenerse en un lugar a temperatura ambiente y sin que les dé el sol. Colocarlas en el refrigerador ocasiona que las enzimas se anulen y la fruta no madure. Además, la pulpa se pone pastosa y la piel se pone negra.
Verduras como el aguacate, la papa y la cebolla tampoco van en la nevera. El primero se ve interrumpido en su proceso de maduración, al ser refrigerado. En el caso de la papa, el frío ocasiona que el almidón se convierta en azúcar y altera su composición, sabor y textura.
En cuanto a las cebollas, estas se ven afectadas por la falta de circulación de aire al guardarse en el refrigerador. Esto generará que la verdura se pudra al poco tiempo.
Meter comida caliente a la nevera
No es nada raro que queramos almacenar comida recién hecha dentro del refrigerador, para que se conserve por más tiempo. Esto no afecta al platillo, pero sí al electrodoméstico.
Esto sólo ocasiona que la temperatura de la nevera suba y posteriormente gaste más energía en volver a su temperatura anterior. Si no quieres que el recibo de electricidad llegue por los cielos, lo mejor es esperar a que la comida se encuentre a una temperatura ambiente.
Comer cualquier alimento sin saber su estado
Las fechas de caducidad existen por una razón: mantenerte a salvo de agentes peligrosos que pudieran llegar a dañar tu salud. No obstante, algunas personas creen que esa fecha no es importante y pasan por alto esta advertencia.
Algunas veces solemos dejarnos llevar por el color y el aroma de los alimentos. Pero hay que tener claro que los patógenos más perjudiciales no pueden detectarse de manera tan sencilla.
Limpieza en el hogar
No hace falta decirlo, mantener nuestro hogar limpio es indispensable para la salud e incluso para llevar una buena convivencia con los de la familia. Sin embargo, hay algunos errores que quizá estamos cometiendo y es necesario señalarlo.
Limpiar ventanas en un día soleado
Creemos que lavar las ventanas en un día soleado hará que se sequen más rápido y que la luz evidencie el polvo y la suciedad mucho más fácil.
Sin duda, lo anterior es verdad. Pero aún así deberías limpiarlas durante un día nublado o cuando el sol no apunte directo. El secado rápido que el sol proporciona puede hacer que tus vidrios queden rayados.
Lavar los electrodomésticos con cualquier producto
Los electrodomésticos también necesitan ser limpiados con frecuencia, para evitar la acumulación de bacterias y otros agentes dañinos para nuestra salud.
Pero limpiarlos con productos que no sean específicos para estos aparatos puede ser muy malo. Esto podría ocasionar que el producto se dañe o incluso provocar un cortocircuito.
Limpiar primero los muebles
La mayoría de las veces, los muebles son el elemento que le da vida a nuestro hogar. Por lo mismo, queremos dejarlos reluciendo de limpios en cualquier oportunidad.
Pero un gran error es limpiar primero los muebles, antes que el resto de la casa. En realidad, esto sólo provocará que hagas más trabajo del necesario. Al limpiar el piso, todo el polvo volverá a impregnarse en mesas y armarios, por lo que deberás comenzar de cero.
Usar la misma esponja
Para ahorrarnos dinero, es muy común que usemos la misma esponja para limpiar cualquier rincón de la casa. Pero esto puede traer consecuencias negativas.
Lo único que provocarás al usar la misma esponja es propagar y trasladar los gérmenes de un lado al otro. Lo mejor es tener una esponja especial para cada lugar de la casa y cambiarla cada 3 meses.
Exceso de detergente
Es fácil creer que entre más detergente, más limpia y desinfectada estará la comida. Aunque el jabón es un gran aliado, éste no debe usarse en exceso.
El detergente nunca debe agregarse directamente a la esponja (aunque así lo muestren los comerciales), sino en un recipiente con agua para diluirlo. Esto evitará que queden residuos en los trastes.
En el sanitario
Definitivamente, el baño es otro lugar de la casa en el que debemos poner mucha atención sobre los productos que usamos, cómo los usamos y otros hábitos de limpieza que quizá no sean los más adecuados.
No tener ventilación
Todos los baños de cualquier lugar necesitan por lo menos una ventana o algún instrumento o aparato que les permita tener la suficiente ventilación.
Además de eliminar olores, evitará que la humedad se acumule dentro del sanitario. Así no podrán formarse hongos u otros gérmenes, y tú y tu familia estarán sanos.
Guardar el cepillo de baño después de usarlo
Es evidente que el cepillo con el que lavábamos el baño está repleto de bacterias, pero es un artículo sumamente necesario para mantener un inodoro limpio.
Para evitar la acumulación de gérmenes, no debes guardarlo inmediatamente después de usarlo. La humedad sólo ocasionará que las bacterias se multipliquen.
No tirar el papel al inodoro
Este debate ha sido controversial durante muchos años. Algunas personas dicen que tirar los papeles al inodoro puede ocasionar que el drenaje se tape.
Sin embargo, es mucho peor dejarlos en el bote. Al hacer esto, provocarás que tu familia respire materia fecal que se adhieren a las partículas de aire. Es un gran foco de infección.
No cuidar tu cepillo de dientes
El cepillado diario mantiene nuestros dientes libres de sarro y a salvo de caries. Pero este artículo de higiene personal también necesita mantenimiento y cuidados.
Cómo ya sabrás, debes cambiarlo cada 3 meses, pues después de este tiempo son prácticamente inservibles. Pero antes de eso, debes mantener libre de gérmenes el que estás usando. Lo único que necesitas hacer es sumergirlo de vez en cuando en vinagre durante media hora.
No limpiar el lavabo
Otro error sumamente común es creer que el lavabo del baño o el fregadero de la cocina se mantienen limpios por sí sólo. La verdad es que necesitan cuidados.
La humedad y la falta de aseo puede generar que bacterias como el E.coli se hagan presentes en estos lugares. Procura limpiarlos con regularidad, con ayuda de jabón y una esponja.
En la habitación
Aún cuando solo utilices tu habitación para "llegar a dormir" y no te pares por ahí durante todo el día, significa que pasas alrededor de ocho horas en este cuarto de la casa. De ahí la importancia de evitar errores en cuanto a limpieza y mantenimiento se refiere.
Elegir colores fuertes
Puede ser que sientas que tu habitación se ve apagada o sin vida, y quizá pienses que elegir un color intenso te ayudará a animarte en el día a día.
Pero la realidad es que esto no es buena idea. Los colores vibrantes sólo ocasionarán que tu descanso no sea óptimo y no podrás relajarte en ningún momento.
Lo mejor es inclinarse por los colores suaves y tenues, que te ayudarán a dormir mejor. Si deseas elegir un color fuerte, lo ideal será sólo aplicarlo en una pared.
No escoger un buen colchón
Quizá pienses que ahorrarte un poco de dinero te ayudará a ti y a tu bolsillo. Pero como dice el refrán, «lo barato sale caro». Elegir un colchón de baja calidad puede afectarte a corto y largo plazo.
Esto podría traerte problemas de insomnio, lo que ocasionará mal humor y cansancio en exceso. También puede originarte dolores de espalda y cuello.
Dejar todo desordenado
Sabemos que después de un largo día, lo único que deseas es llegar a casa y tirarte en la cama. Esto puede hacer que dejes la ropa y tus cosas botadas por doquier.
Cuando menos te des cuenta, todo se encontrará hecho un desastre. Lo mejor es no dejar que se acumule el desorden, sino colocar las cosas en su lugar cada día. Verás que esta simple acción te ahorrará mucho tiempo.
No limpiar tu teclado
Si tienes una computadora en casa, debes saber que requiere de cuidados y mantenimiento. No sólo en su funcionamiento, también en el exterior.
Uno de los lugares que más bacterias contiene y que menos se limpia es el teclado. Es importante que lo asees con un producto especial para esta herramienta y retires las teclas para llegar hasta los sitios más escondidos.
No despegarte del celular antes de dormir
No es nada raro que revisemos nuestras redes sociales a través de los dispositivos móviles, justo antes de dormir. Y aunque es común, no es nada recomendable. Esto te hace más propenso a sufrir trastornos del sueño y descansar poco.
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