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Flores para curar enfermedades: ¿qué hay de verdad y qué de mentira en la terapia de Bach?

Publicado 21 Nov 2018 – 02:42 PM EST | Actualizado 21 Nov 2018 – 02:42 PM EST
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Calman la ansiedad, mejoran la creatividad y ayudan a las personas a enfrentar sus miedos, entre muchos otros efectos: las flores de Bach son ampliamente utilizadas para todo tipo de problemas. Solo tomar algunas gotas de agua, algunas veces al día, puede ayudarte, a mediano plazo, a cumplir tus objetivos o superar ciertas situaciones. O eso creen algunos. La falta de evidencia científica sobre su funcionamiento convierte este tipo de medicina en un tema de creer o reventar.

Flores de Bach: ¿cómo funcionan?

Las soluciones de flores de Bach contienen una mezcla a partes iguales de agua y brandy. La sustancia de las plantas medicinales está presente también, pero en una ínfima parte, demasiado pequeña para tenerla en cuenta. Bach, que falleció en 1936, creía que el agua puede retener la memoria de la planta. Entonces, por más diluida que esté, la esencia de la planta sigue teniendo el mismo efecto, a través de su energía y su vibración. A veces las flores de Bach se confunden con la homeopatía, y, si bien tienen principios parecidos, el de vibración no es uno de ellos. Dado que esta es la base del tratamiento con flores de Bach, y no es un concepto científico, se considera este tipo de medicina como dentro de la pseudociencia.

Una nota de Science-Based Medicine explica que Edward Bach, quien inventó este sistema de sanación, quería utilizar su intuición para acceder a una conexión psíquica con las plantas. Sostenía su mano sobre diferentes plantas para sentir su vibración y observar cuáles afectaban su estado emocional. Cuando una planta se conectaba con él, recolectaba el rocío que se había acumulado sobre sus hojas para usarlo como un remedio, porque creía que este líquido contenía y preservaba las propiedades curativas de las plantas.

Hoy en día se utiliza brandy para conservar el poder curativo de las esencias. Con cuatro gotas cuatro veces al día, ingeridas directamente o dentro de una bebida, aparecen los efectos, según los terapeutas. Incluso se puede diluir el líquido en una bebida caliente para que el alcohol se evapore, si se prefiere no ingerirlo. Bach Flower, una de las marcas que comercializa los remedios de manera oficial, recomienda utilizarlos no solo en personas, sino que también alega que funcionan en animales.

Hay algo de las flores de Bach que se sabe es cierto: no representan peligro alguno para ninguna persona, al ser tan diluidas e ingerirse en tan pequeñas cantidades. El resto, por ahora, permanece un misterio.

Las evidencias detrás de esta terapia

En un pasaje de su libro The Twelve Healers (Los doce remedios), Bach dice:

Desde tiempos inmemoriales se ha sabido que los Mecanismos de la Providencia han depositado en la Naturaleza la prevención y la cura de las enfermedades, a través de hierbas, plantas y árboles divinamente enriquecidos. Los remedios de la Naturaleza de los que habla este libro han sido demostrados como bendecidos sobre otros en su labor piadosa; se les ha entregado el poder de curar todo tipo de enfermedad y sufrimiento.

Bach no ofrece evidencia: el método científico tampoco estaba a su alcance. Pero tampoco compila siquiera testimonios que expliquen cómo se ha probado que dichas plantas funcionan en su labor curativa. Otros se han encargado de suplir la falta de información con experimentos científicos. Muchos probaron la efectividad de estos remedios, pero hay que prestar atención a la forma en que fueron llevados a cabo: son varios estudios de pocas personas y muchos no tenían un grupo similar de personas para comparar los resultados.

Algo que hace difícil probar la validez de las flores de Bach como terapia es la naturaleza inmaterial de las enfermedades o problemas diferenciados por el médico: «para el miedo», «para la incerteza», «para la falta de interés en las circunstancias presentes», «para la soledad»... Todos estos no son factores cuya desaparición pueda probarse fácilmente, sino que deben ser evaluados por la persona que las padece. Bach no describió enfermedades, sino emociones que podrían desaparecer tanto con la ayuda de un remedio como por muchos factores únicos de la vida de cada persona.

Algunas personas han acusado a Bach de ser tan amplio en sus descripciones como un astrólogo o vidente, al describir tipos de personalidad que podrían aplicarse a cualquiera o a una gran cantidad de personas. Para la esencia de alerce, Larch, escribe en su libro:

Para aquellos que no se consideran a sí mismos tan buenos o capaces que otros que los rodean, que esperan el fracaso, que sienten que nunca serán exitosos, y que entonces no se atreven o no hacen un esfuerzo lo suficientemente fuerte para triunfar.

En la página de Bach Flower se recogen miles de testimonios de personas a quienes les ha servido mucho este tipo de terapia, desde madres de niños hiperactivos que se tranquilizaron, personas con depresión que recuperaron la motivación e incluso dueños de mascotas con conductas inusuales que después de istrarles el remedio en el agua volvieron a ser cariñosas y a comportarse.

En 2002, Edzard Ernst revisó varios estudios que sí estaban controlados con un grupo que tomaba, en lugar del remedio floral, un placebo. «La hipótesis de que los remedios florales están asociados con efectos más allá de una respuesta de placebo no está respaldada por los datos de estos estudios clínicos rigurosos», concluyó el académico, que en 2010 actualizó su investigación y agregó que «los estudios clínicos más confiables no muestran diferencia alguna entre los remedios florales y los placebos».

Todos estos testimonios podrían ser nada más que una muestra de lo efectivo que puede ser un placebo en nuestra mente: quizá pensamos que nuestros hijos se están comportando mejor o que nuestras mascotas son ahora más cariñosas, pero en realidad otras circunstancias favorecieron un cambio o, directamente, no hubo cambios.

De todos modos, la efectividad de muchos métodos utilizados por la medicina tradicional es constantemente puesta en jaque por numerosos experimentos científicos de los que se obtienen diferentes resultados. Las limitaciones de algunas técnicas de la medicina occidental es posiblemente lo que lleva a muchas personas a optar por terapias alternativas. Los mismos terapeutas florales insisten en que no es su trabajo demostrar la efectividad del producto. En la página de The Bach Centre está descrito de esta manera:

No vemos como nuestro rol «probar» que los remedios funcionan. En lugar de eso, simplemente demostramos a las personas cómo hacer uso de ellos y las dejamos probar su efecto en ellas mismas.

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