Alfajorcitos de maicena, un clásico que no falla

Los alfajorcitos de maicena, o de almidón de maíz son parte de la tradición uruguaya e incluso del Río de la Plata. Deliciosos e inigualables estos alfajores se desarman en la boca a la vez que dejan ese sabor inigualable del dulce de leche y un toque de coco.

Debo reconocer que La cocina de Eli estaba en falta con los alfajorcitos de maicena, es que de chica tuve experiencias fallidas con algunas recetas... así que le venía haciendo el vacío. Con el paso de los años y muuuuchas recetas descubrí que el secreto fundamental de la repostería está en respetar las medidas a rajatabla. Así que, balanza en mano, decidí darle otra oportunidad a los alfajorcitos, y debo reconocer que ésta va a ser una de esas recetas que se van a seguir repitiendo eternamente en mi cocina.

Son muy fáciles de preparar, simplemente hay que respetar las medidas y no trabajar demasiado la masa, nada de heladera o esperar mucho tiempo, se hace la masa, se estiran, cortan y horno. Mejor les cuento la receta, que a pesar de ser muy simple tiene algunos secretos.

Alfajorcitos de maicena

Ingredientes:

• 250 grs de harina
• 250 grs de almidón de maíz
• 250 grs de azúcar
• 15 grs de polvo de hornear
• 150 grs de manteca (a temperatura ambiente)
• 2 yemas
• 2 huevos
• 1 pizca de sal

Para el relleno vamos a necesitar dulce de leche, bastante, casi que 3/4 kilo y coco rallado para darles la clásica terminación.

Preparación:

Mezcla la manteca, que debe estar a temperatura ambiente es decir “pomada”, junto con el azúcar y la sal.

Agrega la yemas de a una, bate y luego agrega los huevos, también de a uno batiendo en cada adicción.

Tamiza la harina, el polvo de hornear y el almidón, agrega de a poco a la mezcla de manteca, huevos y azúcar, parece que son muchos ingredientes secos, pero se integran a la perfección.

Pasa la masa a una mesada levemente enharinada, sin amasar une la masa, la idea es manipular la masa lo menos posible.

Estira de unos 5 mm de espesor y corta con u cortante redondo, yo opté por uno pequeño, porque quería muchos alfajorcitos, pero es cuestión de gustos.

Coloca las tapitas sobre una placa enmantecada y enharinada o con papel manteca y hornea en horno precalentado a temperatura media.

Hay que estar pendiente de las tapitas que están en el horno mientras seguimos cortando el resto, demoran 10 minutos aproximadamente en cocinarse, y una vez que están cocidas se queman con facilidad, así que hay que estar bien atentas.

Retira del horno y antes de que estén completamente frías despega con mucho cuidado de la asadera.

Una vez que tenemos todas las tapitas lo ideal es dejarlas de un día para el otro para rellenarlas o de la mañana en la tarde, son muy frágiles y si intentamos rellenarlas cuando están muy fresquitas se pueden romper.

Como soy muy golosa y quería evitar ensuciarme con dulce de leche para no tentarme a comerlo, coloqué el dulce de leche en una manga descartable. Es muy práctico y rápido, permite manipular el dulce de leche más fácil que con la clásica cucharita y al no tener que andar tocando las tapitas evitamos que se rompan en el proceso de armado.

Se coloca el dulce en una tapita, bastante, para no tener que agregar en los bordes, se tapa con otra tapita y se aprieta un poquito, con cuidado para que salga un poco de dulce de leche que luego pasamos por coco rallado.

Guarda los alfajores en un recipiente hermético y en mi caso tendría que tener una cerradura con clave indescifrable... son adictivos.

Lleva un rato armarlos, porque salen un montón de tapitas, pero vale la pena, seguro que tendrás alfajores por varios días.

Ideales para meriendas compartidas o festejos de cumpleaños, esots alfajores son un éxito asegurado.