Desde que Bugatti presentó al Chiron existía esa curiosidad de saber qué tanto era capaz de hacer este superdeportivo. Su velocidad máxima estaba electrónicamente limitada a 261 mph (420 km/h), pero ¿qué tan feroz sería a rienda suelta?. Bugatti quiso sacarnos de dudas y preparó una variante de pre-producción que puso a prueba en la pista de Ehra-Lessien, Alemania. Los resultados fueron sorprendentes: el Chiron pulverizó la mítica barrera de las 300 mph (482.80 km/h) e impuso un nuevo récord para convertirse en el auto de producción más rápido del mundo.