La Desalmada llegó a su final: ¿qué sucedió con Fernanda, Rafael y Octavio? 8 momentos clave del desenlace

Furioso por haber perdido todo, Octavio apareció en el rancho de Fernanda para vengarse. Pero antes de asesinarla deseaba ponerle fin a su obsesión y abusar de ella nuevamente. Con una aparición milagrosa, Rafael detuvo la fechoría de su papá y defendió con coraje al amor de su vida. En medio de una salvaje pelea, renegó de ser su hijo y le confesó que le daba "asco".

'El Toro' Toscano lo invitó a asesinarlo extendiéndole una pistola, pero ante el rechazo él apuntó el arma contra Fernanda y le disparó sin clemencia. Cuando estaba por acabar con la vida de ella, una detonación se escuchó mientras Carmelo aparecía a espaldas de su jefe. En un instante Octavio cayó sobre el suelo herido de muerte por su fiel pistolero, quien se retiró sin darle la cara.

Tendido sobre el lodo y con una bala en la espalda, Octavio tuvo la fuerza para tomar entre sus dedos el dije que siempre lo acompañó en sus infamias. Con el símbolo recuperado se reincorporó y lo colocó en su pecho mientras Rafael rogaba para que Fernanda sobreviviera.

Pese al balazo recibido, 'El Toro' Toscano sobrevivió para aparecer en la última escena de la novela escondido y rodeado de soledad. Con la maldad como cobijo juró en medio de la oscuridad: "me las van a pagar".

El balazo que Fernanda recibió de su verdugo la colocó frente a las puertas de la muerte. Destrozado por ver a su 'Desalmada' desangrándose, Rafael le pedía que luchara por vivir. Pasado un tiempo, la mano del joven apareció encendiendo una veladora aparentemente dedicada a su esposa. Afortunadamente, ella resurgió para agradecer junto a él la nueva oportunidad para su amor.

La ambición descontrolada de Julia la llevó no solo a perder su fortuna, también el cariño de su hija Isa. Sin un centavo al ver sus joyas robadas, la única salida de la examante de Octavio fue trabajar en el burdel de Ichámal. Ahí también perdió su nombre, pues dejó de llamarse Julia para convertirse en 'La Venenosa'.

Aunque siempre cumplió las órdenes de su "patrón", la última recibida lo hizo darle la espalda. Octavio quería que asesinara a Leticia y el capataz le juró que lo haría. Sin embargo, el amor profundo que sentía por ella lo llevó a confesarle los crímenes del 'Toro' Toscano y a protegerla. Desobedeciendo como nunca, Carmelo además le reveló sus sentimientos: "perdóneme, por favor, si la ofendo con mi cariño". Al despedirse le envió en beso que se desvaneció entre lágrimas.

Antes de que ambos sostuvieron la brutal confrontación con Octavio, Fernanda no guardó más secretos y le confesó a Rafael que ella fue la responsable del disparo que recibió por la espalda al creerlo el hombre que arruinó su vida. "Fui yo la que te disparó", le aclaró con dolor mientras los ojos de él se humedecían.

César fue un ángel guardián para Fernanda, pero terminó irremediablemente enamorado de ella. Pese a la fuerza de sus sentimientos entendió que su corazón le pertenecía a Rafael. Después de pedirles que usaran el terreno que le robó Octavio para abrir un alberque para migrantes, les prometió que no descansaría hasta atraparlo para entregarlo a la justicia.

El ataque que provocó la muerte de Pachita llevó a Antonio a enfrentar la justicia. Por su parte, los negocios turbios que mantuvo con Octavio provocaron que Martina también terminara en la cárcel. Ni aún así ella se arrepintió y siguió insultando a Clara, el gran amor de David, quien como nuevo alcalde no tuvo contemplaciones con sus dos papás.