La intensa cacería en una isla de Alaska de una rata considerada "una seria amenaza" (pero que nadie sabe si exista)
El supuesto avistamiento de un roedor llevó a las autoridades de una isla en Alaska a emprender una intensa cacería para la cual han utilizado crema de maní y cámaras de rastreo.
Para la cacería fueron desplegados funcionarios de protección de vida silvestre al complejo de apartamentos donde un residente de la isla de St, Paul, que forma parte de las islas Pribilof, reportó en junio haber visto una rata, aunque no se tenga más evidencia de su existencia.
Las islas Pribilof conforman un paraíso para la observación de aves, que son consideradas las “Galápagos del norte” por su diversidad.
En el complejo de apartamentos fueron colocadas trampas cubiertas de crema de maní y un sistema de cámaras para vigilar si la rata caía en las trampas.
Por qué el avistamiento de una rata causa tanta ansiedad en esta zona
El supuesto avistamiento de una rata no habría llamado la atención en muchos lugares del mundo, pero causó revuelo en la isla porque las ratas pueden poblar e invadir rápidamente islas remotas.
Una infestación de ratas podría devastar poblaciones de aves al comer huevos, polluelos o, incluso adultos, y alterar ecosistemas que alguna vez fueron vibrantes.
Las ratas a menudo se esconden en los barcos que atracan en los puertos de las islas, como St. Paul.
"Sabemos, porque hemos visto esto en otras islas y en otros lugares de Alaska y de todo el mundo, que las ratas diezman por completo las colonias de aves marinas, por lo que la comunidad nunca tomaría a la ligera la amenaza", dijo a AP Lauren Divine, directora de la oficina de conservación del ecosistema de la comunidad aleutiana de la isla St. Paul.
Los esfuerzos por capturar la supuesta rata también ha llevado al gobierno a colocar bloques de cera diseñados para registrar cualquier mordida de incisivo reveladora.
Algunos de los bloques están hechos con material ultravioleta, lo que permite a los inspectores armados con luces negras buscar excrementos brillantes.
Poco después de recibir el informe del residente en junio, los funcionarios de vida silvestre llegaron al complejo de apartamentos y se arrastraron por el césped cercano, alrededor del edificio y debajo del porche, en busca de huellas, marcas de masticación o excrementos.
La ansiedad en la isla St. Paul es el último acontecimiento en medio de esfuerzos de larga data para sacar o mantener a las ratas no nativas alejadas de algunas de las islas más remotas, pero ecológicamente diversas, de Alaska y de todo el mundo.
Se han eliminado con éxito roedores de cientos de islas en todo el mundo, incluida una en la cadena Aleutiana de Alaska, anteriormente conocida como “Isla Rata”, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.
Pero esos esfuerzos pueden llevar años y costar millones de dólares, por lo que la prevención se considera la mejor defensa.
Planean despliegue de un perro para dar con la supuesta rata
En St. Paul, las autoridades también han pedido a los residentes que estén atentos a los roedores y están solicitando permiso para que el Departamento de Agricultura traiga un perro a la isla para detectar ratas.
Por lo demás, los caninos están prohibidos en los Pribilofs para proteger a los lobos marinos.
No ha habido rastros de ratas desde el avistamiento reportado este verano, pero es probable que la caza y el mayor estado de vigilancia persistan durante meses.
Divine comparó la búsqueda con tratar de encontrar una aguja en un pajar “y sin saber si existe alguna aguja”.
La comunidad de unas 350 personas, agrupada en el extremo sur de una isla sin árboles marcada por colinas, bordeada de acantilados y azotada por tormentas, ha tenido durante mucho tiempo un programa de vigilancia de roedores.
El programa incluye trampas para ratas cerca del aeropuerto y en áreas costeras desarrolladas donde los barcos llegan, diseñado para detectar o matar cualquier rata que pueda aparecer.
Aún así, tomó casi un año atrapar a la última rata conocida en St. Paul, que se creía que había saltado de una barcaza. Fue encontrada muerta en 2019 después de evadir las defensas iniciales de la comunidad. Eso subraya por qué incluso un avistamiento sin fundamento se toma tan en serio, dijo Divine.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre está planeando una revisión ambiental para analizar la erradicación de las potencialmente decenas de miles de ratas en cuatro islas deshabitadas en la lejana cadena de las Aleutianas, plagada de volcanes, a cientos de millas al suroeste de St. Paul.
Más de 10 millones de aves marinas de diversas especies anidan en las Aleutianas.
La diversidad y el número de aves reproductoras en islas con poblaciones de ratas no nativas establecidas son notablemente bajos, dijo la agencia.
Se han encontrado cadáveres de alcas menores y alcas crestadas, especies de aves marinas conocidas por sus ruidosas colonias de anidación en zonas rocosas, en escondites de comida para ratas en la isla Kiska, una de las cuatro islas, donde se han visto huellas de ratas en la costa húmeda y arenosa..
Si la agencia sigue adelante, podrían pasar cinco años hasta que se lance el primero de los proyectos, y dada la intensa planificación, pruebas e investigación requeridas para cada isla, podrían llevar décadas completarlos todos, dijo Stacey Buckelew, una biólogo de especies invasoras de la isla en el Refugio Nacional Marítimo de Vida Silvestre de Alaska.
Pero tales esfuerzos son pasos importantes para ayudar a las aves marinas que ya se ven afectadas por tensiones como el cambio climático, dijo Buckelew.
El éxito de lo que durante mucho tiempo se llamó Rat Island, una zona en las Aleutianas que tiene aproximadamente la mitad del tamaño de Manhattan, muestra cuán efectivos pueden ser los programas de erradicación. Se cree que las ratas llegaron por primera vez con un naufragio japonés a finales del siglo XVIII.
Desde la erradicación de las ratas, los investigadores han descubierto que las aves nativas se han beneficiado, e incluso han documentado especies que se cree que fueron aniquiladas por las ratas. La isla vuelve a ser conocida por el nombre que originalmente le dio el pueblo Unangan nativo de las Aleutianas: Hawadax.
Donald Lyons, director de ciencias de la conservación del Instituto de Aves Marinas de la Sociedad Nacional Audubon, describió estar en las Islas Pribilof y observar nubes de alcas regresar a sus colonias por la noche: “decenas de miles, cientos de miles, tal vez millones de aves en el aire. en un momento dado”.
Dijo que los funcionarios tenían razón al tomar tan en serio el supuesto avistamiento de una rata en St. Paul. Dio crédito a las comunidades mayoritariamente nativas de Alaska en los Pribilof por sus esfuerzos para mantener alejadas a las especies invasoras.
“Es simplemente la abundancia de vida silvestre de la que escuchamos historias o leemos relatos históricos, pero que rara vez vemos en nuestra era moderna", dijo. "Y por eso realmente es un lugar donde he sentido la maravilla, el espectáculo de la naturaleza”.
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