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Después de Trump, la lucha por un país demócrata apenas comienza

"Después de cuatro años de Trump, nos queda la responsabilidad de defender la democracia, y construir el país que alguna vez creímos y que aún podemos ser. De no hacerlo, el país puede volver al caos y el desorden".


Opinión
Presidenta y CEO de Latino Victory Project.
2021-02-02T12:21:04-05:00
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Donald Trump se va de la Casa Blanca, luego de días de incertidumbre. 20 de enero de 2021. Crédito: Pool/Getty Images

Justo a las 12 del mediodía del pasado 20 de enero, Joe Biden se convirtió en presidente de los Estados Unidos. El cambio de poder marcó el comienzo del camino hacia la restauración de los valores democráticos y sociales, después de casi cinco años de una retórica violenta y de odio por parte de Donald Trump.

Aunque todavía estamos haciendo recuento de los daños causados por el gobierno de Trump, lo que no queda duda es cómo Trump mutiló el sistema de gobierno democrático y rompió nuestro tejido social con tal saña, que una transición de poder no bastará para sanar las heridas. Después de cuatro años de Trump, nos queda la responsabilidad de defender la democracia, y construir el país que alguna vez creímos y que aún podemos ser. De no hacerlo, el país puede volver al caos y el desorden.

Primero, tenemos que reconocer que el ataque al Capitolio fue una herida profunda que Trump y sus aliados republicanos en el Congreso infligieron a nuestro país y debemos trabajar juntos con el objetivo de sanar esta herida. La insurrección en contra del gobierno llevaba cinco años en proceso e incluyó una campaña de desinformación para radicalizar a millones de personas y hacerlos vivir una realidad alterna y peligrosamente falsa.

La propaganda y violencia de la supremacía blanca volvió a resurgir con el mismo veneno que fue creada e insertada en nuestra sociedad. Sus ideologías racistas y xenófobas, que buscan instalar un sistema de gobierno que oprime a las personas de color, incluyendo a los latinos, restringe la inmigración, oprime a las mujeres y a la comunidad LGBTQ, entre otras atrocidades, no fueron repudiadas por el gobierno de Trump.

El nuevo Congreso liderado por los demócratas tiene como tarea principal enmendar la fractura social causada por este movimiento extremista. Nos toca a las organizaciones sociales y políticas, que buscamos crear una sociedad inclusiva, equitativa y progresista, unirnos a ellos para luchar en contra de los ideales de la extrema derecha.

De la misma manera, debemos fortalecer y mejorar el sistema electoral. Trump y sus aliados fracturaron nuestro sistema de valores democráticos, los cuales convirtieron a Estados Unidos en un ejemplo de democracia para el mundo. Trump y los congresistas republicanos lograron fomentar dudas en el sistema electoral, haciendo creer a sus seguidores que hubo fraude electoral y que no se puede confiar en el sistema.

Ahora se puede cuestionar fácilmente los resultados de las elecciones en Estados Unidos, con el fin de invalidar o revertir el voto legítimo y revocar una presidencia. Esto pone en riesgo la credibilidad y la confianza de la ciudadanía y también con otros países que nos perciben como ejemplo a seguir.

La realidad es que el sistema electoral es seguro y de no restablecer la confianza electoral y resguardar el derecho del voto, corremos el riesgo de sufrir otro intento de golpe de Estado, ya sea por parte de Trump o de uno de sus presuntos herederos al trono extremista.

Por último, hay que ser conscientes de que el efecto Trump no terminó con la toma de posesión del presidente Biden. Aunque se lleve a cabo un segundo juicio político a Trump y se le prohíba que lance una segunda candidatura presidencial, aún queda el Partido Republicano, reconstruido a su imagen, y hay una bancada de republicanos que están listos para retomar su ideología racista, xenofóbica, plagada de conspiraciones y mentiras.

Trump abrió una caja de pandora de donde salieron las teorías conspirativas, mentiras, odio, racismo, violencia, y existen un sinnúmero de republicanos dispuestos a explotar estos sentimientos para mover su base electoral y ganar contiendas electorales.

Nos toca estar al tanto de los candidatos que se postulan para escaños, desde el nivel municipal hasta el federal, y votar por los que no apoyen estas ideologías peligrosas y así resguardar nuestra democracia. Nuestro país está enfrentando un parteaguas político y social del cual aún podemos estar del lado correcto de la historia. Es decir, luchar por una democracia inclusiva, equitativa, progresista, y rechazar las ideologías racistas y autoritarias de la ultraderecha.

Recobrando la analogía de la caja de pandora abierta por Trump, dentro de esa caja también escapó algo inesperado: la esperanza. Esta llegó con más de 81 millones de votantes que optaron por cambiar el rumbo del país y elegir al presidente Biden y a la vicepresidenta Harris. Como vimos esta semana, ambos están listos, con planes concretos, para enfrentar los retos que agobian a nuestra sociedad y sacar al país de las garras de la pandemia, restaurar la economía, frenar las deportaciones y revertir las leyes antiinmigrantes de Trump. Esperamos que, con la fuerza de la unión, salgamos adelante siendo el país que siempre quisimos ser: inclusivo y democrático.

Nota : La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.


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