"¡Fuera!" "Asesinos": lanzan barro y estallan en ira contra los reyes de España y gobernantes en las zonas arrasadas por las inundaciones
Una población desesperada e iracunda insultó, lanzó barro y ahuyentó este domingo al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y a Felipe VI y la reina Letizia, los reyes de España, durante su visita a Paiporta, un municipio de Valencia duramente golpeado por las inundaciones que dejaron al menos 217 muertos en el país.
“¡Fuera! ¡Fuera!” y “¡Asesinos!” gritaba la multitud entre otros insultos. Los guardaespaldas abrieron paraguas para proteger a la pareja real y los funcionarios del gobierno de la lluvia de barro.
El primer ministro, Sánchez, fue evacuado del lugar, según la cadena española RTVE, cuando el contingente oficial comenzó a caminar por las calles cubiertas de barro de Paiporta, donde más de 60 personas perdieron la vida.
La policía tuvo que intervenir, con algunos oficiales a caballo, para mantener a raya a la multitud de varias docenas que arrojaban barro y empuñaban palas y postes de manera amenazante.
“Lo sabían, lo sabían, y aun así no hicieron nada”, gritó un joven al rey mientras le movía un dedo frente a su cara.
Una joven golpeó a un guardaespaldas con un largo palo.
"¡Que os vayáis", "a ti no te falta agua", gritaba una mujer a poca distancia de la cara de la reina, mientras la multitud coreaba "asesinos" e "hijos de p..." a las autoridades, entre las que también se encontraba el presidente regional valenciano, Carlos Mazón, cuya istración está a cargo de la protección civil.
Con Sánchez evacuado por su equipo de seguridad y Mazón también desaparecido a media visita, Felipe VI insistió durante bastante rato en dialogar con la gente, protegido por sus guardaespaldas, constantemente zarandeados, pero finalmente abandonó el lugar junto a la reina.
Tras aproximadamente media hora de tensión, los monarcas subieron a vehículos oficiales y se fueron con una escolta de policía montada. Una mujer golpeó un auto oficial con un paraguas y otra lo pateó antes de que se marchara rápidamente.
Los incidentes llevaron a las autoridades a suspender la visita de los reyes a una segunda localidad, Chiva, también muy golpeada por el desastre.
Fue un incidente sin precedentes en España para una Casa Real que se preocupa por crear una imagen de un monarca querido por la nación. Pero la rabia pública por lo que mucho catalogan como una gestión desastrosa de la crisis llegó a su punto máximo este domingo.
Indignación contra las autoridades por el desastre
La población reprocha a las autoridades no haber avisado con más fuerza de las grandes tormentas del martes y no haber hecho lo suficiente para paliar su sufrimiento tras el desastre.
Entre tanto, el balance de víctimas del fenómeno natural conocido como DANA (sigla de depresión aislada en niveles altos), se elevó de 213 a 217 con el anuncio del hallazgo de tres muertos más en Pedralba, Valencia, y de una anciana en Letur, en la vecina región de Castilla-La Mancha, cuyo cadáver fue arrastrado más de siete millas por las aguas. A ellos hay que sumar un muerto en Andalucía, pero casi la totalidad de las muertes, 213, ocurrieron en Valencia. Entre los muertos hay extranjeros, dos de ellos ciudadanos chinos, según dijo la embajada china en España a la agencia oficial de noticias Xinhua.
Cinco días después de que las inundaciones azotaran la zona, muchas personas aún no tienen agua potable. La cobertura de internet y telefonía móvil sigue siendo irregular. La mayoría de las personas apenas recuperaron la electricidad el sábado. Las tiendas y supermercados del vecindario están en ruinas.
Paiporta, con una población de 30,000 personas, tiene muchas manzanas completamente obstruidas con montones de escombros, numerosos coches destrozados y una capa de barro omnipresente.
La indignación por la gestión del desastre comenzó tras el impacto inicial. A las poblaciones más afectadas llegó una riada en pocos minutos similar a un tsunami. Ya se había producido la inundación en Paiporta cuando los funcionarios regionales emitieron una alerta a los teléfonos móviles. Sonó dos horas demasiado tarde.
Y más ira se ha alimentado por la forma en la que funcionarios han respondido a las secuelas del desastre. La mayor parte de la limpieza de las capas y capas de barro y escombros que han invadido innumerables hogares está siendo realizada por residentes y miles de voluntarios.
Entre críticas de la población a la lentitud del desescombro, de la distribución de ayuda y de la recuperación de los cadáveres de estacionamientos y coches amontonados, el gobierno anunció que un total de 7,500 militares y casi 10,000 policías y guardias civiles participarán en las tareas de rescate, en el mayor despliegue de Fuerzas Armadas jamás realizado en España en tiempos de paz.
Anuncian más lluvias en medio del desastre
El papa Francisco pidió este domingo a los fieles en el Vaticano "rezar por Valencia y las otras gentes de España que están sufriendo mucho estos días".
Alfafar, Chiva, Utiel, Catarroja, Paiporta, Sedaví, Massassa y Aldaia son algunos de los municipios valencianos hasta ahora poco conocidos en el resto de España y que quedarán asociados para siempre a esta catástrofe.
Las tormentas vertieron en unas horas una cantidad de agua equivalente a la que cae en un año. Las riadas destruyeron puentes, barrieron casas y arrastraron cientos de vehículos, que ahora dificultan el tránsito de los servicios de emergencia.
El litoral valenciano vuelve a encontrarse en alerta naranja, la segunda más elevada, por fuertes lluvias, informó la Agencia estatal de meteorología española (Aemet). "Habrá chubascos localmente muy fuertes y persistentes, incluidos en las zonas ya afectadas por las inundaciones del 29 de octubre", explicó Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, en un mensaje difundido en el canal Telegram de la agencia.
La agencia decretó la alerta roja, la más elevada, más al sur, en la región de Andalucía, concretamente en la provincia de Almería.
En medio de la desgracia, una ola de solidaridad ha recorrido la región y miles de voluntarios han estado desplazándose estos días con palas, escobas, agua y alimentos a ayudar a los municipios afectados, sobre todo desde la ciudad de Valencia, la tercera de España, que no se vio muy afectada por la lluvia.
Sin embargo, ante la amenaza de nuevas lluvias, las autoridades pidieron que este domingo no acudan a ayudar y restringió a 2,000 los que podrán acceder a la zona.
Con información de AFP y AP.
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