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En fotos: Los ecuatorianos que se pierden en su camino hacia Estados Unidos

En el imaginario de muchos jóvenes del sur de Ecuador, migrar a Estados Unidos es la única opción para prosperar y construir una colorida casa de cemento como han hecho muchos vecinos durante décadas. Pero muchos de los que salieron en busca del 'sueño americano' desaparecieron en el camino. Sin noticias sobre si sus hijos están vivos o muertos ni cuerpos a los que velar, las madres guardan la esperanza de que vuelvan un día.
9 Feb 2019 – 04:54 PM EST
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María Beletanga, de 58 años, vio partir a su hijo, José Wilson Jarana, de 22, en el año 2012. Fue el último de sus cuatro hijos en viajar a Estados Unidos. Sus tres hermanos costearon todo, incluso los elevados montos que personas inescrupulosas pidieron para supuestamente ayudarlo a volver a casa. Crédito: Edu León
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Como Beletanga, las madres de los migrantes desaparecidos guardan la esperanza de que sus hijos vuelvan un día. Es común que mantengan altares con las fotos de los que iniciaron la travesía y que enciendan velas y rueguen por su retorno. Edu León
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En el imaginario de muchos jóvenes de las provincias del sur de Ecuador, Azuay y Cañar, migrar a Estados Unidos es la única manera de progresar y construir una mejor vivienda para su familia. En las regiones de origen de los migrantes, las casas de adobe son una señal de que nadie de esa casa ha emigrado. Crédito: Edu León
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Casi todos los habitantes de estas zonas del sur del país tienen un familiar en Estados Unidos. El Divino Niño de Praga es una de las tantas devociones que tienen los que migran. Muchos de los migrantes que han logrado llegar a su destino sin contratiempos le agradecen el milagro. En una pequeña capilla en Cuenca reposa una imagen de este ‘niño’ milagroso y las paredes del recinto están llenas de placas de agradecimiento como la que aparece en esta foto. Crédito: Edu León
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Banderas de Estados Unidos y otras imágenes propias del país de destino de la migración ecuatoriana son parte de la paisaje en Ecuador. Parece que los que se quedan miran al norte todos los días. Crédito: Edu León
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Marcia Andrade es madre de Jonathan Sánchez, quien inició el viaje a Estados Unidos con 20 años. El 4 de diciembre de 2017 se comunicó con él por última vez. Dijo que iba a cruzar el desierto. Tres meses después llegó la noticia desde Estados Unidos que habían encontrado su ropa y sus documentos junto a unos restos óseos que presuntamente son suyos. Su madre enseguida entregó una muestra de sangre para que se realicen pruebas de ADN. Aún no tiene respuesta.
Crédito: Edu León
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Muchos niños del sur de Ecuador han convivido con la ausencia de sus padres y siempre está latente el deseo de emigrar. Algunos dicen que quisieran ir solo para conocer a sus padres que en 10, 15 ó 20 años no han retornado por la falta de papeles. Crédito: Edu León
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Estados Unidos está en el imaginario de los que se quedan y es parte de la vida en el sur de Ecuador. Un total de 1,8 millones de ecuatorianos, según cifras de la Cancillería, viven en ese país. Crédito: Edu León
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La hermana de Jonathan Sánchez, de 7 años, también sufre por la ausencia de su hermano mayor en El Tambo. Esta población ha sido el origen de la más reciente migración a Estados Unidos. Los jóvenes que el año pasado cayeron del tren de aterrizaje de un vuelo que iba a Nueva York eran de esta localidad. Crédito: Edu León
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El barrio Los Trigales, en Cuenca, es un símil del sueño frustrado de muchos migrantes que a la distancia enviaron dinero para construir las casas de sus sueños, pero los cimientos de las casas fueron fabricados sin cumplir los estándares técnicos necesarios y todo se vino abajo. Crédito: Edu León
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José Wilson Jarana es otro de los migrantes desaparecidos. Su madre colocó su imagen en este altar donde cada noche se enciende una vela para pedir que encuentre el camino de vuelta a casa. Edu León
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Tener una casa propia es una de las aspiraciones de todos los migrantes que viajan. Los arquitectos que reciben los encargos cuentan que envían fotos de cómo las quieren. Los diseños suelen tener influencia de los estilos arquitectónicos que han visto en Estados Unidos. Crédito: Edu León
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Los migrantes que no pueden volver a las fiestas locales, la mayoría atadas a la religión, suelen hacer ofrendas para pedir más prosperidad. La entrega de ganado para rifar entre los asistentes es una de las prácticas habituales. Crédito: Edu León
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Los agradecimientos que envían los migrantes por haber pisado territorio estadounidense incluyen sus fotos. Son en su mayoría hombres jóvenes, aunque también hay familias enteras que incluso detallan que llegaron en 8 o 15 días. Un verdadero milagro para ellos. Crédito: Edu León
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María Virginia Nivicela Quindi, de 62 años, vio marcharse a su hijo José Vicente Morocho en enero de 2017. Era la tercera vez que intentaba cruzar la frontera de forma clandestina y murió ahogado en el río Bravo. Su cuerpo fue repatriado en junio de 2017. La clave en este caso fue que el migrante no se deshizo de sus documentos. Esto aceleró su identificación. Crédito: Edu León
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La foto de José Vicente Morocho tiene un lugar en la casa de su madre. Edu León
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Los niños de Azuay y Cañar viven mirando las casas que levantan los que se van. Para quienes ponen en marcha campañas para advertir de los riesgos de migrar sin papeles, resulta casi imposible convencerles de que el viaje no vale la pena. Crédito: Edu León
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La capilla del Niño de Praga es un lugar de peregrinación constante para los migrantes y sus familias. Aquí hay una vidente que tiene fama porque con ver al viajero o su foto dice si va a llegar o no a su destino. Crédito: Edu León
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Blanca Pérez, de 43 años, es la madre del desaparecido Marco Pérez, de 24 años. Es uno de los casos más recientes. La última comunicación fue 3 de julio de 2018. Esta mujer todavía está en o con el coyote pero no lo ha denunciado formalmente. Crédito: Edu León
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La foto de Marco Pérez está en el celular de su madre. El joven salió de su casa con una muda de ropa y dos botellones de agua que le dijeron que lleve. Edu León
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Los anuncios de las agencias que ofrecen viajes a Estados Unidos están por todos lados. Según la Fiscalía, en algunos de estos sitios se hace la captación del migrante, que luego es referido a los pasadores o traficantes de migrantes. Crédito: Edu León
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Cuanto mejor le va al migrante económicamente, más grande construye su casa. Algunas viviendas en el medio del campo tiene hasta cinco o pisos. Crédito: Edu León
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La construcción es uno de los sectores que más ha recogido las remesas de Estados Unidos. Los migrantes construyen sus casas poco a poco. Los primeros dos o tres años solo trabajan para pagar sus deudas de viaje. Luego empiezan a levantar sus sueños. Crédito: Edu León
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Otra imagen de la capilla del Divino Niño de Praga. Crédito: Edu León
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