Jueza suspende al padre de Britney Spears de la tutela que controló su vida y dinero por 13 años
La jueza Brenda Penny, quien presidió el proceso legal que revisó la tutela legal de la cantante Britney Spears, ha decidido suspender a su padre, Jamie Spears, como el encargado del 'conservatorship' que, desde 2008, había gestionado las decisiones financieras y personales de la cantante sin que ella pudiera opinar al respecto.
Penny, jueza del tribunal de Los Ángeles a cargo del caso, falló a favor de la petición de Spears y su abogado, Mathew Rosengart. En sus intervenciones en la corte, la cantante había manifestado que su padre había cometido "abuso de tutela" e incluso pidió que se le investigara.
"La situación actual es insostenible", dijo Penny este miércoles, después de escuchar los argumentos de ambos lados. "Refleja un ambiente tóxico que requiere la suspensión de James Spears [el padre de la cantante, también llamado Jamie Spears]".
La tutela se estableció en 2008 cuando Britney Spears tuvo una profunda y muy pública crisis mental, que la llevó incluso a perder la custodia de sus hijos.
El silencio alrededor de la cantante llamó la atención de sus seguidores. Muchos de ellos formaron el movimiento #FreeBritney, cuya fuerza se fue incrementando a lo largo de los 13 años en que la artista estuvo bajo el control del conservatorship.
Horas antes de la audiencia, un centenar de fanáticos de la cantante se habían instalado afuera del tribunal para seguir el fallo. Algunos de los participantes en la manifestación hablaron sobre sus propias experiencias bajo la figura de conservatorship, la tutela legal que puede dejar a una persona sin control sobre su vida y finanzas.
"Estamos haciendo historia en este momento", comentó Martino Odeh, de 27 años, a la agencia AP. Odeh había viajado desde Phoenix para estar en Los Ángeles el día de hoy. "Han robado los derechos de una estrella del pop durante 13 años. Es monumental".
El abogado de Spears, Mathew Rosengart, había insistido en la suspensión inmediata de Jamie Spears como tutor incluso momentos después de que la jueza Penny permitiera a la cantante contratar un representante legal sin que fuera aprobado por el conservatorship.
A lo largo del proceso, Rosengart dijo que Jamie Spears había cruzado "líneas insondables" al vigilar los actos de la cantante, entre ellas las comunicaciones con su abogado, como se muestra en el documental "Controlling Britney Spears" (Controlando a Britney Spears), producido por The New York Times y la cadena FX.
Además, Spears, de 39 años, había anunciado a inicios de este mes su compromiso con su novio Sam Asghari, de 27 años, y su pareja desde hace cinco. La decisión implica la redacción de un acuerdo prenupcial en el que, según documentos judiciales citados por la agencia AP, su padre no quería participar.
Jamie Spears había dejado de controlar las decisiones personales de su hija en 2019 por razones de salud, lo que según sus abogados hace que muchas de las acusaciones de su hija "carecieran de sentido". No obstante, mantenía hasta hoy control total sobre la fortuna de la cantante, que la revista Forbes valuó en 60 millones de dólares.
Jodi Montgomery, quien sustituyó al padre de la artista hace dos años, es la encargada de las decisiones personales de Britney Spears y Rosengart ha dicho que Montgomery, quien tiene a los informes psicológicos y psiquiátricos de la cantante, está a favor de que se ponga fin a la tutela.
El padre de Britney Spears, por su parte, ha negado cualquier actuación que no hubiera sido "en el mejor interés de su hija". Jamie Spears dijo al tribunal que no conocía "un solo profesional médico ni el informe de un solo investigador testamentario" que concluyera que debía ser destituido, una postura que cambió hace poco más de 15 días.
Jamie Spears, tras los dramáticos testimonios de la cantante y la creciente presión pública, había pedido a inicios de este mes ser retirado como encargado de la tutela.
Britney Spears y Rosengart respondieron, de acuerdo con Los Angeles Times, que estaban de acuerdo con el anuncio del padre y subrayaron que su destitución era un "primer paso" necesario hacia la libertad de la cantante para "poner fin a la pesadilla kafkiana por la que ha pasado".
