{ "@context": "http://schema.org", "@type": "BreadcrumbList", "itemListElement": [ { "@type": "ListItem", "position": 1, "item": { "@id": "/noticias", "name": "Noticias Univision" } }, { "@type": "ListItem", "position": 2, "item": { "@id": "/noticias/especiales", "name": "Especiales " } } ] }
null: nullpx
Cuenta Conmigo

La educación de tus hijos se beneficia cuando cuentas a toda tu familia en el censo

Si hay un conteo insuficiente en el censo 2020, algunos programas como el Head Start o las subvenciones para mejorar la educación y el aprendizaje en las escuelas de zonas de gran pobreza perderán miles de dólares por los próximos diez años.
9 Jul 2020 – 01:31 PM EDT
Comparte
Default image alt
Si los niños no son contados en el censo, será más difícil para los estados cubrir las necesidades de las comunidades en las que vivan, por ejemplo, las que tienen que ver con las escuelas a las que asisten Crédito: monkeybusinessimages/Getty Images/iStockphoto

Durante la década que recién comienza, la educación de los niños y jóvenes del país sentirá el peso de tu decisión de llenar o no el censo. De tu participación y el conteo de toda tu familia dependerá la asignación anual de miles de millones de dólares de ayuda federal, que serán destinados a las escuelas y programas educativos en cada estado.

“Si hay algo que tenemos que hacer para ayudar en la educación de nuestros hijos es hacernos contar cada diez años”, dice Lizette Escobedo, directora nacional del programa del censo del Fondo Educativo NALEO. Si bien muchos de los fondos de las escuelas provienen de los estados y los condados, un gran porcentaje del dinero que reciben viene del gobierno federal, de acuerdo a los datos suministrados por la Oficina del Censo, aclara.

Por eso, es necesario incluir en el formulario a todos los niños de las familias, sin importar si nacieron o no en el país, si tienen o no documentos. Si no son contados, será más difícil para los estados cubrir las necesidades de las comunidades en las que vivan, por ejemplo, las que tienen que ver con las escuelas a las que asisten, lo cual afectará negativamente a los estudiantes.

Escobedo lo explica de manera sencilla: “Si en una escuela están 30 niños y solo fueron contados 10, se van a recibir recursos solo para 10, pero los directores deben hacer que alcancen para todos... La escuela pierde recursos y los niños son los más perjudicados por la calidad de la educación que reciben. Vemos, por ejemplo, salones superpoblados, con pocos maestros y escuelas sin posibilidades de ampliarse. También, cuando los distritos escolares y los estados están viendo dónde es necesario construir nuevas escuelas porque la población está creciendo, tomarán los datos del censo”.

En el conteo de 2010, un millón de niños no fue contado. Según la Fundación Annie E. Casey, se trató del más bajo registro de niños entre 0 y 5 años de edad, desde 1950. Escobedo asegura que de ese millón 400 mil eran latinos, por lo que insiste en la importancia de que los padres o guardianes los incluyan en sus formularios. “En esta ocasión, no debemos dejar de contar a los bebés que nacieron antes o el 1º de abril de 2020. Los nacidos a partir de abril 2 no serán censados esta vez”, resalta.

Programas beneficiados

Los recursos de las escuelas y la construcción de nuevos centros educativos no es lo único que se afecta con un conteo deficiente del censo. Según datos de la Oficina del Censo, también dependen de los resultados de esta encuesta nacional la educación especial, el programa de almuerzos gratuitos o de precios reducidos, la tecnología que tienen los salones de clase, la capacitación de los maestros, los programas extracurriculares, el programa Head Start y Early Head Start, y los fondos federales que apoyan los servicios necesarios para que no se afecte la educación de niños y adolescentes, como la salud materna e infantil, la vivienda, calefacción y la asistencia alimentaria.

Un informe de la Asociación Nacional de Educación asegura que los datos que se recauden determinarán más de $14 mil millones que se asignan a las escuelas que sirven a más de 24 millones de estudiantes de familias de bajos recursos (Título I); $11.3 mil millones para la educación especial, y alrededor de $13.6 mil millones para el programa nacional de almuerzos escolares, del que se benefician alrededor de 30 millones de estudiantes de todo el país, entre 5 y 18 años de edad, afectados por la situación económica de sus padres.

“Los programas de desayunos y almuerzos que las escuelas pueden dar durante el cierre debido a la pandemia son posibles gracias a los fondos federales con los que cuentan, que se asignan de acuerdo a los datos del censo. Igualmente, las escuelas pudieron garantizar que nuestros hijos tuvieran a la tecnología con computadoras, de alguna forma, por los fondos que reciben del gobierno federal”, recalca Escobedo, para que no queden dudas de lo trascendental que es llenar el censo por el bien de los niños y adolescentes.

Comparte