Por qué el fallo de la Corte de Apelaciones de Georgia es una victoria para Trump (aunque sea temporal)
Aunque aún queda tiempo para saber el veredicto del juicio penal por su presunta interferencia electoral en las elecciones de Georgia en 2020, Donald Trump puede decir que ya ganó lo más valioso para él en este momento preelectoral: tiempo.
El tribunal de apelaciones estatal pausó este miércoles de manera indefinida este proceso abierto contra el expresidente hasta evaluar la decisión judicial que permitió seguir en el caso a la fiscal Fani Willis, a quien Trump pidió descalificar por un supuesto conflicto de intereses.
Esta orden impedirá que el juez avance con las mociones previas al juicio, tal y como tenía previsto, hasta que se resuelva la apelación.
Y si ya se preveía que era poco probable que este caso llegara a juicio antes de las elecciones presidenciales de noviembre, en las que Trump es el virtual candidato por el Partido Republicano, esto lo convierte en prácticamente un hecho.
Lejos de ser algo aislado, Trump está utilizando la estrategia de ganar tiempo mediante apelaciones para tratar de retrasar todos los juicios que tiene pendientes —cuatro de ellos, en el ámbito penal— hasta después de los comicios.
Y es que de conseguirlo, y en caso de ganar las elecciones de noviembre, podría afrontar estos procesos con el poder y facultades que le otorgaría volver a ser presidente. En los dos procesos federales, no es el caso del de Georgia, podría incluso autoperdonarse.
Incluso cuando sus apelaciones no tienen éxito, el tiempo que se tarda en dirimir cada una de ellas está acercando al exmandatario a su objetivo de llegar al 5 de noviembre y evitar haberse sentado en el banquillo.
¿Cuáles son los procesos penales que Trump busca retrasar?
El único de sus casos en los que consiguió iniciarse el juicio es el celebrado en Nueva York por realizar pagos en 2016 a la exactriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio sobre una relación mantenida entre ambos.
Pero, incluso en este caso, Trump ganó tres semanas de tiempo con el argumento de que se habían presentado miles de páginas de documentos como parte del proceso.
Tras la histórica sentencia por la que fue declarado culpable la semana pasada, el magnate no tardó en confirmar que apelaría la decisión del juez a través de sus abogados, quienes ya habían pedido la anulación del juicio en varias ocasiones sin éxito.
Sin embargo, su equipo legal tiene 30 días para presentar un aviso de apelación, y hasta seis meses para presentar la apelación completa.
Expertos consideran que el juez, que está previsto dé a conocer su sentencia el 11 de julio, podría aceptar suspender la condena a la espera de que llegue su apelación, lo que sin duda prolongaría el proceso mucho más allá de las elecciones.
Este caso juzgado en Nueva York, al igual que el de supuesta interferencia electoral en Georgia, son de carácter estatal. Pero los otros dos procesos penales que enfrenta Trump sí son de ámbito federal.
En uno de ellos, también por presunta injerencia electoral, se le acusa en Washington DC de varios delitos por sus intentos de revertir los resultados de los comicios de 2020 y haber instigado el asalto al Capitolio poco después.
El juicio debía comenzar en marzo, pero su equipo legal consiguió que la Corte Suprema retrase la fecha indefinidamente mientras examina si Trump tiene o no inmunidad penal, ya que ha alegado que estaba actuando entonces en su capacidad de presidente.
La decisión que tome el alto tribunal no solo afectará a ese proceso, sino también al litigio federal que tiene el exmandatario en Florida por negarse a devolver los documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca tras dejar el cargo.
En marzo, los fiscales de este caso pidieron a la jueza que rechazara sin posibilidad de apelación la petición de Trump de cancelar su procesamiento alegando igualmente su supuesta inmunidad presidencial para "no fomentar tales tácticas dilatorias".
Pese a todo, y aunque estaba previsto que el juicio comenzara el 20 de mayo, la magistrada decidió posponerlo de manera indefinida al considerar que no era posible cumplir con esa fecha debido al número de peticiones previas al juicio que tenía ante sí el tribunal.
¿Podría Trump como presidente perdonarse a sí mismo?
En EEUU, los presidentes no pueden ser procesados penalmente para no vulnerar la separación de poderes entre el ejecutivo y el judicial, lo que podría ser una de las claves para el deseo de Trump de retrasar todos sus procesos hasta después de las elecciones.
Sin embargo, también hay otro motivo por el que el magnate podría estar haciendo todo lo posible para que sus juicios no empezaran hasta que, en caso de ganar los comicios, volviera a la Casa Blanca: el poder presidencial de perdón o indulto.
Hay que aclarar que esta facultad solo aplica para delitos federales, por lo que no podría perdonarse a sí mismo ahora que fue declarado culpable en Nueva York ni, —llegado el caso— en el de Georgia, por ser ambos estatales.
En el primero, es solo el gobernador de Nueva York quien tiene la capacidad de indultar delitos graves. Sería poco probable que Kathy Hochul, demócrata actualmente en el cargo, apoyara de este modo a Trump.
En el caso de Georgia, el poder de indulto corresponde a la Junta Estatal de Indultos y Libertad Condicional, que no puede otorgar perdones por condenas en delitos graves hasta cinco años después de que se haya cumplido la sentencia completa, según le confirmó a CNN Anthony Michael Kreis, profesor asistente de derecho en la Universidad Estatal de Georgia.
Las estrategias para retrasar los procesos son "tácticas clásicas para un acusado que no quiere ir a juicio", le dijo a AFP Daniel Richman, exfiscal federal y profesor de la Universidad de Columbia.
"Pero cuando implica a un expresidente, los asuntos que hay que resolver no tienen necesariamente precedentes y requieren una mayor participación de los tribunales, o incluso de la Corte Suprema", criticó.
"Así que cualquiera que piense que los abogados de Trump son una especie de magos o genios, se equivoca", concluyó.
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