Los encerraban, dormían en el suelo, los golpeaban: los inmigrantes que recibían trato de esclavos en guarderías de California
Un mensaje de la guardería Rainbow Bright ha quedado en Facebook como evidencia de que alguna vez aspiró a tener buena fama en el norte de California. “Nuestros profesionales capacitados trabajan arduamente para garantizar que su hijo esté seguro”, decía una publicación de 2014.
Cuatro años después todo se les derrumbó: la Fiscalía estatal acusó a sus dueños de dirigir una red de trata de personas durante al menos una década, explotando a inmigrantes filipinos recién llegados.
La familia Gamos, que era dueña de esta empresa de cuidado residencial para adultos y niños en Daly City, maltrataba a sus empleados de tal manera que los encerraba, les obligaba a dormir en el suelo, les pagaba una miseria, incluso llegaron a golpear a una de sus víctimas, según las autoridades.
El miércoles, en una corte del condado de San Mateo, antes de que se dictaran las sentencias a tres acusados, fueron leídas las declaraciones de impacto de las víctimas, en las cuales dijeron que vivían con miedo, incluso frente a la posibilidad de que los Gamos se quedaran en la cárcel mucho tiempo.
Posteriormente, Joshua Gamos, de 46 años y presunto líder de esta red de trata, fue condenado a nueve años y ocho meses de prisión. Mientras que Noel Gamos, de 44, y Carlina Gamos, de 70, recibieron un castigo de cinco años tras las rejas.
En enero de 2019, Gerlen Gamos, de 42 años, se declaró culpable de robo de gran cuantía y su audiencia condenatoria sigue pendiente.
Los fiscales alegan que estas personas explotaron a trabajadores migrantes para operar las guarderías y centros de cuidado para adultos Rainbow Bright desde 2008 y hasta su arresto en 2018.
“Los acusados apuntaron a de la comunidad filipina, muchos de los cuales eran inmigrantes recién llegados a Estados Unidos, para tráfico de personas y explotación laboral”, apunta la Fiscalía.
Su modus operandi era amenazar a las víctimas con denunciarlos a la policía para que los arrestaran y deportaran. Para evitar que escaparan, les quitaban los pasaportes. También usaron el engaño: les decían que les ayudarían a regularizar su estatus migratorio, lo cual jamás ocurrió.
En el peor de los casos, afirman los fiscales, Joshua Gamos abusó físicamente de uno de sus empleados.
Eso sucedía mientras mostraban un rostro amable a sus clientes. “En Rainbow Bright Preschool/Infant Daycare, observe a su hijo convertirse en un alumno feliz y seguro de sí mismo, listo para el éxito de por vida. Puede confiar en que nuestra guardería educativa supera a la guardería tradicional”, decía una publicación en su página de internet con fecha del 4 de agosto de 2014.
Encerrados y durmiendo en el suelo
Cuando salió a la luz en 2018, este caso generó preocupación en el norte de California porque los Gamos brindaban servicios a niños pequeños y ancianos vulnerables.
“El jurado emitió 38 veredictos de culpabilidad por delitos graves con múltiples mejoras y factores agravantes contra estos acusados… Sin embargo, la sentencia de hoy (miércoles) no reconoció el nivel de horror que experimentaron las víctimas de Rainbow Bright a manos de la familia Gamos”, dijo el fiscal general de California, Rob Bonta, en un comunicado.
“Y después de diez años de abuso y casi cinco años de procedimientos judiciales, la sentencia de hoy solo los hizo pasar más traumas. Las víctimas demostraron resiliencia y coraje durante todo el proceso”, agregó el funcionario.
El maltrato se exacerbó porque los empleados de Rainbow Bright vivían y trabajaban en las casas de los Gamos. Así los tenían bajo control extremo y les exigían laborar durante varias horas y sin el debido pago. Dormían en el suelo o en las cocheras. Cuando los Gamos salían, los dejaban encerrados.
Se estima que este esquema les dejó una ganancia ilícita de al menos 500,000 dólares.
El próximo 2 de marzo, en una audiencia de restitución, un juez determinará las cantidades que los Gamos deberán devolverle a cada uno de los afectados.