La misteriosa muerte de un estudiante de California que viajó a México a una investigación
Gabriel Trujillo, un estudiante de la Universidad de California en Berkeley, fue hallado muerto el 22 de junio pasado en Sonora, México. El hombre, de 31 años, se encontraba en el norteño estado mexicano para recolectar plantas para sus investigaciones de doctorado, cuando su novia lo reportó como desaparecido.
Cinco días antes, el 17 de junio, Trujillo, quien ya había viajado México en varias ocasiones investigando un arbusto que habita en Norteamérica, cruzó la frontera de Arizona hacia Nogales.
Su familia le había pedido que no realizara el viaje a un lugar tan peligroso como Sonora, estado que, hasta mayo, tenía registrado 518 homicidios, según datos del gobierno mexicano. Sin embargo, Trujillo creía que el viaje era crucial para su investigación.
El 18 de junio, el investigador habló con su padre; y, a la mañana siguiente, con su prometida, Roxanne Cruz-de Hoyos. Trujillo le dijo a su novia que saldría ese día a recolectar plantas y que regresaría a su Airbnb más tarde.
Sin embargo, con el paso de las horas y al no tener respuestas a sus llamadas y múltiples mensajes de texto, Cruz-de Hoyos se preocupó.
La chica pudo ar a los anfitriones de Airbnb, quienes dijeron que sus pertenencias todavía estaban en el lugar, pero que él no había regresado. En ese momento, Cruz-de Hoyos compró un boleto de avión para viajar a México al día siguiente y buscar a su prometido ella misma.
Gabriel Trujillo fue hallado muerto en una camioneta
Sin mancionar el lugar exacto, el 22 de junio, las autoridades informaron a Cruz-de-Hoyos que habían descubierto el cuerpo de Trujillo sin vida dentro de la camioneta que utilizó para desplazarse, a unas 62 millas del Airbnb donde se alojaba, con siete impactos de bala.
Roxanne Cruz-de Hoyos fue quien identificó el cuerpo de su prometido ante las autoridades mexicanas mientras padre del estudiante, Anthony Trujillo, se apresuró a tomar un vuelo desde Michigan a Sonora.
Desde entonces, Roxanne Cruz-de Hoyos y Anthony Trujillo han recibido poca información sobre la tragedia y han pedido respuestas a los gobiernos de Estados Unidos y México.
“Evidentemente, estaba en el lugar equivocado”, aseguró Anthony Trujillo a la agencia The Associated Press (AP) el jueves mientras esperaba abordar un vuelo de regreso a casa con los restos de su hijo.
La AP citó un comunicado de la oficina del fiscal del estado de Sonora en el que, sin aportar mayores detalles sobre lo ocurrido, dijo que están analizando evidencia “para establecer los hechos, condiciones y causas de la muerte”. Este viernes, Univision Noticias intentó localizar el mencionado comunicado sin éxito.
Trujillo, un erudito en su área de investigación
Gabriel Trujillo era considerado un erudito en su área de investigación. La planta que investigaba, el arbusto de botón, tenía presencia en Canadá, Arizona, Michigan, Illinois, Nuevo México, California y tierras indígenas del norte y sur de México.
Trujillo pasó años estudiándolo y recolectando especímenes, a menudo junto con Cruz-de Hoyos, becaria postdoctoral que investiga la mortalidad generalizada de los árboles, en una gran camioneta roja que compraron juntos.
“Estábamos comprometidos a dedicar nuestras vidas a la conservación ambiental y la investigación ambiental”, aseguró Cruz-de Hoyos a la AP. “Sentimos que las manos indígenas han cuidado estas tierras desde tiempos inmemoriales”.
Atraído por Sonora, Trujillo esperaba conectarse con sus raíces indígenas a través de las tierras ancestrales del grupo en la región seca y montañosa. En última instancia, quería aplicar su investigación para construir un jardín en México y usar el arbusto botón para la restauración de humedales. Su viaje planificado incluía tres sitios potenciales para tomar una decisión final.
Sonora sigue siendo tierra peligrosa
Desde hace décadas, Sonora es una ruta clave para el contrabando de drogas, así como de migrantes, dinero en efectivo y armas entre Estados Unidos y el estado de Sinaloa, y el infame cartel del mismo nombre, más al sur.
Sonora ha sido durante mucho tiempo un territorio crítico para los cárteles de la droga de México y en los últimos años esas rivalidades han aumentado el nivel de violencia y, en ocasiones, han dejado víctimas civiles.
Pistoleros del cartel mataron a tres mujeres estadounidenses y seis de hijos de la familia LeBaron cerca de la frontera de los estados de Sonora y Chihuahua en 2019. Los estadounidenses vivían en comunidades fundadas hace décadas por una rama de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
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