{ "@context": "http://schema.org", "@type": "BreadcrumbList", "itemListElement": [ { "@type": "ListItem", "position": 1, "item": { "@id": "/explora", "name": "Explora" } } ] }
null: nullpx
Mundo

Los rituales egipcios no eran exclusivos de los faraones y estaban llenos de magia

Publicado 18 Jun 2020 – 02:33 PM EDT | Actualizado 18 Jun 2020 – 02:33 PM EDT
Comparte

Los rituales egipcios para asegurar un lugar en el más allá no solo se trataban de momificar el cadáver y enterrarlo en una lujosa tumba; era un proceso complejo que tenían que respetar.

La cultura del Antiguo Egipto es una de las más recordadas y estudiadas no solo por sus asombrosas construcciones, sino por el conjunto de rituales de los que se tiene registro (que incluían sacrificios y magia).

Los egipcios creían en la vida después de la muerte, pero conseguir la resurrección dependía de un ritual de despedida conocido como la ceremonia de la apertura de boca.

En el caso de los faraones, el ‘funeral’ era más ostentoso, pero la apertura de la boca era una tradición para todas las personas: si no pasaban por él, no podrían disfrutar de una vida plena en el más allá.

El proceso de embalsamamiento de una momia egipcia duraba 70 días. Una vez preparado, el cuerpo el faraón emprendía una embarcación liderada por el nuevo rey seguido de sus súbditos y familiares del fallecido.

Después del viaje en balsa, el ataúd era colocado sobre una plataforma arrastrada por un par de bueyes seguidos de una procesión de sacerdotes que esparcían incienso, plañideras profesionales y sirvientes que cargaban los adornos de la lujosa tumba.

Al final de la procesión, dos mujeres vestidas de Isis y Neftis desplegaban sus alas alrededor del ataúd para despedir y proteger al difunto.

Antes de concluir el entierro, los sacerdotes realizaban el ritual de la apertura de boca que, según los registros, consistía en 75 pasos complejos llenos de magia que tenían que seguir al pie de la letra.

El objetivo de la ceremonia era ‘mantener con vida’ los sentidos del difunto para que pudiera comer, beber, hablar, oír, oler y ver en el plano después de la muerte.

Cada sentido debía ser recuperado por un sacerdote distinto con máscaras de los dioses correspondientes; Ptah era el más importante porque era el encargado de abrir la boca.

Según la creencia, los dioses utilizaban magia para revivir los sentidos y era transmitida a través de los sacerdotes, quienes empleaban hierro meteórico porque pensaban que era un material enviado por los dioses.

Los instrumentos incluían azuelas, bastones en forma de cola de pez y cuchillos decorados. Los sacerdotes los utilizaban para tocar los órganos que querían regresar a la vida (ojos, nariz, oídos y boca).

Para completar el ritual, uno de los bueyes era sacrificado en forma de ofrenda para los dioses y uno de los sacerdotes abría cuatro veces los ojos y boca de la momia.

Finalmente, la boca era abierta una vez más con una azuela y el difunto recibía ofrendas de agua y comida porque los sentidos fueron rehabilitados.

Los sirvientes limpiaban los vendajes y colocaban un ejemplar de El Libros de los Muertos en el ataúd antes de ser enterrado.

Los cadáveres de faraones eran colocados en sarcófagos de piedra y el resto de la población era sepultaba en cámaras funerarias más simples.

Una vez terminado el ritual, la procesión regresaba a su hogar con la seguridad de que su ser querido podría disfrutar de una nueva vida en otro plano después de la muerte.

No te pierdas:

Comparte