Esta es la epidemia moderna que aqueja a las mujeres y que pone en peligro su vida
Una enfermedad que no reconoce fronteras, ni edades. A veces sus consecuencias no son reconocidas hasta que cobra víctimas. Suena a una película de terror, o tal vez como a una epidemia como la de la peste negra. Pero no, se trata de algo con lo que convivimos todos los días, e incluso sin notarlo: la cosificación y sexualización de la mujer.
La Asociación Americana de Psicología (APA) explica que la sexualización ocurre cuando se le da valor a una persona sólo si su apariencia o conducta son consideradas "sexys". Cuando esto sucede, se considera al individuo más como un objeto de satisfacción personal que como un ser humano. Eso es la cosificación, y de acuerdo con la Asociación y el documental Miss Representation, se trata de una epidemia mundial con resultados catastróficos.
Los números de la ONU no dejan lugar a dudas: 750 millones de mujeres fueron obligadas a casarse antes de los 18 años. 120 millones de niñas han sido obligadas a participar en actos sexuales. Se estima que la mitad de los feminicidios en el mundo fueron cometidos por un miembro de la familia o por su pareja. Estas estadísticas son la consecuencia de ver a las mujeres como una cosa desechable.
Televisión, publicidad, videos musicales, revistas, Internet, videojuegos, etcétera. Los medios en general representan a la mujer con una apariencia sugestiva y sexual. Su belleza exterior se convierte en lo más destacable, sin importar la historia detrás de ella. Es vista como un elemento decorativo o una herramienta, como lo menciona la APA.
Mujeres que se sacrifican para cumplir los estándares de belleza (muchas veces irreales y “photoshopeados”) para ser aceptadas; hombres que no saben interactuar con el otro género al no considerarlas como iguales. Ninguna de las dos partes se beneficia de esta enfermedad social.
Las consecuencias de la cosificación son variadas y existen en diferentes niveles. Desde inhibir la concentración al enfocarse más en la apariencia que en el aprendizaje, pasando por depresión, baja autoestima, desórdenes alimenticios y violencia de género. Tratar a una mujer como un zapato, sin identidad ni valor, repercute en miedo, una baja calidad de vida e incluso la muerte.
Lamentablemente, la epidemia de sexualización y cosificación femenina no se erradicará pronto con una dosis de paracetamol o una vacuna. Para que este problema de magnitud mundial desaparezca, necesitamos cuestionar lo que vemos, leemos y escuchamos en el día a día.
Reconozcamos lo que reproduce ideas superficiales, estereotipadas y nocivas contra las mujeres. Actuemos con el ejemplo y exijamos la cooperación de los medios y de la sociedad en general para combatir este problema. Sólo así salvaremos las vidas de mujeres que padecen de esta "enfermedad".
Para saber más: