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Un tesoro fue encontrado gracias un poema y no necesitaron recurrir a Sherlock Holmes

Publicado 18 Jun 2020 – 03:45 PM EDT | Actualizado 18 Jun 2020 – 03:45 PM EDT
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No es una película de Indiana Jones ni un cuento de Sherlock Holmes: un hombre encontró un tesoro gracias pistas ocultas en un poema.

La búsqueda de tesoros suena a una aventura sacada de un libro fantástico o de alguna película de Steven Spielberg, pero también suceden en la vida real.

Sin necesidad de ser paleontólogo, arqueólogo o investigador privado, un hombre encontró un tesoro escondido cuyas pistas se encontraban en un poema.

En 1989, el coleccionista de arte Forrest Fenn fue diagnosticado con cáncer, así que tuvo una idea para dejar un legado y ser recordado por siempre después de su muerte: enterrar un tesoro.

Fenn juntó varios artículos de su colección con valor de más de un millón de dólares y los escondió en un lugar que, hasta hace poco, era secreto.

En 2010, el coleccionista publicó un libro de memorias titulado La Emoción de la Persecución y contenía un poema con pistas para encontrar el tesoro.

Fenn venció el cáncer, pero la idea del tesoro se mantuvo y miles de personas comenzaron la búsqueda en las montañas de Santa Fe, Nuevo México. Se sabe que al menos 5 personas murieron buscando el tesoro.

El tesoro de Fenn se volvió famoso y, después de varios años sin encontrarlo, los cazadores empezaron a dudar de la veracidad de la fortuna, pero el coleccionista aseguraba que era real.

Después de 10 años de búsqueda, un hombre, cuya identidad no fue revelada por seguridad, encontró el tesoro entre la vegetación de las montañas en junio de 2020.

El cazador de tesoros tuvo que leer, estudiar y analizar el poema de Forrest Fenn durante años para encontrarlo. Incluso, en algún momento de la búsqueda, ó al autor pero no le dio pistas nuevas.

De acuerdo con Fenn, él no conocía al hombre y no se habían comunicado desde 2018 hasta ahora que lo buscó para darle la noticia de que había encontrado el tesoro, pero no revelaron la ubicación exacta.

«El buscador quiere que me quede en silencio y siempre dije que el buscador podía tener esas dos decisiones: Quién y dónde», contó Fenn.

El autor dijo que se sentía mitad alegre y mitad triste porque la búsqueda terminó, pero podría ser una nueva oportunidad para esconder un nuevo tesoro e iniciar una búsqueda para la próxima década.

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