El mar se vuelve marrón: la ola de sargazo que ya cubre playas en Puerto Rico
SAN JUAN, Puerto Rico.- La isla de Puerto Rico se suma este año a la lista de territorios caribeños afectados por una nueva oleada masiva de sargazo que amenaza con alterar el ecosistema marino, la actividad turística y la salud pública en la isla. De acuerdo con el Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida ( USF), en 2025 se ha registrado un aumento del 40% en la acumulación de esta alga flotante en comparación con el récord anterior de junio de 2022, lo que convierte al presente año en uno de los más críticos desde que comenzó a monitorearse el fenómeno.
Las grandes masas de sargazo, algas pardas flotantes originarias del Atlántico, comenzaron a arribar a las costas de Puerto Rico a mediados de mayo, impulsadas por corrientes oceánicas que las transportan desde el denominado “Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico”. Esta formación, activa desde 2011, cubre cada año miles de kilómetros cuadrados y se desplaza hacia el mar Caribe y el golfo de México durante los meses de primavera y verano.
El fenómeno ya afecta visiblemente playas en el sur y sureste de la isla, como Playa Santa en Guánica y Punta Santiago en Humacao, donde residentes y turistas han reportado acumulaciones significativas de algas, además de un olor penetrante similar al de huevos podridos. Este olor se debe a la emisión de gas sulfhídrico, producto de la descomposición del sargazo al tocar tierra, y que puede causar irritaciones en los ojos, nariz y garganta, especialmente en personas con asma u otras afecciones respiratorias.
Efectos del sargazo en la ecología y la economía
Aunque el sargazo cumple una función ecológica importante mar adentro, sirviendo de refugio y zona de cría para especies como el dorado y la tortuga marina, su llegada masiva a tierra firme provoca serias alteraciones. Según el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), el alga acumulada puede sofocar pastos marinos, afectar los arrecifes de coral y provocar la muerte de fauna marina por falta de oxígeno.
A nivel económico, los efectos también son alarmantes. La limpieza de playas requiere maquinaria, mano de obra y soluciones logísticas que sobrecargan a los municipios costeros. En otras jurisdicciones del Caribe, como los Cayos de Florida, se estima que un solo evento grave de sargazo puede generar pérdidas superiores a los 20 millones de dólares.
Ante esta situación, la comunidad científica ha intensificado los esfuerzos para mitigar el impacto. La Universidad Atlántica de Florida recibió recientemente una subvención de 1.3 millones de dólares para evaluar la viabilidad de recolectar el sargazo en alta mar antes de que llegue a las costas. En Puerto Rico, investigadores y ambientalistas también reclaman una estrategia de manejo regional que incluya monitoreo satelital, recolección oportuna y posibles usos productivos del alga.
Mientras tanto, las autoridades locales exhortan a la población a mantenerse informada, evitar el o directo con el sargazo en descomposición y reportar acumulaciones excesivas a los canales oficiales del DRNA. Con el verano acercándose, el fenómeno del sargazo podría convertirse en uno de los mayores desafíos ambientales y turísticos para Puerto Rico en 2025.