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El gaming es una de las actividades favoritas de millones alrededor del mundo.

El jugador profesional de videojuegos Aydan Conrad pagó las deudas de su madre gracias a Fortnite y le dio la sorpresa durante una transmisión en vivo.

La inteligencia artificial nos sorprende cada vez más con sus avances que llegan a superar las habilidades humanas, como la que venció a jugadores de ajedrez. Sin embargo, ahora se ha superado nuevamente y logró vencer a humanos en un conocido videojuego.

La verdadera venganza de los nerds llegó cuando toda esta subcultura muy definida y cerrada sobre sí misma se volvió mainstream y, lo que es más importante, se volvió cool.

Como casi cualquier otro ámbito especializado, el mundo gamer ha desarrollado sus propios códigos lingüísticos, con los que su comunidad se comunica de forma eficiente y específica. Este lenguaje técnico es conocido de forma simple como «lenguaje gamer».

Todo gamer que se respete debe conocer lo que es el pay-to-win en los videojuegos, algo que últimamente se ha convertido en un cáncer para la industria. Pero, ¿qué es exactamente?

Cuando los medios de comunicación hablan de nuestros hobbies favoritos nos alertamos y esperamos a ver qué dirán sobre el mismo. La sensación que causa Gamers! es parecida, pero al verlo nos damos cuenta que aunque la serie honra su nombre, no es exactamente lo que estamos esperando.

Los tatuajes son el mejor vehículo para recordarte todo eso que te mantiene vivo. Como el amor incondicional hacia tu pareja o por los videojuegos.

El amor viene en muchas formas y tamaños. Desde el amor que recibimos de nuestros familiares y seres queridos, hasta el amor que podemos sentir por un buen libro o un lugar que nos llena el alma. O el amor por un videojuego, por supuesto.

Las opciones están cercanas al infinito. Millones de videojuegos de miles de categorías se apilan en los estantes del mundo, y cuando llega el momento de elegir uno nuestro cerebro puede llegar a pasar por un estrés ilimitado, al borde de la explosión.

Una boda es uno de los acontecimientos más especiales en la vida de una pareja. Desde la entrega del anillo de compromiso, hasta la ceremonia con los votos matrimoniales, pasando por toda la planeación del evento, cada momento es mágico.

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Atentos todos los gatillos fáciles que deambulan por este sector. Hoy vengo a inmolarme ante ustedes en el nombre de todos los buenos juegos que no son shooters. Sé que muchos de ustedes van a querer cocinarme a tiros virtuales y metafóricos, pero yo simplemente quiero exponer mis motivos para hacer esta confesión pública. Voy a contarles por qué odio los shooters. Seguramente más de un lector o lectora esté de acuerdo conmigo y tome coraje para confesar lo mismo tras leer este artículo.

Los debates entre los gamers son cosa corriente en la web. Suele haber discusiones eternas por cuál genero es mejor, cuál desarrolladora realiza los mejores juegos, cuál es el mejor juego dentro de un género determinado, y una enorme lista de etcéteras.

Si descubriste que tu crush es geek o gamer (o ambas) y quieres que quedar bien con esta personita tan especial en tu vida, te recomendamos 5 lugares no tan conocidos a donde puedes llevarle si es su primera cita y quieres impresionar.

Journal of Sexual Medicine ha publicado recientemente un estudio titulado Relationship Between Use of Videogames and Sexual Health in Adult Males, donde se investigó la relación entre el uso de los videojuegos y la eyaculación precoz y la disfunción eréctil.

Una de las molestias que he tenido que soportar durante años desde que comencé a consumir anime, es la recurrente pregunta «¿mirás dibujitos chinos?». A medida que fui envejeciendo también alcancé cierto grado de madurez que me permitió discernir cuando debo dar una explicación y cuando no, pero en un principio, recuerdo manifestar mi opinión de manera efervescente y absoluta: «primero, no son dibujitos, es anime; y segundo, el anime es japonés, no chino». Horas más tarde, tras soportar centenares de burlas, mi interlocutora itía su derrota (solo para dejarme satisfecho).