"No nos iremos hasta capturar al último pandillero": la advertencia de militares en Soyapango, una peligrosa ciudad salvadoreña
Armados con fusiles de asalto, los 10,000 militares desplegados desde el sábado en Soyapango, populosa ciudad vecina de San Salvador, buscaban este domingo casa por casa a de las temidas pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18.
El presidente Nayib Bukele anunció en su cuenta de Twitter que en dos días "más de 140 pandilleros han sido arrestados dentro del cerco".
Desde el sábado, Soyapango fue cercada por 8,500 soldados y 1,500 policías en el marco de la controvertida guerra contra las pandillas lanzada en marzo por Bukele al amparo de un estado de excepción.
Este domingo la policía informó en su cuenta de Twitter la captura de uno de los principales líderes a nivel nacional del Barrio 18 en la colonia San José de esta localidad.
Se trata de Guillermo Alexander Pineda, alias Lazy, que según la policía "era uno de los terroristas más buscados del país, quien ordenaba homicidios y extorsiones a nivel nacional".
"No nos vamos a ir de Soyapango hasta capturar al último pandillero", asevereó el ministro de Defensa, René Merino.
El despliegue de fuerzas del estado ha instalado 40 "puntos de control" en Soyapango, considerado por años como un municipio inseguro debido a la acción de pandilleros.
La guerra contra las pandillas ha llevado a la detención de más de 58,800 presuntos pandilleros, según cifras oficiales.
"La orden es no dejar es no dejar terroristas"
Las acciones implementadas por el gobierno en Soyapango, en virtud del estado de excepción que ha sido cuestionado por organismos humanitarios, ha conducido a "una enorme mejora en su seguridad", dijo recientemente la alcaldesa, Nercy Montano.
Sobre la vía que dirige a La Campanera, uno de los barrios considerado bastión de las pandillas, se encuentra la colonia Las Margaritas, históricamente controlada por la Mara Salvatrucha (MS-13), archienemiga de Barrio 18.
En una de sus calles, al menos seis vehículos blindados y artillados de los militares vigilan el lugar.
"La orden es no dejar terroristas en todo Soyapango", dijo a la AFP un soldado que prefirió no identificarse.
En los muros de Las Margaritas no se observan grafitis alusivos a las pandillas, las señales con que estos grupos marcan lo que consideran sus territorios. Aquí fueron borradas por las autoridades.
Mirna Polanco, una universitaria de 24 años, camina por la calle que conecta Las Margaritas y La Campanera y recuerda que era "una zona de guerra" por los enfrentamientos a tiros que protagonizaban ambos grupos criminales.
"Todo eso se ha ido acabando y ojalá se mantenga así de aquí en adelante", dice a la AFP mientras espera abordar un autobús.
La Campanera, bastión de pandilleros
"Antes ni Dios nos salvaba con los pandilleros, hoy es distinto", recuerda el pastor evangélico Mauricio González en el barrio La Campanera, un bastión de pandilleros tomado por militares en la ciudad salvadoreña de Soyapango.
González, de 52 años y con una biblia en mano, explicó a la AFP que desde hace 10 años nadie de su iglesia "podía poner un pie" en La Campanera.
Rodeada por verdes cerros y otras colonias, La Campanera, donde residen en su mayoría trabajadores de fábricas, es conocida por ser un bastión de Barrio 18, una de las pandillas más violentas que opera en el país.
"Yo fui amenazado de muerte por predicar de Dios a los jóvenes de este lugar, la pandilla no lo toleró, no vine más", aseguró González, que este domingo llegó al lugar junto a una treintena de personas a predicar.
Un grupo de militares está apostado en la entrada de la única calle de a La Campanera, registrando a todo el que entra y sale a pie o en carro; otros patrullan en carros blindados en las afueras de los pasajes, las callejuelas que hay entre las casas de ladrillos de concreto en esta colonia obrera.
Los vecinos caminan tranquilos y compran en pequeños negocios colocados en las aceras.
Cuando los pandilleros controlaban el lugar, cuentan, había menos negocios, pues sus dueños no podían pagarles el cobro de la extorsión.
"Solo el que no ha vivido aquí no se daría cuenta lo diferente que estamos viviendo. Hoy todo esta más seguro, la gente se ha animado a poner su negocio, ya no se ven a los muchachos (pandilleros) en los pasajes", narró Etelvina Rosas, de 36 años, quien vendía frutas.
La mujer recordó que en "varias" ocasiones tuvo que pagar la extorsión a la pandilla del lugar.
Una encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA) publicada en octubre mostró que el 75.9% de los salvadoreños aprueba el régimen de excepción, y nueve de cada 10 salvadoreños aseguran que la delincuencia "ha disminuido" con la política de Bukele.