Clint Eastwood odia la corrección política y cree que ha hecho una "generación de maricas"
Clint Eastwood se mantiene increíblemente activo a pesar de tener 86 años, y lo que más sorprende es que su talento, creatividad y genialidad no han disminuido.
Sigue haciendo películas importantes y muy frecuentemente brillantes, con una carrera (como director) que ya tiene más de 40 años y que no tiene casi punto flojo o altibajo; próximamente se estrena su nueva película Sully, un drama biográfico protagonizado por Tom Hanks.
Lo que sumado a sus papeles memorables, entre ellos el de Hombre sin nombre en la Trilogía del dólar y el de Harry el Sucio, con los que se convirtió en un ícono de la masculinidad viril, en el arquetipo del antihéroe solitario y gruñón, lo convierten en uno de los nombres más importantes de la historia del cine.
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En los últimos años sin embargo, su figura ha tomado cada vez más relevancia política, gracias a su pertenencia al Partido Republicano, su visión un tanto conservadora y su involucramiento público con esta clase de asuntos (como cuando habló con una silla vacía que representaba a Barack Obama en la Convención Republicana de 2012).
Su visión política y su asociación con el Partido Republicano genera un poco de incomodidad, al menos en cierta parte del público cinéfilo, ya que su posición y sus declaraciones no siempre son las más simpáticas.
También ha hecho que muchos no puedan separar sus películas de sus opiniones y lo juzguen en función de éstas, lo cual es un grave error, ya que sus películas no sólo suelen ser magistrales, sino que también demuestran que su visión es bastante más compleja y menos encasillable que la pertenencia a un determinado partido o su opinión sobre un tema puntual.
El hombre con nombre (y apellido)
Su opinión sobre un tema puntual — Donald Trump— es precisamente lo que ha cautivado la atención de todos en estos días
Clint Eastwood dio una entrevista a la revista Esquire, conjuntamente con su hijo Scott Eastwood, quien ha construido por su parte una carrera como actor.
De las muchas preguntas que contestó, naturalmente las que más revuelo causaron y más repercusión tuvieron fueron aquellas de tono político, originadas en el marco de las inminentes (y amenazantes) elecciones estadounidenses.
En parte porque acuñó el término "generación de maricas", muy elocuente y muy a tono con lo que uno espera de Clint Eastwood. Incluso algo que perfectamente podría haber dicho el Hombre sin nombre.
Mirando al horizonte como diciendo "maricas"
Hablando de los personajes de Clint Eastwood y la marca que han dejado en la cultura popular, el entrevistador consideró que Donald Trump quiere imitar algunos rasgos inmortalizados por su interpretación de tipos duros (es una imagen que claramente quiere dar Trump).
Clint Eastwood aprovechó para opinar sobre el candidato y el clima político actual:
También es cierto que hemos tenido (tal vez) algún avance en lo que respecta al racismo desde la época en la que Clint Eastwood creció.
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Después elaboró:
Estas declaraciones están en realidad en sintonía con algo que Eastwood ha expresado varias veces, y es que él no se considera a sí mismo conservador, sino un libertario (incluso tiene muchas posiciones que uno no asociaría a un conservador republicano, como un cierto sentimiento antibélico y estar a favor de la conservación ambiental, de la legalización del aborto, del casamiento entre personas del mismo sexo, de los derechos civiles y del control de armas).
En este caso, no parece estar del todo equivocado en lo que refiere al exceso de corrección política y la sensibilidad exacerbada al respecto, algo que se ha vuelto un verdadero problema sobre todo en expresiones artísticas, pero evidentemente no es lo mismo ésto que un candidato presidencial abiertamente racista.
De todas maneras, finalmente aclaró que no apoya —por el momento— a ninguno de los dos candidatos a la presidencia ( Donald Trump y Hillary Clinton) pero que entre los dos tiende a preferir a Trump.
Esto, a pesar de que “ha dicho muchas estupideces”. Para él, el problema es que la prensa haga todo un escándalo de eso. “Supérenlo de una maldita vez”, concluyó.
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