5 sorprendentes mitos sobre el petróleo y sus derivados
Tenemos ideas preconcebidas sobre muchísimos temas, y uno de ellos es el petróleo. Esta lista te ayudará a entender ciertas cosas sobre esta industria que han sido ampliamente difundidas a pesar de no ser ciertas, ¿te animas a descubrir la verdad?
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Mito #1: Podríamos vivir perfectamente sin petróleo si quisiéramos
Si bien es cierto que algunos países del mundo tienen un alto avance en materia de energías renovables, simplemente aún no contamos con una alternativa a los hidrocarburos que permita suplir todas las demandas del combustible a nivel global. De suspender el uso del petróleo en todas sus formas HOY, probablemente la mayoría de las naciones colapsaría sin medios de transporte, alumbrado y un precio exorbitante de las materias primas necesarias para distintas industrias. Las buenas noticias es que cada vez más países están dando importantes pasos para avanzar en energía renovable invirtiendo en tecnología, pero tenemos que recordar que la humanidad crece cada año a pasos agigantados y que la demanda de energía sube exponencialmente, lo que representa un reto para la producción de esas energías a largo plazo.
Mito #2: El petróleo es solo un combustible, no sirve para nada más
El uso más universal de los hidrocarburos es combustible (son muy conocidos derivados como la gasolina y el keroseno), pero no hay que dejarse engañar: el petróleo crudo tiene cientos de derivados que se convierten en materia prima de las más variadas industrias. En la industria petroquímica hay derivados que se emplean para fabricar plásticos para la creación de juguetes y otros muchos elementos de la industria deportiva y médica; otros hidrocarburos llamados aromáticos son la base para fabricar cremas, cosméticos, perfumes e incluso detergentes y los más variados productos de limpieza. También están los disolventes, presentes en todo tipo de pinturas y los fertilizantes que tienen un papel estelar en la industria agrícola, por solo mencionar unos pocos ejemplos.
Mito #3: La industria de los hidrocarburos consume más agua que cualquier otra
La industria de los hidrocarburos consume una gran cantidad de agua, es cierto, pero no tanta como la industria agrícola o la agropecuaria, que gastan un 70 por ciento de las reservas acuíferas alrededor del mundo. De hecho, hay países donde la industria petrolera utiliza muy poca agua, Colombia por ejemplo. Allí la industria de los hidrocarburos emplea el 1,6% del agua que se consume en el país, mientras que la agricultura se lleva un cuantioso 70%, ¿sorprendente, verdad?
Mito #4: El sector de hidrocarburos no beneficia a las comunidades o al medioambiente
Alrededor del mundo la industria de los hidrocarburos hace cuantiosas inversiones para beneficiar no solo a las comunidades donde trabaja, sino también al medioambiente. Algunas iniciativas comunes son la inversión en tecnologías que ayudan a mitigar los efectos de la práctica y la restauración de pozos antiguos creando corales artificiales en el suelo marino. En Colombia por ejemplo, entre 2012 y 2015 la industria petrolera destinó 2,5 billones a la inversión social, promoviendo la construcción de centros médicos, escuelas, canchas deportivas, entre otras iniciativas. También la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) tiene su Programa de Beneficio a las Comunidades (PBC), con iniciativas dedicadas al desarrollo humano y la reducción de la pobreza extrema.
Mito #5 El petróleo se acabará en cualquier momento
Existe una creencia bastante extendida que dice que el petróleo está a punto de agotarse. Si bien es cierto que el crudo es una reserva no renovable, tampoco se agotará mañana, de hecho, a medida que avanza la tecnología se descubren nuevos métodos de localización y extracción del crudo. ¿De dónde surgió entonces esta idea? Pues de algunos expertos en el tema e incluso geólogos del pasado, sin embargo, a medida que pasa el tiempo también avanzan las innovaciones y ya se sabe que queda petróleo suficiente bajo tierra, solo hay que trabajar en su extracción. Además, hay que contar con los trabajos de investigación que podrían surgir para crear fuentes sustitutivas de este combustible.