Chilangolandia, la peli que tienes que ver vivas o no en ella

“Se compran colchones, tambores, refrigeradores, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que venda”, ¿cuántas veces este pregón o la campana del camión de la basura no se han convertido en alarma despertadora?

Se viva o no en Chilangolandia, se sabe que estos sonidos son parte del día a día de esta gran ciudad, así como que las quesadillas pueden o no llevar queso y que todo sabe mejor si va en bolillito.

En la capirucha tarde que temprano todos encajan sin importar la tribu social a la que pertenezcan; incluso, están bautizadas: godínez, hipsters, fresas, mirreyes…

Todo el que entra en este frenesí adquiere el don de adaptarse y coincidir en algún momento de la vida. Y para muestra, las oficinas, los estadios, los auditorios, el mismo transporte público y hasta los puestos de taquitos que son tan socorridos cuando termina la vida nocturna.

Pero, el que decide ser chilango también se caracteriza por reírse de sí mismo y de saber ser uno ante las tragedias naturales y humanas.

Chilangolandia, ¿la amas o la odias?

Para bien o para mal, Chilangolandia es única. En un día se tiene el privilegio —así como lo lees — de experimentar una aventura redonda, desde sumergirse en un mar de aromas dentro de un gusano naranja llamado metro, participar en el juego de “en la otra caja le cobro”, hasta toparse con un maletín con 10 millones de pesos, ¿¡Qué!?

De esto trata la verdadera Chilangolandia, la película que retrata la vida del chilango a través de la comedia y con varias historias que se entrecruzan: desde “El Chulo” que desea ser estrella de fútbol y que su novia mantiene una relación con un integrante de la Unión de Tepito, pasando por el diputado que perdió un maletín con varios millones, hasta la famila que puede salvarse de la pobreza gracias a ese “milagrito” extraviado.

En estos tiempos, nuestra vida merece una buena dosis de carcajadas. Por eso, este fin de semana hay que lanzarse al cine para ver Chilangolandia y comprobar si realmente se tiene el espíritu para ser llamado con orgullo “chilango”.

Para una probadita, te dejamos el trailer

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