Cómo puede repercutir el cruento rescate de cuatro rehenes de Israel en las conversaciones sobre un alto el fuego en Gaza
El rescate israelí de cuatro rehenes de la Franja de Gaza el fin de semana en una operación que dejó al menos 274 palestinos muertos, se produjo en un momento importante en el que tanto Israel como Hamas, presionados por Estados Unidos, estudian una propuesta de cese el fuego, que debería servir para liberar al resto de los rehenes que permanecen cautivos.
Aunque el rescate ha sido muy celebrado en Israel y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, busca anotárselo como una victoria en medio de un clima adverso para su endeble gobierno, la recuperación de los cuatro rehenes también sirve como recordatorio de las duras condiciones que enfrentan los que siguen cautivos y la urgencia de llegar a un acuerdo para evitar que se sigan produciendo matanzas de civiles.
Por otra parte, Hamas cuenta con cuatro rehenes menos para intercambiar, entre ellos Noa Argamani, quien se había convertido en un símbolo de los rehenes y la milicia palestina ya que la había utilizado para enviar mensajes a familiares y buscar presionar al gobierno de Israel y la opinión pública.
Israel celebra la liberación de los rehenes, pero crecen los llamados a un acuerdo
La operación de rescate de los cuatro rehenes el fin de semana ha sido muy celebrada en el país como una de las más exitosas desde que se inició la guerra, aunque mató a al menos 274 palestinos, incluidos mujeres y niños.
En una nación todavía marcada por el horror de los ataques de Hamas del 7 de octubre y angustiada por el destino de los rehenes que siguen en cautiverio en Gaza, los israelíes salieron a las calles a celebrar el regreso con vida de cuatro de ellos, pero también a protestar para pedir que se acabe de concretar un acuerdo que permita liberar a los demás.
Mientras los israelíes de línea dura quieren explotar el rescate asegurando que la fuerza militar es suficiente para liberar a los demás rehenes, para muchos está claro que será prácticamente imposible realizar otra operación como la del fin de semana.
Hasta la fecha, el ejército israelí solo ha conseguido liberar a otros tres rehenes y, de hecho, mataron por error a otros tres que habían escapado por su cuenta de Hamas. Otros han muerto a causa de los propios ataques de Israel. La mayoría de los rehenes que han conseguido volver a casa lo hicieron como parte de una tregua de una semana el año pasado. Fueron canjeados por prisioneros palestinos.
“Si alguien cree que la operación absuelve al gobierno de la necesidad de llegar a un acuerdo, está viviendo una fantasía”, escribió el columnista Nahum Barnea en el periódico Yediot Aharonot. “Hay gente allí que necesita que la salven, y cuando antes mejor”, agregó.
Incluso el portavoz del ejército, el contralmirante Daniel Hagari, itió los límites de la fuerza militar. “Lo que traerá a casa con vida a la mayoría de los rehenes es un acuerdo”, declaró a la prensa.
Netanyahu intenta anotarse una victoria en medio de presiones
La operación de rescate de los cuatro rehenes ha sido vista como una victoria para Netanyahu, a quien muchos israelíes culpan de los fallos de seguridad que permitieron el ataque del 7 de octubre y de no haber hecho lo suficiente para recuperar a los rehenes en ocho meses de guerra.
El primer ministro israelí ha alabado el éxito de la operación y el sábado se desplazó rápidamente hasta el hospital donde estaban los rehenes liberados para reunirse con ellos ante las cámaras. Los sondeos recientes de opinión muestran cierta mejora reciente en su aceptación y la operación seguramente será de ayuda, pero sus críticos insisten en asegurar que busca seguir la guerra para mantener su frágil gobierno y evitar investigaciones de corrupción pendientes.
Por un lado, Netanyahu enfrenta cada vez más presiones de su principal aliado, Estados Unidos, para que acepte el acuerdo, y por otro, de una base ultranacionalista que busca mantener la guerra y erradicar a Hamas a toda costa.
Su principal rival político, el centrista Benny Gantz, quien había aceptado formar parte del gabinete de guerra desde que estalló el conflicto armado, anunció el domingo su retirada de la coalición, dejando a Netanyahu aún más a expensas de los partidos de extrema derecha que conforman su gobierno.
Algunas familias de rehenes fallecidos también han sido muy críticas con el primer ministro, y aseguran que ellos no recibieron ninguna de sus visitas y que no hizo lo suficiente por traer de vuelta a sus familiares.
Además, Netanyahu enfrenta una presión internacional cada vez mayor por su manejo de una guerra en la que han muerto más de 37,000 palestinos. El fiscal de la Corte Penal Internacional (I) solicitó incluso órdenes de arresto contra él y contra su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y contra la humanidad en Gaza.
Netanyahu podría interpretar su éxito del momento como una muestra de apoyo que le permita justificar un acuerdo con Hamas para liberar al resto de los rehenes, pero también podría escuchar a sus aliados de ultraderecha y concluir que el éxito de la operación lo pone en una situación ventajosa y que puede forzar un acuerdo más duro con Hamas.
EEUU sigue presionando: pide al Consejo de Seguridad de la ONU que vote su propuesta
Estados Unidos anunció el domingo que había solicitado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que votara su proyecto de resolución en el que pide a Israel y Hamas adoptar su propuesta de tregua en Gaza.
Fuentes diplomáticas citadas por la AFP dijeron que la votación en el Consejo de Seguridad está prevista para este lunes, pero hasta primera hora de este lunes no había sido confirmado por la presidencia surcoreana de turno.
"Los del Consejo no deben dejar pasar esta oportunidad y deben hablar con una sola voz en apoyo de este acuerdo", dijo en un comunicado Nate Evans, portavoz de la misión estadounidense ante la ONU.
Estados Unidos, aliado de Israel, ha enfrentado múltiples críticas por bloquear varios proyectos de resolución previos que pedían un alto el fuego en Gaza. Pero esta vez la propuesta ha sido anunciada por el propio presidente Joe Biden y Washington puso en marcha un importante esfuerzo diplomático para hacerla realidad.
¿Qué incluye este acuerdo y por qué se le han hecho cambios?
A finales de mayo, Biden dio a conocer lo que dijo que era un plan israelí de tres fases para pasar de una tregua temporal a una paz duradera en Gaza. Cada fase tiene unos cuarenta días.
EEUU distribuyó el domingo entre los estados una tercera versión del acuerdo, vista por la AFP, que incluye algunos cambios. En esta versión, por ejemplo, se deja claro que Israel "ha aceptado el plan", por lo que EEUU atribuye a Hamas la principal responsabilidad de aceptarlo.
En la nueva versión del texto se especifica el contenido del plan.
El documento establece que si la primera fase dura más de seis semanas, la tregua se mantendrá "mientras continúen las negociaciones". La primera fase incluye el alto el fuego "inmediato y completo", la liberación de los rehenes y el "intercambio" de prisioneros palestinos, la retirada del ejército israelí de las "zonas pobladas de Gaza" y la entrada de ayuda humanitaria.
Según fuentes diplomáticas, varios del Consejo tenían reservas sobre las dos versiones anteriores del texto estadounidense, en particular Argelia, que representa al grupo árabe, y Rusia, que tiene derecho de veto.
Aunque Biden anunció la propuesta como "israelí", Netanyahu ha cuestionado públicamente algunos aspectos de la misma, en particular su llamado a la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza y a una tregua duradera, mientras sus socios de coalición han amenazado con desintegrar el gobierno si Netanyahu acepta poner fin a la guerra sin haber destruido a Hamas.
Por su parte, el grupo militante palestino ha exigido garantías internacionales de que la guerra terminará y hasta el momento no ha respondido oficialmente al plan propuesto por Biden.
Con información de AP y AFP.
Mira también: