Los diamantes pueden ser ecológicos: unos científicos tienen la solución
La industria minera de diamantes es una de las más redituables del mundo, pero también una de las que más contaminan. Ahora hay una opción ecológica: diamantes cultivados.
La minería es de una de las industrias más criticadas de la historia. No solo es una de las más contaminantes, sino fue partícipe de la esclavitud en el siglo XIX y principios del XX y desencadenó guerras por saqueos, que costaron millones de muchas muertes.
Hasta hace poco tiempo, la única manera de obtener un diamante era cavando, se extraía y se comercializaba por miles o incluso millones de dólares. Entre más difícil de extraer, es más caro.
Todavía hay un gran mercado de diamantes en el mundo: desde la joyería hasta las aplicaciones industriales y científicas; sin embargo, existe una nueva opción que es más ecológica y económica.
Alexander Weindling es cofundador de Clean Origin, una empresa en línea que vende diamantes cultivados en un laboratorio. Weindling es miembro de una familia minera, por lo que su motivación es no ser partícipe de lo que hicieron sus antepasados y ayudar al medio ambiente.
De acuerdo con el vendedor de diamantes, las versiones cultivadas de joyas tienen las mismas propiedades químicas y físicas que los diamantes extraídos de forma natural.
Los diamantes naturales se forman con una combinación de calor, presión y tiempo: crecen bajo tierra hasta que las erupciones volcánicas los acercan a la superficie y pueden, luego, ser extraídos.
Las versiones cultivadas en laboratorio recrean los elementos naturales con un fragmento de diamante en una cámara sellada que se calienta a temperaturas extremas que alcanzan la temperatura de la superficie del Sol. La cámara se llena con gases que agregan capas al diamante durante algunos días.
Para extraer un diamante natural, se debe cavar un agujero enorme que deja secuelas en el medio ambiente. Para un diamante cultivado, solo se necesita una cámara sellada. Esta cámara consume mucha energía y emite gases contaminantes, pero el daño es considerablemente menor que el de la industria minera.
Además de ser menos contaminantes, los diamantes cultivados son más económicos. Alexander Windling explica, por ejemplo, que conseguir un diamante de oro puro de 9 kilates sería tan raro que costaría unos 5 o 6 millones de dólares, mientras que él lo vendería en $200,000.
Aunque se duda de la pureza de los diamantes por el costo y el tipo de producción, la Comisión Federal de Comercio (FTC) los calificó como reales en 2018.
Todavía es un terreno poco explorado y son las nuevas generaciones las que se atreven a comprar un diamante cultivado, pues un baby boomer no compraría un diamante que no es natural. Aún así, cada vez hay más laboratorios en China, Singapur y Estados Unidos.
De acuerdo con los expertos en joyería, los aficionados a los diamantes utilizan los cultivados para un uso casual. Pero la venta de diamantes extraídos en anillos de compromiso es mucho mayor que los cultivados porque se consideran con valor más significativo.
Mientras la industria de diamantes cultivados crece, seguirán existiendo los detractores que se dedican a la industria minera. ¿Tú comprarías un diamante cultivado?
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