El hielo rosa en los Alpes no sólo se ve increíble, podría ser una llamada de auxilio del planeta
La nieve rosa en la cima de los alpes italianos les da un aspecto único, pero la razón de su aparición podría ser una alerta para el planeta.
Todos los glaciares del mundo juegan un papel importante en el clima del planeta, ya que la nieve se encarga de reflejar la radiación solar y de devolverla a la atmósfera.
Según los científicos, el hielo refleja entre 80% y 95% de la radiación solar, lo que equilibra el clima terrestre. Por eso es importante la conservación de los glaciares.
En los últimos 20 años han desaparecido 200 glaciares debido al calentamiento global, aunque también hay un factor natural que podría acelerar el derretimiento y que está relacionado con el color rosa en la nieve.
El investigador del Instituto de Ciencias Polares del Consejo Nacional de Investigación de Italia, Bagio Di Mauro, lleva varios años estudiando el fenómeno, ya que también se ha observado en algunas partes de Groenlandia.
No es usual que la nieve se pinte de rosa y, aunque algunos reportes lo han calificado como un misterio, Di Mauro cree que se debe a la presencia de un alga llamada Ancylonema nordenskioeldii.
La coloración rosa puede convertir a los alpes en un espectáculo visual; sin embargo, su aparición afecta considerablemente la función reflectante del hielo.
El color blanco de la nieve funciona como un sistema de refrigeración natural. Si se oscurece, deja de reflejar toda la radiación que acostumbra, acumula más calor y, por lo tanto, la fusión se acelera.
El oscurecimiento es causado por el alga, que también se favorece del calor para expandirse por los glaciares y cubrir más terreno blanco.
Todavía no está claro cuál es el origen del alga, pero Di Mauro asegura que es un fenómeno natural que ocurre durante la primavera y el verano en latitudes medias y en los polos.
Di Mauro y otros científicos estudian el alga en el Glaciar de Presena, pero todavía no determinan cuál es su papel en la naturaleza climática. Sin embargo, su presencia no ayuda al calentamiento global causado por las actividades humanas.
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