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Comics al Cine

¿Valen la pena las adaptaciones live-action de Rurōuni Kenshin?

Publicado 8 Abr 2015 – 01:30 PM EDT | Actualizado 24 Abr 2018 – 02:39 PM EDT
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Hablar sobre una adaptación cinematográfica del manga (o cualquier historieta) siempre acarrea algún tipo de discusión, generalmente a partir de la opinión personal de cada espectador sobre la película en base a la más variada gama de elementos intrínsecos de la misma (los actores, el director, el guion, los efectos especiales, su fidelidad respecto a la obra original, etc.). Por lo que al leer una crítica siempre se espera una “razón”, un motivo por el cual la película es catalogada como buena, mala, mediocre o excelente.

A continuación analizaremos la trilogía live-action de Rurōni Kenshin, las cuales están basadas en el manga Rurōni Kenshin Meiji Kenkaku Romantan escrito y dibujado por Nobuhiro Watsuki, ganador de varios reconocimientos y premios ya que su manga se considera de valor cultural al contar una historia ficticia pero con componentes históricos fidedignos que entremezclan personajes inventados con personas que realmente existieron.

Creo que está de más aclarar que la nota puede contener cierto grado de spoilers (no mucho, pero algo), no solo de las películas, sino también sobre el manga en el cual se basa; así que si no has visto las películas, no leíste el manga ni viste la serie de anime; quizás quieras ver otros artículos de nuestro sitio aquí.

Un poco de historia

La historia del manga se centra 10 años después del Bakumatsu y la Restauración Meiji en Japón (que abarcó desde 1866 a 1869), una revolución social y cultural donde el sistema de gobierno por shogunato o bakufu (similar al feudalismo europeo) fue abolido, las castas de samuráis se volvieron obsoletas, Japón se unificó como país y se abrió al comercio exterior, con la adopción de varias de sus costumbres y avances modernos (trenes a vapor, tranvías, electricidad, etc.).

Dicha revolución separó al país en dos bandos: los Ishin Shishi que apoyaban la decisión del Emperador Meiji y estaban en contra del shogun, y los Shinsengumi, una fuerza paramilitar de Kioto compuesta por samuráis y espadachines que apoyaban al bakufu y su régimen de gobierno. Al verse en desventaja en cuanto a cantidad y calidad de los guerreros de su ejército, los Ishin Shishi reclutaron a ronin (samuráis sin amos) y espadachines sin casta para que se volvieran  hitokiris (asesinos). Si bien históricamente existen registros de 4 hitokiris destacables, lo cierto es que había más de cientos de estos asesinos, que cometían ejecuciones políticas desde las sombras.

El manga plantea la existencia de un hitokiri en particular (obviamente inventado) al cual apodaban " Battōsai”, que significa el que corta velozmente o cortador de hombres (y traducido en Latinoamérica como el destajador), no solo por su efectividad como asesino, sino también por su crueldad. Una vez concluida la revolución, con los Ishin Shishi como vencedores, el hitokiri Battōsai desapareció.

Rurôni Kenshin: Meiji kenkaku roman tan (2012)

るろうに剣心 明治剣客浪漫譚 (2012)

Kenshin el vagabundo: Relato de un espadachín en la era Meiji
Dirección: Keishi Ohtomo
Duración: 135 minutos

Adaptación a nivel argumental

Adapta elementos de los tomos 1 al 4. Plantea la llegada de Kenshin a Tokio y cómo conoce a Kaoru Kamiya . Se elimina a los hermanos Hiruma de la trama y la persona que se hace pasar por Hittokiri Battosai desde el inicio es Jine Udo (quien originalmente aparece recién en el tomo 2), quien también trabaja como guardaespaldas para Kanryuu Takeda junto a otros dos guerreros de apariencia extraña que recuerdan vagamente a los Oniwabanshū.

Yahiko Myojin ya pertenece al dojo Kamiya desde el comienzo de la historia y su protagonismo es secundario (no participa en los enfrentamientos), Sanosuke Sagara pasó a ser el (bastante sutil) comic-relief y su enfrentamiento con Kenshin es más breve y carece del enfoque personal que mueve a Sanosuke (vengarse por la injusta muerte de su maestro durante el Bakumatsu). También aparece Hajime Saito (aunque originalmente aparece en el tomo 7 del manga) pero su relación con Kenshin no es tan tensa así que el personaje pierde algo de encanto. La película se enfoca principalmente en el enfrentamiento contra Kanryu Takeda, el rescate de Megumi y la decisión de Kenshin de no matar más.

Adaptación a nivel visual y artístico / De la viñeta al celuloide

Como el manga transcurre durante 1879 (año 11 de la Era Meiji), la adaptación resultó relativamente "sencilla" a la hora de recrear el Tokio de esa época y corporizar a los personajes. La selección de los actores es bastante acertada en cuanto al physique du rôle. El actor Takeru Satô, que interpreta a Kenshin, por ejemplo, es una gran decisión ya que se ve joven, pero podría tener más edad de la que aparenta (como es el caso del personaje original), las vestimentas están bien reproducidas y el hecho de que Kenshin sea pelirrojo no molesta en la pantalla, por el contrario se llega a ver casi natural.

También se respetó la estética tan atípica de Jine Udo (globos oculares negros con iris celestes) pero el resultado no se ve forzado, incluso es una representación muy prolija y adecuada. Como hay muchos personajes que no aparecen ya que fueron eliminados de la adaptación, hay muchos guiños para los lectores, que hacen que algunos personajes aparezcan sin aparecer verdaderamente, como es el caso de Hannya (el oniwabanshū con el rostro desfigurado y mascara de oni), en la película aparece un personaje con mascara solamente para hacer referencia a Hannya, pero NO-ES-Hannya.

Las actuaciones

En general no fueron malas, pero podrían haber estado mucho mejor, por ejemplo el caso de la interpretación de Teruyuki Kagawa como el traficante de opio Kanryuu Takeda fue sobreactuada y estereotipada a la hora de personificar un villano decadente y corrupto. Las escenas de combates se merecen una mención especial, el coreógrafo a cargo de su desarrollo se las arregló para que se vean tanto épicas como bastante realistas, sumamente bien logradas.

Rurôni Kenshin: Kyôto taika-hen (2014)

るろうに剣心京都大火編 (2014)

Kenshin el vagabundo: El infierno se desata en Kioto
Dirección: Keishi Ohtomo
Duración: 138 minutos

Adaptación a nivel argumental

Adapta elementos de los tomos 7 al 9 y algo (no mucho) del 12 y el 15. Ambientada inmediatamente después de la primera película, muestra cómo Toshimichi Okubo, una figura real de la historia japonesa que era el Ministro del Interior y antiguo precursor de la Restauración Meiji, le pide a Kenshin que viaje a Kioto y asesine a Makoto Shishio, un antiguo hitokiri que planea levantarse en armas contra el gobierno. Kenshin se niega, Okubo es asesinado por Sōjirō Seta uno de los sirvientes de Shishio, mientras éste extermina todo un regimiento de policías bajo las ordenes de Hajime Saito; se descubre que Shishio fue el sucesor de Battōsai como hitokiri, por lo que Kenshin siente la obligación de detenerlo.

Aparece Aoshi Shinomori quien busca a Kenshin para asesinarlo (sin dar demasiados motivos), como también Misao Makimachi y el resto de los  Oniwabanshū de Kioto quienes protegen la ciudad cuando Shishio trata de incendiarla. Kenshin llega hasta el Rengoku, un barco acorazado que Shishio planea usar para bombardear Japón; ahí puede ver cómo Shishio secuestra a Kaoru y la lanza al mar. La película termina con el rescate de Kenshin en la costa por parte de una figura extraña.

Adaptación a nivel visual y artístico / De la viñeta al celuloide

La personificación de Shishio, quien tiene el cuerpo cubierto por extensas cicatrices y quemaduras está bien lograda pero le quita mucha gestualidad al personaje. Los integrantes de los Juppongatana aparecen fugazmente pero no se los presenta como tales ni se puede apreciar demasiado el trabajo de adaptación visual en ellos; puede verse en un momento a un guerrero obeso que profiere una sonrisa tonta e inmediatamente todos los lectores del manga sabemos que se trata de Iwambo; los demás integrantes pasan bastante desapercibidos y no tienen un protagonismo importante.

Se limitaron mucho las locaciones y se cambió el hecho de que el Rengoku no es hundido, sino que forma parte del plan principal de Shishio. Sorprende la personificación de Ryûnosuke Kamiki como Sōjirō Seta, como también es el caso de Yûsuke Iseya como Aoshi Shinomori, cuyas estéticas son muy fieles al manga. Pero en el caso de Hōji Sadojima, el lugarteniente de Shishio (interpretado por Ken'ichi Takitô), su caracterización se vio como un mal cosplay y el personaje no tenía la presencia que necesitaba.

Las actuaciones

Tatsuya Fujiwara, quien interpreta a Shishio, ya tiene bastante carrera y experiencia en interpretar a personajes con personalidades extremas, como Shuya Nanahara en Battle Royale (2000) o Light Yagami en Death Note (2006), pero el papel de Makoto Shishio le quedó grande. El personaje tiene una personalidad y presencia que este actor no logró capturar adecuadamente (quizás por las limitaciones gestuales del maquillaje), pero el caso es que el resultado fue bastante decepcionante si se lo compara a las versiones animadas (por ejemplo).

El papel de Munetaka Aoki como Sanosuke Sagara también perdió fuerza ya que el personaje no  maduró desde la primera película, por lo que su personalidad de pendenciero tonto y comic-relief en esta película queda fuera de lugar y es un tanto molesta; una verdadera lástima, ya que el personaje es bastante interesante si se lo plantea correctamente.

Rurôni Kenshin: Densetsu no saigo-hen (2014)

るろうに剣心伝説の最 (2014)

Kenshin el vagabundo: La leyenda llega a su final
Dirección: Keishi Ohtomo
Duración: 134 minutos

Adaptación a nivel argumental

Adapta elementos de los tomos 10 al 12 y del 14 al 18. La trama es mucho más forzada, Kenshin despierta en la casa de Seijuro Hiko, el hombre que años atrás le enseño kendo. Descubrimos que fue este quien rescató a Kenshin en la playa al final de la segunda película. Todo es sumamente conveniente ya que Kenshin le pide a Hiko que le enseñe el ougi (técnica suprema) de su estilo marcial para vencer a Shishio.

Paralelamente Shishio se reúne con emisarios del gobierno y los amenaza con muerte y guerra si no le realizan un juicio público a Battōsai y lo condenan por sus asesinatos. Kaoru despierta en un hospital y se recupera. Kenshin termina su entrenamiento y busca un reemplazo para su espada, lo que lo lleva a enfrentarse con Cho Sawagejo el,  Cazador de Espadas, y miembro de los Juppongatana de Shishio. Aoshi Shinomori se enfrenta finalmente a Kenshin pero es vencido completamente.

Kenshin es aprisionado por el gobierno y le realizan un juicio frente a la playa en donde Hōji Sadojima es el acusador y encargado de leer una lista de las víctimas de Battōsai, todo resulta ser una trampa para atacar a Shishio con la guardia baja, se desata una batalla en la playa donde caen casi todos los Juppongatana. La pelea se mueve hasta el barco Rengoku, donde Kenshin vence a Sōjirō Seta y se enfrenta al duelo final con Shishio junto con Hajime Saito, Sanosuke Sagara y Aoshi Shinomori.

Adaptación a nivel visual y artístico / De la viñeta al celuloide

Esencialmente a nivel visual es una buena adaptación. Prácticamente toda la historia fue re imaginada y el manejo de los tiempos es totalmente distinto, pero se logró mostrar a ciertos elementos que seguramente dejaron conformes a los fanáticos, como el combate entre Kenshin y Cho el “Cazador de Espadas”, que aparece con la estética que muestra en el manga, pero visto en la película el resultado no trasmite demasiado respeto acorde a lo pautado por la trama (rubio y con el pelo crespo y en punta, como una escoba), aunque hay que reconocer que fue un buen toque que utilizara la Renbatō (espada de hojas gemelas) en su duelo con Kenshin.

Durante la batalla en la playa se puede ver un (brevísimo) enfrentamiento entre Hajime Saito y Usui Uonuma (el espadachín ciego), como también a ciertos del Juppongatana un poco más en detalle. En el Rengoku podemos ver un pequeño duelo a puño limpio entre Sanosuke y Anji Yukyuzan; y se puede ver también la técnica de Shishio que emplea una explosión de fuego sobre el filo de su espada, más para intimidar que para quemar. Asímismo vemos la muerte/asesinato/sacrificio de Yumi Komagata, la amante de Shishio.

Las actuaciones

Por momentos adecuada, pero haciendo foco solamente en Kenshin. El resto del reparto se mantiene dentro de lo planteado en las películas anteriores. El personaje de Sanosuke es aún un (incorrecto) comic-relief, Saito es funcional pero no tiene tiempo suficiente en la pantalla para demostrarlo. Una sorpresiva decepción fue el caso de Sōjirō Seta, que no pudo transmitir en tan poco tiempo lo frágil de su psiquis cuando se quiebra en llanto al ver que toda la creencia donde construyó su vida se cae a pedazos. Una verdadera lástima. 

Sentencia y conclusión

¿Cuál es la única cosa verdaderamente importante que requiere una buena adaptación fílmica?

La respuesta sería que la trama se comprenda y los personajes lleguen al público sin la necesidad de conocer la obra original. Ahora hay que preguntar:

¿Estas películas cumplen ese simple requerimiento?

Rurôni Kenshin: Meiji kenkaku roman tan resultó interesante, fresca y un experimento grato, no es la mejor adaptación fílmica de un manga, pero tampoco es la peor. Definitivamente es la mejor de esta trilogía y vale cada minuto que dura, es divertida, nostálgica y está bien resuelta. Y lo que es mejor, puede verla cualquiera y la película funciona como producción propia, no se necesita conocimiento previo de la obra, solo gusto por el género. Tristemente es algo de una sola vez.

En el caso de Rurôni Kenshin: Kyôto taika-hen resultó ser una película notoriamente más lenta que su predecesora, las actuaciones fueron inferiores y a pesar de que se estrenó 2 años después, depende mucho de la primera película para mantener el hilo conductor (salvo que ya se conozca la historia previamente, si no se necesitaría rever la primera para refrescar los detalles). Ver estas películas puede resultar como una reunión con viejos amigos después de varios años sin verlos, pero lo cierto es que NO debería ser de esa forma. Las películas deberían poder venderse por sí solas, sobre todo porque el argumento base es bueno. Al final, todo se reduce a un tema de compresión, una trama demasiado larga como para comprimirla correctamente en 138 minutos.
 

Rurôni Kenshin: Densetsu no saigo-hen fue bastante menos impactante de lo que se esperaba o se planteaba al usar la anterior película como base argumental, durante toda la película hay una extraña sensación de que algo está a punto de ocurrir pero nunca ocurre. Se cometieron errores de concordancia por el bien de la trama, por ejemplo: durante el juicio de Kenshin en la costa de Kioto se leen en voz alta los nombres de sus víctimas durante su época como hitokiri; esa información sería imposible de conseguir ya que no se llevaban registros de quienes eran asesinados durante una restauración política (a menos que fuesen figuras ligadas estrechamente al gobierno o de un alto renombre), y mucho menos se anotaba el nombre del asesino, en parte porque en los libros de historia nunca queda bien parado un gobierno que ite haber realizado asesinatos para llegar al poder. Y por otro lado, muchos de aquellos hitokiris, recibieron el indulto ya que sus actos, aunque criminales, se consideraron patrióticos; aunque en su mayoría, muchos fueron silenciados, ya fuera con su asesinato (como se intentó hacer con Makoto Shishio) o bien con sobornos, al ubicarlos en puestos de alta jerarquía en el nuevo gobierno.

La principal falla de las películas es que por cuestiones de duración no se pudo explorar el trasfondo psicológico de cada personaje, y reitero, esto se aplica a las tres películas. Por ejemplo: Sanosuke Sagara no es un simple bravucón, creció con rencor al régimen Meiji ya que el líder del batallón al que él pertenecía fue silenciado por el gobierno. Hajime Saito guarda un rencor personal contra Kenshin que se radica en una rivalidad.  Sōjirō Seta creció viéndose forzado a sonreír todo el tiempo y no expresar sus sentimientos como mecanismo de defensa ante los abusos de su familia por lo que se sustenta en las enseñanzas de Shishio sobre la superación y la supervivencia del más fuerte, cosa que en la película fue desaprovechada.

Y para aproximar la conclusión, está el caso de Aoshi Shinomori, un personaje incluido en las películas solo para dejar satisfechos a los fanáticos, ya que no solo no aporta absolutamente nada a la trama. Sino que su mera existencia nunca es debidamente explicada en la película… nunca se llega a saber cuál es el motivo de tanto rencor hacia Kenshin.

En respuesta al título de este artículo, debo decir que solamente la primera película vale verdaderamente la pena ver ya que no necesita de una secuela y es auto contenida argumentalmente; sin embargo la segunda y tercera película deberían verse al menos una vez, solo por el hecho de experimentar el concepto del live-action y la adaptación a nivel artístico; y por supuesto, si se tiene una gran fascinación por la obra original.

¿Habrá más películas?

Tengo tres argumentos para creer que existen ALTAS probabilidades de que se filmen como mínimo 2 películas más para esta serie:

1. Si bien las adaptaciones fílmicas fueron bastante resumidas, un elemento que sobresalió en las tres fue el dramatismo, cosa que en el manga era notoriamente más sutil, ya que empleaba el humor de forma continua, pero debidamente dosificada. Recordemos que todavía quedan 11 tomos sin adaptar (parte del tomo 18 hasta el tomo 28) que abarcan los dos arcos argumentales finales del manga, los cuales son mucho más serios, violentos y dramáticos, por lo que la adaptación sería notoriamente más sencilla en comparación con sus predecesoras.

2. Como se menciona en el apartado sobre la tercera película, durante su juicio  Kenshin oye en la lectura de su acusación los nombres de sus antiguas víctimas; entre ellas figura Kyosato, el prometido de Tomoe Yukishiro, un personaje femenino que se muestra en un flashback de la película (mientras llora sobre el cadáver de Kyosato sin mostrar en detalle su rostro) y que tiene un protagonismo MUY importante en el siguiente arco argumental, que históricamente ocurre 13 años antes del inicio del manga y es presentado a modo de relato por Kenshin a sus amigos del dojo Kamiya. La acción de presentar, aunque sea fugazmente a un personaje tan importante, es el mejor indicio de que se planea filmar una siguiente película, la cual se enfocaría en la etapa de Kenshin como asesino (lo que sería una precuela) y el origen detrás de su característica cicatriz en cruz.

3. Como en el mencionado arco argumental del pasado igualmente aparece Enishi Yukishiro, un niño que es el hermano menor de Tomoe, y quien guarda un profundo rencor y resentimiento por Kenshin; no sería extraño que también contaran con una película donde adaptaran el final del arco argumental que muestra el enfrentamiento entre Kenshin y un Enishi adulto, ya que fue éste quien le proveyó a Shishio (entre otras cosas) su barco acorazado Rengoku. Esta etapa del manga es popularmente conocida como Jinchuu (literalmente Castigo del Hombre, lo que se puede reinterpretar como Venganza) y es sin duda el más dramático de todos ya que muestra como Kenshin sufre un shock emocional al creer muerta a Kaoru, lo que lo lleva a caer en un pozo depresivo del que tarda bastante en salir antes de enfrentarse a Enishi y dar paso al final del manga.

Pero por supuesto TODO esto es solo una suposición de quien escribe, ya que por el momento no se ha mencionado si una cuarta película está en desarrollo ni mucho menos planeada.  Solo el tiempo lo dirá.

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