Una atleta olímpica donó más de 50.000 dólares a un hospital tras subastar su acreditación
Israel se llevó de Río 2016 2 medallas de bronce, y una de ellas fue gracias a la participación de Yarden Gerbi en el Judo. Pero si esta chica de 27 años hoy está en boca de todos no es precisamente por su buena participación deportiva, sino por un fantástico gesto que está más allá de cualquier medalla, podio o diploma.
Para cualquier atleta, apenas un detalle de su pasaje por los Juegos Olímpicos vale como recuerdo. Un ticket, un folleto, algún elemento que le hayan comprado u obsequiado, y hasta las propias acreditaciones que se les entregan como identificación. Pero si eso tiene valor afectivo para ellos, imaginemos lo que puede también significar para nosotros, los simples mortales que no contamos con destrezas como para llegar alguna vez a tan importante cita.
A través del conocido sitio eBay, Yarden Gerbi subastó su parche olímpico autografiado y logró recaudar un poco más de 52.000 dólares, obviamente con fines benéficos. Más de 20 ofertantes pujaron por la identificación, y gracias a ellos un hospital que atiende a gran parte de la población de Tel Aviv contará con un importante ingreso económico para adquirir nuevos equipos o mejorar los actuales.
Mientras algunos podrían pensar que ese dinero "no es nada" en comparación a lo que gana un deportista de alto rendimiento en conceptos de premios, imagen y sponsors, tampoco es que todos los atletas lleven una vida de lujos como estamos acostumbrados a pensar gracias a futbolistas o jugadores de la NBA. Muchos de estos atletas sacrifican muchísimo dinero para poder llegar a los Juegos Olímpicos o torneos mundiales, quizás hasta poniendo de su propio bolsillo para un momento que literalmente puede durar unos segundos.
Tras la finalización de cada cita olímpica son varios los caritativos deportistas que donan por su cuenta o regalan para posterior subasta algunos elementos que pueden servir para recaudar fondos y colaborar con causas nobles. Un ejemplo que ojalá imiten cada vez más personas, porque el tan mencionado "espíritu olímpico" va mucho más allá de lo que sucede en la competición.