Ningún príncipe de Disney tiene barba y la razón te volará la peluca
Yafar, Capitán Garfio, Clayton y Shan Yu son algunos de los nombres más conocidos cuando pensamos en los villanos más importantes de Disney. Además de ser despiadados, crueles y sin corazón, estos personajes comparten una característica que ha definido su papel en estos famosos cuentos de hadas: el bigote.
Ya sea corto, largo o acompañado de una barba de candado, como la Jafar, la mayoría cuentan con este rasgo que, a decir verdad, les da un toque de misterio y maldad que todos los seguidores de Disney reconocen. Pero ¿de dónde surgió esta creencia? ¿por que ellos tienen bigote y los príncipes no?
Historia del bigote
Según una investigación realizada por la BBC, a lo largo de la historia del vello facial este ha ido apropiándose de simbolismos, ideas y prejuicios que se adaptan a la época en la que este se desarrolle.
Desde tiempos inmemorables, los rostros peludos (se trate de una barba, bigote o unas largas patillas) han sido alabados, ridiculizados, e incluso inmortalizados en el arte para después ser marcados como rasgos característicos de la maldad u otras ideas no tan positivas.
A pesar de que se desconoce cuál es la fecha exacta en la que un hombre de las cavernas decidió dar forma a su vello facial, se sabe que los primeros en ser retratados con bigote fueron los caballeros medievales de Inglaterra del siglo XIV, de quienes además, se tiene registro que todas sus armaduras estaban hechas para acomodar sus brillantes bigotes.
El primero en ser retratado fue Eduardo, un Príncipe de Gales que fue homenajeado con una efigie sobre su tumba en la Catedral de Canterbury, que muestra al príncipe vestido de batalla con una cadena que cubre su cara y cuello, pero permite ver sus largos bigotes.
El bigote, como símbolo de la moda, realmente tuvo su entrada triunfal hasta el siglo XVII: las barbas espesas eran cosa del pasado y una cara limpia era sinónimo de civilización; no por nada el zar Pedro el Grande creó un impuesto a quienes no se rasuraran.
Eventualmente, las generaciones más jóvenes decidieron unirse a esta tendencia, dejando crecer el pelo en su rostro imitando al poeta Lord Byron, quien mantenía su cara libre de vello a excepción de un romántico, delicado y rizado bigote.
Durante muchas décadas este fue el look más sexy entre los europeos, pero fue hasta 1854 durante la Guerra de Crimea que cambió su significado por completo.
Cuando la guerra terminó en 1856, los soldados regresaron irreconocibles y con el rostro lleno de abundante vello facial: por la victoria, las barbas se empezaron a relacionar con la valentía y virilidad, mientras que los bigotes quedaron relacionados con "los cobardes románticos” que le temían a la guerra.
En la Segunda Guerra Mundial esta idea cambio debido a que en esta época, personajes como Adolf Hitler y Joseph Stalin comenzaron a tomar popularidad como los villanos más fuertes de la historia.
Por un lado, tenemos a aquellos personajes barbudos que son nobles y sabios como Santa Claus, Abraham Lincoln y hasta Dumbledore, y luego tenemos a aquellos que tienen bigote y que están llenos de maldad.
Teniendo esto como antecedente, podemos comenzar a explicar por qué los villanos de Disney tienen este singular rasgo.
¿Por qué solo los villanos tienen bigote?
Según Lucinda Hawksley, historiadora de arte y autora de Moustaches, Whiskers and Beards, explica que la relación que guarda un bigote con la maldad sí se debe a que este rasgo fue secuestrado por los dictadores más famosos de la historia.
Además, Lucinda explica que usualmente era relacionado con el machismo y la masculinidad tóxica que busca demostrar que un hombre es “más hombre”... lo que sea que eso signifique.
Entonces, si tenemos a una de las figuras más polémicas y controversiales de la historia mundial usando un bigote, la respuesta luce clara y muy sencilla: los personajes malvados usan este rasgo porque los villanos de la vida real también lo usaban.
Otra razón por la que los villanos lo utilizan y los príncipes no, es presentada por el maestro del cine de terror y suspenso, Alfred Hitchcock. “En el cine mudo, los malos usan bigote, esa es la forma que tenemos de identificarlos”, explicaba el director en un largo reportaje reunido en el libro El cine según Hitchcock.
Si partimos bajo esta premisa, la construcción de un personaje como por ejemplo, Jafar, es fácil de adivinar. Desde el principio de Aladdin, vemos como ese personaje se perfila para ser el villano de la película. No hay más debate: la maldición cinematográfica del bigote lo desnuda y muestra como el malo de la película.
Lo mismo pasa con el Doctor Facilier de La princesa y el sapo, Capitán Garfio de Peter Pan, Clayton de Tarzán, John Ratcliffe de Pocahontas y Shan Yu de Mulán. Incluso apostamos que si Scar o Shere Khan tuvieran una versión humanizada, también tendrían bigote.
Reflejo en Estados Unidos
En Estados Unidos, las películas de fantasía representan una válvula de escape en donde sus miedos más profundos toman distintas formas; pueden ser grandes tiburones, piratas de islas lejanas, brujos en medio de una selva, o cazadores hambrientos de sangre.
Lo que de verdad sería importante analizar no es porque hay tantos monstruos, seres fantásticos y malvados personajes sino la necesidad de que siempre haya un enemigo a vencer.
Tal vez la respuesta tiene que ver con un impulso humano: necesitamos convertir nuestros miedos reales en algo que podamos vencer; en un "otro" que tengamos identificado y, así, nos identifiquemos en diferencia a ellos y en semejanza a nosotros.
Ahora que sabes la historia del bigote y como es usado por Disney para representar la maldad, te invitamos a que te cuestiones la existencia de otros personajes que has visto en pantalla. Recuerda que nada es coincidencia y menos cuando se trata de Estados Unidos.
¿Te gustaría conocer la historia de otros personajes o símbolos? Cuéntanos en los comentarios.
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