Los países menos turísticos del mundo

Cada país de nuestro querido planeta es único, ofreciendo unos recursos naturales y culturales carismáticos que sin embargo dependen de cierta empatía, situación social e infraestructuras para hacer posible el flujo turístico. Algo que parece que aún no han logrado los  países menos turísticos del mundo, lugares que encierran bellos atributos pero que sin embargo, aún se niegan a avanzar. O quizás el encanto resida en su condición de lugar ermitaño.

Corea del Norte

En Nuestro Rumbo hemos hablado anteriormente de la "odisea" que supone visitar uno de  los países más cerrados del mundo debido a un autoritario régimen político. Para empezar, son sólo unas pocas las agencias que tramitan visitas turísticas (directamente sujetas a los cánones que dicta la política) y la mayoría de los turistas deben arribar desde China y, en ocasiones, tan sólo en avión (como los estadounidenses). Una vez en el país comunista, los guías son asignados, las reverencias ante los iconos políticos son obligatorios y las filmaciones o fotografías son revisadas con lupa al regresar. Después de todo, el país es un interesante lugar donde destacan sus maravillas naturales o los típicos mass games.

Burman (Myanmar)

Podría ser considerado el "corazón de Asia", a juzgar por su posición geográfica y unos recursos de profundo arraigo pocas veces visitado por el turismo, debido en parte a un severo régimen dictatorial (recordemos las famosas mujeres jirafa que acudieron buscando refugio en la vecina Tailandia). Sin embargo, durante los últimos años y tras la creación de un comité de turismo, Myanmar (o Burman, como también se la conoce) pretende pasar de los 2 millones de turistas en 2013 a más de 7 en 2020. Una tímida transformación que al mismo tiempo plantea otros problemas. 

Bhután

El "pero" del encantador país vecino de la India no es, ni mucho menos, su situación política. De hecho, es el único territorio que presume de tener un órgano que regula la Felicidad Nacional Bruta, basada en una sociedad que apenas conoce la televisión, parajes naturales asombrosos y una cultura budista empeñada en ser conservada. Esto, sumado a sus pocas infraestructuras turísticas, obligan al turista a pagar unos 200 dólares durante cada día de su estancia, asegurando la exclusividad y permitiendo que el país no ceda al turista masivo. Si dispones de presupuesto, nada más recomendable que este lugar de praderas eternas, monasterios silenciosos y mentalidad zen.

Somalia

El conocido "cuerno de África" es un país insólito, entre otras cosas, por albergar a su primer turista oficial en el año 2010. Y es cuando el canadiense Mike Specer Brown aterrizó en la capital Mogadiscio, los propios soldados lo llevaron ante las autoridades militares porque no podían creer que alguien viniese como "turista" a su país. Una situación complicada, atrofiada por el régimen político, constantes guerrillas y hasta sus famosos piratas, convierten a Somalia en un país puramente africano (con todo lo que ello conlleva), si bien parte de su territorio se proclamó independiente en 1991 bajo el nombre de Somaliland, al norte del país, un verdadero paraíso de playas sin conquistar y pinturas rupestres. 

Afganistán

Una gran parte de Oriente Medio parece seguir empeñada en ser la oveja negra del turismo, y Afganisthán es uno de los mejores ejemplos, si bien esto no le resta belleza a un país con highlights como su Mezquita Azul o el Parque Natural Band-e Amir. El problema reside en la falta de servicios, las constantes alertas o las guerrillas y enfrentamientos que parecen llevar sucediéndose toda la vida, convirtiendo un país de grandes atributos en un territorio de exotismo erosionado e incluso temido, exceptuando por unos pocos emprendedores que han decidido extraer su lado bueno. Otro ejemplo es Arabia Saudí, la cual comenzó a instaurar visas turistas en 2013.

Los países con menos turistas del mundo deben su fama, en la mayoría de los casos, a una extrema situación política, una prueba más de las mil caras y mentalidades de este mundo. Lugares cuyos recursos naturales no entienden de comportamientos humanos y que aún siguen silenciosos en sus escondites. Sólo hay que atreverse a visitarlos para romper las barreras.

Ver también: Los 5 lugares turísticos más extraños