Estas son las razones científicas por las que enviar correos electrónicos nos da ansiedad
Antes de la llegada del correo electrónico la comunicación escrita era lenta, ya que debíamos esperar días o hasta semanas para que alguien lea y conteste nuestra carta, pero ahora todo es inmediato.
El uso del e-mail tiene muchas ventajas, pero el uso correo electrónico también nos crea ansiedad. Hoy te contamos las razones por las cuales este útil servicio de comunicación interfiere negativamente con tu vida.
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¿Por qué el uso del e-mail nos pone ansiosos?
Está en nuestra computadora, teléfono inteligente, tableta o hasta en el reloj, tenemos a revisar nuestro correo electrónico en todo momento y lugar, tanto que estamos pendientes de los e-mails cuando deberíamos estar descansado desconectados de las preocupaciones diarias.
Los expertos estudian el tema y hoy sabemos qué es lo que hace que el correo electrónico nos cause ansiedad. Julie McCarthy, especialista en comportamientos humano de la Universidad de Toronto Scarborough nos cuenta las razones.
Para ella la principal causa está en la falta de control que tenemos sobre un mensaje una vez que lo enviamos, ya que no sabemos si la otra persona lo leyó, cuándo responderá o si este se perdió entre las decenas de correos que suelen inundar los buzones.
Esta sensación de incertidumbre es peor ahora ya que estamos acostumbrados a la inmediatez de aplicaciones de mensajería como WhatsApp o redes sociales como Facebook y en el caso del correo electrónico, los tiempos son más largos y absolutamente impredecibles.
La sensación de anticipación que se nos viene al revisar nuestro correo electrónico tampoco ayuda mucho, queremos ver un mensaje interesante pero normalmente la mayoría es basura lo que nos perjudica ya que seguimos esperando y revisando el buzón una y otra vez interrumpiendo las actividades del día y reduciendo la productividad.
Hay gente que realmente no soporta ver que tiene correos que todavía no leyó ni respondió y, eso no le permite hacer bien otras actividades ya que se come el tiempo y energía, además de impedirle desconectarse.
Para la mayoría es imposible dejar de usar el correo electrónico pero sí establecer reglas que eviten que seamos dependientes psicológicamente de este y que van desde fijar un horario para revisarlo a crear prioridades y sistemas de respuestas, total si algo es muy importante hay otras formas de arte y que están a disposición de nuestros cercanos.
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