Lo que tú y tu pareja pueden aprender de una lesbiana

Hay malas noticias para los hombres: no son tan necesarios como creen para que las mujeres obtengamos el máximo placer sexual. De hecho, si se trata de disfrutar en serio, pareciera que no son ni siquiera la primera opción. ¿Cómo?
Sí. Las mujeres que tienen sexo con mujeres reportan niveles mucho más altos de satisfacción que las que se acuestan con hombres, señala un estudio publicado en 2014 en The Journal of Sexual Medicine. La investigación, que tenía como finalidad conocer si la orientación sexual incide en el placer obtenido, arrojó resultados que no dejan lugar a dudas. Encuestó a 2,850 solteros y solteras, entre 21 y 65 años . Entre los hombres heterosexuales, 86% dijo tener orgasmos frecuentes cuando tiene encuentros con una persona conocida, comparado con 85% de homosexuales y 78% de bisexuales. En cambio, entre mujeres la preferencia sí arrojó diferencias sustanciales: 61% de heterosexuales reportaron alcanzar el clímax, contra 75% de lesbianas y 58% de bisexuales. Es decir, las lesbianas son, por mucho, las mujeres que experimentan más placer en la cama. Las razones que se mencionan como posibles explicaciones son el conocimiento que tiene una mujer de cómo otra alcanza el placer, además de la mayor duración del acto sexual. Eso, francamente, no habla muy bien del desempeño de los varones. Pero tiene solución.
Lo que ellas saben mejor
El escritor Jaxon De La Rue señala con mucho tino en un artículo de Ezine: “No necesitas tener una vagina para hacerle el amor sensual y emocionalmente a tu mujer”. En otras palabras, aprender de cómo una lesbiana aborda el sexo puede significar sorpresa y mucho placer para una pareja formada por un él y una ella.
Por ejemplo, para muchos hombres el sexo se trata de una actividad de pocos minutos: dar un par de besos, penetrar, eyacular, darse la vuelta y empezar a roncar. En cambio, una mujer que tiene relaciones con otra dedica largo tiempo a los preliminares, porque el disfrute es el fin último, no el orgasmo. Cada mirada, caricia y sensación forma parte de la experiencia total que involucra saborear la suavidad de la piel, perderse en el calor del cuerpo, estar pendiente de las reacciones de la pareja. Besar, tocar, lamer, chupar, acariciar y masajear son cosas que las mujeres gozan muchísimo. Y una lesbiana lo sabe, porque lo vive igualmente, dice De La Rue. Por eso, entre los consejos que ofrece la revista Men’s Health a los hombres que quieren aprender cómo tener mejor sexo con una mujer están: date tiempo, explora y conoce su cuerpo, pon tu ego a un lado y convéncete de que el sexo es mucho más que sólo penetración.
Por otro lado, las mujeres también podemos obtener lecciones de una lesbiana. Aquí , siete claves al placer femenino que publicó el sitio SheKnows.com a partir de una encuesta entre mujeres que tienen sexo con mujeres:
1. No se trata de correr hacia el orgasmo. “La relación sexual entre nosotras suele ser dos o tres veces más larga que el encuentro heterosexual”, señala Jana, una de las entrevistadas. “Es una experiencia lenta, sensual, en la que nos damos tiempo de entrar en calor”.
2. Dejar de fingir. Muchas veces, aunque la otra persona esté haciendo bien las cosas, la mujer no logra llegar al orgasmo y lo finge. La lección de las lesbianas encuestadas por SheKnows.com es: no tienes que hacerlo. Es perfectamente normal que a veces no llegues al clímax. Eso no significa que el sexo no sea bueno.
3. Estimulación, más que penetración. Yael, una mujer que se define como bisexual, dice que en sus relaciones con mujeres ha aprendido que “todo radica en el clítoris. Al tener sexo con un hombre me pongo en una posición en la que lo estimule de forma directa”, apunta. Y añade: “No puedes esperar que la mera penetración te lleve al clímax. Las mujeres heterosexuales no saben que, más que ser penetradas, lo que necesitan es ser estimuladas”.
4. Preliminares y sexo oral como plato principal. Contrario a la cultura de la prisa, darse tiempo para preparar los cuerpos es, de por sí, ya estar teniendo relaciones, dice Nicole. Además, subraya que en muchas ocasiones el sexo oral es EL sexo. “No lo vean como si fuera un aperitivo. Disfrútenlo a fondo. En ocasiones pueden sólo quedarse en él, sin llegar a la penetración”.
5. Intercambiar de roles. En sus muchas relaciones con ellos y ellas, Yael ha aprendido que es deseable tomar el rol activo. “No es la responsabilidad del hombre llevarme al orgasmo. Si no siento que voy encaminándome a él, no sólo debo guiar a mi pareja, sino cambiar la postura o estimularme directamente. Está bien que tome el control, a ellos les gusta tanto como a nosotras”. Nada que añadir.
6. La importancia de la cucharita. Abrazarse o acurrucarse en forma de cucharita luego del sexo es fundamental para sentirse cercanos. “Quedarnos abrazadas después del orgasmo es tan rico como sexo mismo… bueno, casi”, comenta Nicole. A veces, en las relaciones de largo plazo se da una mentalidad más bien pragmática, del tipo: “En cuanto alcance el clímax me voy a dormir”. En cambio, los besos posteriores mantienen alto el nivel de oxitocina, lo que se traduce en bienestar e intimidad para la pareja.
7. El sexo va mucho más allá de lo físico. En ocasiones, besarse es tener sexo. Incluso intercambiar palabras sucias puede ser equiparable al sexo. “La penetración no siempre es necesaria. Tener sexo es conectar con otra persona físicamente, obteniendo el máximo placer”, anota Aces, encuestada también. Es decir, se trata de una actividad tanto corporal como mental y emocional.
Así que la próxima vez que tengas sexo con tu novio o marido pónganse ambos en los zapatos de una mujer lesbiana. Con seguridad la experiencia no los dejará indiferentes.
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