¿Tu hijo quiere hacerse un tatuaje? No te alarmes, mejor explícale esto…
El año pasado, mi hijo de 15 años me dijo que quería hacerse un tatuaje; instantáneamente empezaron a sonar toda clase de alarmas en mi cabeza, y mi primer pensamiento fue un rotundo “No”.
Sin embargo (y este es el primer gran paso que hace la diferencia) en lugar de darle mi opinión o exhibir mis miedos y rechazo ante la idea, lo primero que hice fue indagar qué estaba pensando. ¿Por qué quería hacerse un tatuaje? ¿Sobre qué tema? ¿En qué parte del cuerpo? ¿Qué tan importante era para él hacerse el tatuaje?
Eso nos llevó a una interesante charla y, lo más importante, abrió la comunicación para que yo también pudiera expresar mi punto de vista sin que él se sintiera amenazado o cuestionado, al menos no directamente. Una vez que él me expuso sus motivos y qué era lo que tenía en mente, le dije que aunque no compartía su idea, respetaba sus deseos y quería que considerara algunas cosas antes.
Moda
Lo primero que le hice notar es que el tatuaje es como tener un hijo: prácticamente es para toda la vida, ya que removerlo es costoso y no siempre queda bien luego.
Si tomaba la decisión influido por la moda o en un arrebato de entusiasmo, luego podría arrepentirse y tener que cargar en su propio cuerpo con algo que le disgustaría durante el resto de su vida.
Apariencia
Cuando se es joven el futuro no existe, uno no piensa en entrevista de trabajo, ir a conocer a la familia de su novia, o hacer una presentación de negocios. Y para eso estamos los padres: para recordarles a nuestros hijos que la vida no siempre va a ser así, y que las decisiones que tomen ahora van a tener un impacto en el futuro.
Recuérdale a tu hijo que un día tendrá que ir a una entrevista de trabajo, o a reunirse con el representante de un banco para solicitar un préstamo, y que si el tatuaje está a la vista puede impactar de manera negativa el resultado.
Dolor
¿Sabe tu hijo cuánto duele hacerse un tatuaje? Si se lo pregunta a los amigos que tienen tatuajes, probablemente minimizarán el hecho de que realmente duele. Mi hijo odia las agujas, así que pensar en el dolor que conlleva fue una razón de peso para reconsiderarlo.
Salud
Como madre debes estar preparada para que quizá lo haga sin tu consentimiento y sin consultarte, así que es importante que le hables del riesgo de salud que implica hacerse un tatuaje de forma casera o en sitios no habilitados.
Hazle saber que, si no se utiliza una aguja esterilizada, corre el riesgo de contraer enfermedades peligrosas como el SIDA. En este punto le dije a mi hijo que aunque no estaba de acuerdo con que se hiciera un tatuaje, si decidía hacérselo estaba dispuesta a pagarlo a cambio de que se lo hiciera en un sitio que cumpliera con las normas de higiene.
Tatuaje temporal
Hoy en día en casi cualquier lugar se puede conseguir un tatuaje temporal por muy bajo costo. Así que con mi hijo llegamos al acuerdo de que se haría tatuajes temporales en diferentes partes del cuerpo y con diversos diseños hasta que encontrara uno con el que realmente se sintiera identificado. Y una vez que encontrara un tatuaje que realmente le gustara, se tomaría un mes para pensarlo, si al cabo de un mes seguía deseando hacerse el tatuaje, aunque no me gustara la idea yo lo apoyaría en su decisión.
Sé que no es fácil aceptar que nuestros pequeñines ya no son tan pequeños, y entender que llega un momento en sus vidas en que ya no podemos tomar más las decisiones por ellos, y debemos dejar que decidan y vivan con las consecuencias de sus actos.
Pero si en lugar de reaccionar tratamos de ponernos en su lugar y entenderlos, les expresamos nuestro punto de vista con honestidad, los ayudamos a analizar los pro y los contra, y luego los dejamos tomar una decisión razonada, aunque no hagan lo que nosotros queremos o esperamos habremos triunfado como padres: estaremos tranquilos de haber criado un hijo con capacidad de decisión propia y listo para enfrentar el futuro que escoja.
Y tú, ¿qué opinas? ¿A qué edad crees que los hijos pueden hacerse su primer tatuaje?