Si amas a tu hijo, no te hagas la 'madre sufrida': 5 hábitos tuyos que lo perjudican
Desafortunadamente, muchos rasgos de la cultura latinoamericana fortalecen el papel de la “madre sufrida” como el único camino a la realización.
Quizás te suene familiar esta escena de telenovela: una madre está en su lecho de muerte y se queja de todos los sacrificios que tuvo que hacer para ejercer sus labores de crianza. Al tiempo que suenan los trágicos violines de fondo, los ojos de la audiencia se llenan de lágrimas.
Aquí va otro ejemplo de ficción (con una pizca de realidad): una madre demasiado condescendiente con su hijo, le invita siempre a “poner la otra mejilla” ante los problemas, ya que la recompensa llegará tarde o temprano.
Tristemente, ese papel de “madre sufrida” sólo es entretenido en las telenovelas y en las series, en la vida real, sirve de muy poco.
Especialistas como Mark Banschick, explican que las “madres sufridas” son aquellas que echan en cara sus sacrificios, pero a la vez, tienden a ver a sus hijos como seres completamente dependientes de ellas.
Debido a lo anterior, no es de extrañar que recurran al chantaje o a la victimización. Eso sí: cualquiera puede tener un lapsus de madre sufrida en algún momento, pero Banschick propone los siguientes consejos para no caer en una rutina tediosa y llena de lágrimas:
No muestres lástima a tu hijo
Hay una línea muy delgada entre consolar a tu hijo y sentir lástima por él. Sin embargo, con algo de sentido común bastará.
Cuando se caiga, por ejemplo, pregúntale si se lastimó y revisa sus heridas; en lugar de hacer drama junto a él y pensar en todo lo que pudo haber salido mal además del “golpazo”.
Dile adiós a la sobreprotección
Cuida a tu hijo, pero no estés encima de él todo el tiempo. Por mucho que quieras evitarlo, él mismo debe cometer sus errores, y no debes estar ahí para chantajearlo, sino para guiarlo en las soluciones.
Déjale claro que el amor es alegría, no dolor
Quizás la parte más difícil: predicar con el ejemplo. La autocompasión a veces es más fácil que tomar acción, pero si tus hijos te ven en ese estado siempre, ellos querrán imitarte (consciente o inconscientemente).
Muéstrate valiente
La vida no siempre es fácil, y desde luego debes buscar momentos para llorar y desahogarte si estás pasando por una prueba tormentosa.
Sin embargo, debes procurar que tus hijos no te vean “destruida”, ya se sabe que no se puede ser una “madre perfecta y feliz” siempre, pero la desdicha no debe predominar el ambiente.
Recuerda: tus hijos NO te deben nada,
No intentes chantajear a tus hijos con la idea de que te sacrificaste (en carrera, juventud, etc.) por su culpa.
Ellos no deben obedecer ciegamente tu voluntad por una decisión que tú tomaste.
¿Conoces a alguna madre sufrida?, ¿qué otro consejo le darías? Dinos en los comentarios.
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