Pregorexia: el peligroso trastorno que puede afectar a las mujeres embarazadas
A este padecimiento también se le conoce como ‘la anorexia de las embarazadas’. Así es, una mujer en gestación también puede sufrir un trastorno alimenticio como la pregorexia, la cual pone en peligro su vida y la de su bebé.
Se caracteriza por un severo miedo a engordar y perder la figura durante el embarazo, por lo cual las mujeres que lo padecen tienden a privarse de los alimentos para no aumentar de peso, además de presentar otras conductas como la práctica excesiva de ejercicio, vomitar los alimentos (sobre todo aquellos altos en calorías), el uso de laxantes, entre otros.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Durham, se calcula que más del 30% de las mujeres embarazadas se muestran muy preocupadas por su aumento de peso y recurren a los expertos en nutrición para llevar una dieta balanceada.
Sin embargo, existe otro 8% de futuras madres que va más allá de la preocupación y desarrollan una obsesión por su incremento de talla, lo cual las lleva a realizar dietas por su propia cuenta y privarse de una gran cantidad de alimentos, con lo cual dejan de recibir los nutrientes necesarios para el desarrollo adecuado del bebé.
A pesar de las recomendaciones de los médicos, sobre llevar una alimentación balanceada en esta etapa de su vida, las mujeres que desarrollan pregorexia no pueden evitar sentirse culpables por el aumento de peso. Están conscientes de los cambios que su cuerpo presentará durante la gestación, pero aún así les obsesiona la idea de cambiar de talla. Muchas de ellas se niegan a usar ropa de maternidad, por el temor de que este tipo de prendas las haga ver con mayor volumen.
¿Cuáles son los síntomas?
Investigadores de la Universidad de Rouen, en Francia, también realizaron un estudio para conocer los hábitos alimenticios de las mujeres embarazadas. Los resultados arrojaron que el 40% de las mujeres cuida los alimentos y las cantidades que consume, pero no de forma obsesiva. Es decir, procura no aumentar de peso en exceso (desarrollar obesidad), pero tampoco limita los nutrientes que su cuerpo requiere. De esta manera buscan tener un equilibrio entre cuidar su figura y las necesidades del bebé.
No obstante, el 10% de las futuras madres que participaron en la estudio no registraron un aumento de peso adecuado. Al respecto, la investigadora Fulvia Mancini explicó: «Se trata de mujeres que cuentan obsesivamente las calorías, intentan siempre comer solas o se saltan las comidas, entrenan excesivamente y pueden llegar a procurarse el vómito».
La especialista también asegura que la mayoría de las pacientes no se da cuenta que sufre pregorexia, por lo tanto no recibe un tratamiento adecuado. De ahí la importancia de que los familiares y amigos estén atentos a cualquier señal, como:
- - Cambios de actitud (ansiedad, irritabilidad, entre otros)
- - Disminución de peso
- - Náuseas y/o falta de apetito (sobre todo después del primer trimestre)
- - Rechazo ante ingredientes que antes sí consumía
- - Contar las calorías de cada alimento y descartar aquellos que se consideran ‘engordadores’ aunque no lo sean
- - Saltarse comidas
- - Practicar ayuno
- - Aumento considerable en las horas de ejercicio, etc.
- - Pesarse constantemente
- - Miedo a que las personas noten el crecimiento de su ‘pancita’. Enojo cuando esto sucede
- - Uso de fajas para ‘mantener bajo control’ el aumento en el tamaño del vientre
Consecuencias de la pregorexia
Este trastorno alimenticio puede tener consecuencias serias, tanto para la mamá como para el bebé, en especial porque el bajo peso da lugar a un embarazo de alto riesgo. Debido a que no lleva una dieta balanceada, las mujeres pueden presentar anemia, descalcificación de los huesos, caída del cabello, debilidad general, problemas en el sistema digestivo, entre otros.
En cuanto al bebé, si la pregorexia se presenta desde el primer trimestre aumenta el riesgo de alteraciones en el tubo neural, espina bífida, entre otros. Además, se incrementa la posibilidad de un aborto espontáneo.
Si el trastorno alimenticio aparece en el segundo trimestre, crece el riesgo de un parto prematuro. Además, el bebé puede presentar retraso de crecimiento intrauterino, malformaciones óseas, digestivas o cardiovasculares.
Tratamiento integral
Si la mujer embarazada o uno de sus seres queridos detecta en ella alguno de los síntomas mencionados, es necesario acudir con el especialista, para que coordine un tratamiento integral. Es probable que el equipo multidisciplinario incluya un psicólogo que la ayude a lidiar con la obsesión por su peso, un nutricionista que la guíe para tener una alimentación adecuada y un obstetra que esté monitoreando el desarrollo del bebé.
Es importante recordar que el aumento de peso saludable depende de la complexión propia de cada persona. Para las mujeres de bajo peso se recomienda un incremento de entre 13 y 18 kilos a lo largo de la gestación. Las mujeres con peso normal, observarán un aumento de entre 11 y 15 kilogramos. Por su parte, las pacientes con sobrepeso deben vigilar que el robustecimiento sea de 6 a 10 kilos.
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