¿Por qué el bostezo es contagioso?
Estás en el trabajo, aburrida, y largás un bostezo. Cuando finalizás el movimiento, tu compañera te mira y ella también bosteza. ¡Le contagiaste el bostezo! Sí, eso está claro, pero el porqué el bostezo es contagioso siempre fue algo misterioso o que nunca nos queda claro.
Ahora, pensá en lo siguiente: ¿todas las personas te contagian el bostezo? ¿Cuándo bostezás, siempre le contagiás el bostezo, sea quien sea la otra persona?
Puede que la respuesta sea no. Y eso tiene una explicación científica.
Entre los más queridos
El contagio del bostezo se hace según la empatía. Por eso es que se determinó que cuando los seres queridos o las personas más allegadas bostezan, nosotros también lo haremos. El contagio es más predominante entre los parientes. Así que si en una cena familiar, alguien bosteza, puede que varios también lo hagan, ¿no?
Después, están los amigos. En segundo lugar de empatía, con ellos es más frecuente que se produzca el contagio del bostezo. En tercer lugar están los conocidos, como podrían ser los compañeros de trabajo, de la universidad, del club u otras personas con las que tenemos cierta afinidad y compartimos algún momento del día o de la semana.
En último lugar, y con los que menos hay probabilidad de contagio del bostezo, es con los desconocidos, como puede ser una persona que esté sentada al lado nuestro en el colectivo o en la sala de espera del médico.
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¿Por qué empatizamos mediante el bostezo?
Es una manera de compartir las emociones, sobre todo aquellas que se relacionan al acto del bostezo como pueden ser el aburrimiento, el cansancio, la ansiedad o la preocupación por algún problema.
Mediante la repetición del bostezo de la otra persona por nosotros mismos, parece que nos “solidarizamos” con ella, y con sus emociones.
Y tu perro también
Sí, vos le podés contagiar el bostezo a tu perro. Y además acá hay una agregado interesante: el bostezo es el único gesto que el perro puede imitarle al ser humano. En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tokio, determinaron que los perros tienden a bostezar si su dueño lo hace. Y es menos frecuente que una persona desconocida a ellos les contagie el bostezo.
Lo cual determinaría la misma relación de empatía y afectividad entre humanos y perros de la que existe entre humanos.
Así que desde ahora, cuando bostezás, fijáte a quién se lo contagiás y comprobá vos misma esta teoría.
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