Las emociones te engordan: La manera en que afrontas tus sentimientos impide que bajes de peso
Existen ciertas acciones, como los programas detox, que creemos nos ayudarán a bajar de peso, pero en realidad nos alejan de este objetivo. Además, pueden tener repercusiones graves en nuestra salud.
Dentro de los obstáculos que nos alejan de nuestro peso ideal, existe uno que probablemente jamás habías pensado: la manera en que afrontas tus emociones.
En entrevista con la Dra. Soledad Aldana, del Grupo Multidisciplinario Vivir Sin Sobrepeso México, conocimos un poco más sobre la influencia que tienen las emociones en tu peso.
Las emociones y la vida diaria
Todo el tiempo estamos expuestos a estímulos que nos provocan diferentes reacciones. Dichas reacciones pueden estar acompañadas de emociones positivas, pero también de negativas, como estrés o ansiedad.
El estilo de vida acelerado nos agobia y nos enfrentamos a estímulos negativos tan abrumadores, que en ocasiones sobrepasan nuestra capacidad para estar bien ante todo lo que sentimos, vivimos y experimentamos.
La Dra. Aldana explica que si bien el estrés y la ansiedad son comunes, algunas personas no tienen la capacidad de afrontarlas de la mejor manera, por lo que se ven desbordadas y desarrollan un sentido de malestar constante.
La Dra. Soledad Aldana detalla que en esos casos, el remolino de estímulos abrumadores hace que las personas desarrollen una conducta de comer compulsivamente.
quote: Convertimos a la comida en el alivio a un malestar.
Comida, nuestro alivio al malestar
La Dra. Soledad Aldana comenta que esta forma de ver la comida como un alivio tiene su origen en un aprendizaje temprano, cuando somos bebés.
Cuando un bebé tiene hambre, la comida es la primera fuente de satisfacción para aliviar esa molestia. Además, no se presenta sola, sino que viene acompañada del cariño de mamá. Desde ese entonces, calmar el hambre a partir de la comida provoca que hagamos una asociación entre comer y aliviar un malestar.
Cuando somos adultos y experimentamos estrés o emociones que no sabemos sobrellevar, la comida se convierte en nuestro auxilio para aliviar el malestar.
De acuerdo con la Dra. Soledad Aldana, cuando comemos, nuestro cuerpo trata de regular los niveles de serotonina del cerebro, de tal forma que utilizamos a la comida para sentirnos mejor. En palabras de la experta:
quote: Acudimos a la comida como si fuera un antidepresivo.
La Dra. Aldana agrega que ante un estado de tensión, estrés o tristeza, es más fácil abrir un paquete de galletas, ir a la maquinita expendedora o pedir comida rápida, en lugar de realizar cualquier otra técnica de relajación.
quote: La comida se convierte en una solución a la mano, relativamente fácil, inmediata.
La comida como alivio y la culpa como respuesta
La Dra. Soledad Aldana explica que cuando comemos algo, aliviamos momentáneamente el malestar, regulamos nuestro nivel de serotonina y nos sentimos mejor.
No obstante, el alivio del malestar es pasajero, pues casi inmediatamente se presenta una sensación de culpa.
Lo peor de todo es que la culpa aumenta el malestar. Por ejemplo: estás atrapado en el tráfico, el estrés se hace presente y la manera más sencilla de sentirte un poco mejor es comer ese delicioso paquete de galletas que está en la guantera.
Sin embargo, una vez que te comes esas galletas, ya no sólo sientes estrés por el tráfico, sino que ahora te sientes peor porque experimentas la culpa de haberte comido unas galletas.
Todo esto hace que la persona entre en un círculo vicioso: Siento estrés - experimento un malestar - como algo para aliviar el estrés - siento culpa - por lo tanto, termino sintiendo más estrés.
De acuerdo con la especialista en salud, este círculo vicioso no sólo genera más culpa, sino que influye totalmente en tu salud física, ya que puede provocar que aumentes de peso.
¿Cómo se puede tratar?
De acuerdo con la especialista, la psicología aplicada al manejo de la obesidad y sobrepeso es una excelente forma para que la persona descubra y acepte las emociones que le afectan.
Esto le permitirá reconocer la manera en que se enfrenta a dichas emociones y así encontrar las herramientas que le ayuden a romper el círculo vicioso que perpetúa el problema.
Orientación psiconutricional
Llevar una orientación psiconutricional, es decir, psicológica y nutricional, es una muy buena forma de alcanzar tus metas con respecto a tu peso.
Con este tipo de atención no sólo tienes una guía alimentaria para nutrir tu cuerpo; también cuentas con una orientación psicológica que te ayuda a identificar círculos viciosos, manejar las emociones negativas e incluso controlar el hambre.
La Dra. Aldana advierte que cuando una persona sufre obesidad, el trabajo para llegar a un peso saludable es del doble. Aparte de detectar las emociones que afectan al paciente, también se debe trabajar en el cambio de hábitos, pues una persona con sobrepeso suele presentar conductas alimentarias distorsionadas, como los atracones.
En estos casos, el tratamiento suele ir de la mano de una valoración psiquiátrica, ya que no sólo se trata de la respuesta emocional a los estímulos de la vida diaria, sino a un trastorno dentro de un cuadro clínico.
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